Artículos de Opinión y Poesías con el fin de darle una visión cristiana católica a los temas del momento. Formación Apologética Entretenimiento
jueves, 21 de noviembre de 2019
martes, 19 de noviembre de 2019
martes, 29 de octubre de 2019
DEL CARISMA A LA SECTA
Sin
ponernos muy catedráticos y si
tuviésemos que definir la palabra carisma,
a la luz de la fe cristiana católica,
podríamos decir que es el modo de vida que Dios inspira en hombres
y mujeres santos para seguirle según su voluntad. Lo hermoso de los
carismas es que no son homogéneos pero sí buscan un mismo fin, el encuentro con Jesús para la salvación de
las almas.
Los
carismas son necesarios porque la mayoría de los cristianos católicos
requerimos de liderazgos contemporáneos o históricos para orientar nuestro modo
de seguir y servir a Dios. Así un carisma es un recurso de fe mas no es el fin
en sí mismo. Es carisma puede cumplir un tiempo, dar respuesta a un momento
histórico o de hecho puede cambiar, pero siempre dentro del mismo marco donde
transitan todos los carismas, la Iglesia Católica. Si comparáramos el carisma
con una aplicación de play store la Iglesia sería el internet.
Luego
de esta larga introducción que elogia los carismas debemos advertir sobre los
riesgos del mismo: el sectarismo. Es
muy común que defendamos desde los carismas los procesos de inculturación, pero
a veces puede ocurrir que entre carismas, al ser comparados, surjan rivalidades
o celos. La frase: “¡ese no es nuestro carisma!”ó “debes conocer mejor nuestro
carisma” rescata que no pocas veces se despierta más celo por la
membresía que por la Iglesia.
Es
peligroso profundizar caminos de evangelización solo desde un carisma sin la
previa base común, doctrinal, católica. Así, podemos correr el riesgo del
sínodo de la Amazonía, que en sus nobles intensiones rayó y pasó la línea en
enfoques panteístas, hiperecologistas, hipo evangelizadores y, como en el caso
del celibato sacerdotal, hasta rebeldes.
Una
secta filtra la realidad desde su pequeña concepción, insta a sus miembros a
adaptarse a las exigencias propias y ve rivalidad en quienes piensan diferente.
Un carisma se vuelve opción, como lo sería una persona que le guste la
renovación carismática vs los que prefieran la contemplación y el silencio. Un
carisma te permite caminar entre los jesuitas y el opus dei, ambos con santos
fundadores y ambos a razón de un mismo propósito.
Luego
de que Jesús expulsara a los vendedores del templo, dice el evangelio (Juan 2,
17) que “sus discípulos se acordaron de lo que dice la Escritura: “Me devora el
celo por tu casa”. Este es el punto que debe unir los carismas, la casa común y nuestra Iglesia
Católica, de siempre, ha necesitado esta consolidación y comprensión de la
misión. El carisma podría secarse, transformarse o multiplicarse, pero la casa
común seguirá hasta el fin de los tiempos.
Dios
les bendiga, nos vemos en la oración.
Luis
Tarrazzi
jueves, 3 de octubre de 2019
FRANCISCO, EL PAPA DE LOS BROTES
En medicina, cuando se desea
saber a qué somos alérgicos, el alergólogo realiza un examen que el consiste en
“colocar extractos líquidos de alergenos (es decir, sustancias -como el polen o
determinados alimentos- que suelen provocar reacciones alérgicas en las
personas con alergia), en el antebrazo o la espalda del paciente y luego
realizar pinchacitos (punción) o cortecitos (escarificación) en la piel. El
alergólogo esperará aproximadamente 15 minutos para comprobar si se forman unos
puntitos rojizos y abultados (denominados pápulas), indicadores de alergia”.
Así lo explica el portal kidshealth.org (https://kidshealth.org/es/teens/allergy-tests-esp.html).
En la fe podríamos suponer
que de vez en cuando este examen es necesario, por eso, y con el respeto que se merece
el Papa Francisco, en este artículo lo he llamado el Papa de los brotes.
Francisco ha sido un Papa para todos, como de hecho debe serlo, un Papa que ha
tenido desde sus inicios una intención de acercamiento a los más apartados o
marginados; y un Papa que podría definirse como el Papa de la misericordia. Así como a inicios del siglo XX por medio de Sor Faustina Dios nos recordó su lado
misericordioso, quizás ante la mirada de una Iglesia con un discurso
más condenatorio, hoy vemos que pasamos al otro extremo donde nada
es pecado y casi que negamos la existencia del infierno.
De los años de papado de
Francisco la encíclica que abrió el brote de muchas posturas en torno al
catecismo y la tradición de la Iglesia fue 'Amoris laetitia' (La alegría del
amor). A través de ella algunos consagrados y laicos comprometidos empezaron a
expresar su abierta posición a cosas que doctrinalmente están muy claramente
definidas, en el catecismo de San Juan Pablo II. Los temas morales se
relativizaron y hoy podemos llegar a confesarnos con sacerdotes que nos digan
que lo que creíamos pecado “ya no lo es” o lo que defendíamos como contrario a
la moral cristiana debe reconsiderarse para no caer en juicios injustos. Al
final, como me lo dijo en una reciente confesión un sacerdote, hablando sobre
el tema de los divorciados vueltos a casar: “Es verdad que Jesús dijo que quien se casa con una mujer divorciada
comete adulterio pero no olvidemos que Dios es amor y misericordia”. Esto
es un ejemplo de brote alérgico al catecismo, una reacción opuesta a una verdad
explícita, que no niega la misericordia de Dios pero sí relativiza un pecado.
Francisco era un Papa
necesario. En los criterios que como laicos y consagrados debemos tener ante la
sana vivencia de la fe es menester tener muy claro quiénes son las personas que
llevando la bandera de la evangelización enseñan sus propias doctrinas o tienen
posiciones ambiguas (por no decir contrarias) a lo revelado, interpretado y
transmitido por la Iglesia Católica en más de 20 siglos de historia.
Cierro con un sabio consejo
del apóstol San Pablo: “Estad alerta;
manteneos firmes en la fe; portaos con valentía, sed modelo de fortaleza”.
1 Corintios 16,13
Dios los bendiga, nos vemos
en la oración
Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi
sábado, 7 de septiembre de 2019
jueves, 5 de septiembre de 2019
LAS TRES IGLESIAS CATÓLICAS
Tiempos difíciles para la Iglesia siempre han existido, en
todos los siglos, desde su nacimiento. Hoy, cercanos al primer cuarto del siglo
XXI lo que podríamos decir es que vivimos tiempos masivamente difíciles. ¿Por
qué masivos?, porque hoy todo se divulga con una rapidez que en tiempos atrás
creo era difícil de imaginar.
Hablar de la evolución de la Iglesia muchos la entienden como
desecho de lo pasado y comprensión integrada del presente. Así surge la Iglesia
más reciente, la liberal. Esta tiene
sus laicos y consagrados. Es una Iglesia abierta a acoger practicamente todo lo que hoy camina en el
mundo como corrientes modernas del pensamiento.
La otra Iglesia, la de la resistencia, es la Iglesia tradicional - ortodoxa (nombre colocado
por los liberales). Es la Iglesia que puede rayar en el exacerbado predicamento
del cumplimiento de la ley. Una Iglesia dura, porque intenta ser fiel a los
fundamentos de los Padres y Doctores de la Iglesia. Es una Iglesia normativa,
blanco o negro. Esta tiene sus laicos y consagrados. Es una Iglesia cerrada a
los cambios o por lo menos celosa de los mismos.
La tercera Iglesia es la de los relativos (no confundir con los liberales). En ellos encontramos
los que con la bandera de la misericordia de Dios (que sí existe y es infinita)
se vuelven coaching adaptivos del ser. Es una Iglesia de pocos frutos de
conversión pero de las tres que he mencionado es la más exitosa y siento la que
más busca la gente. Esta tiene sus laicos y consagrados. Es una Iglesia abierta
y cerrada a los cambios (abierta a los que genera el coaching pero cerrada a
las críticas). Es la Iglesia de los "sabios" de hoy, poca consultora de las bases
doctrinales. Sabe decir lo que la gente quiere escuchar.
Aquí la frase dura mía: Ninguna
de las tres que he mencionado es la Iglesia de Dios.
Hoy más que nunca todos los
bautizados tienen que invocar los dones del Espíritu Santo, en especial
con el discernimiento, para saber oler lo que es de Dios y aborrecer lo que no
es de él. La Iglesia de Dios:
- Es
sacramental
- Camina
con el Papa, ni adelante ni atrás.
- Comprende
que somos pecadores y educa en el dolor de las faltas.
- Promueve
conversión en el encuentro con Dios
y no adaptación a realidades finitas, egoístas e intrascendentes.
- Se
forma de base en el catecismo, es conocedora de toda la Palabra de Dios y alienta a la santidad.
- Predica
la justicia, la misericordia y la fe (Mateo 23,23). Justicia que deriva en
salvación o condenación, misericordia porque nada nos aparta de su amor (Romanos
8:35-39) y fe que tiene como principal norte la confianza en la Providencia, en
exclusividad y fidelidad.
- No
es excluyente en el amor pero sí celosa en el practicar. No entiende el
ecumenismo como una depuración de lo no común, sino como un proceso guiado por
Dios donde el catolicismo entra plenamente.
- Es
una Iglesia donde sus laicos se comprometen con predicar lo dado, lo plasmado
en sus doctrinas y dogmas.
- Es una Iglesia humilde, pobre de espíritu,
cercana al necesitado, respetuosa y orgullosa de la vida de sus santos (muchos
de ellos mártires) honrando sus memorias por lo que defendieron y predicaron.
-No
es personalista, es cristocéntrica.
- Es
litúrgica. La misa se vive sin inventos ni excentricidades, donde todo gira en
la Eucaristía (sacramento de nuestra fe).
- Ama
a María Santísima.
- Promueve
las vocaciones, honra la castidad y defiende la vida desde la concepción hasta
la muerte natural.
- No
denigra las tendencias homosexuales pero las educa para el encuentro en Jesús,
que inspire castidad y/o sanación de heridas emocionales.
Esta lista
podría ser interminable, pero me preocupa que estos cismas sutiles que vemos
afecten la pureza de nuestra fe, una fe de Cruz, de redención, de amor y
salvación. Oremos por nuestra Iglesia Católica. Dios los bendiga, nos vemos en
la oración.
Luis
Tarrazzi
@luistarrazzi
miércoles, 4 de septiembre de 2019
¡CUIDADO PADRE “CHULALO”, CUIDADO!
La
misericordia de Dios se ha vuelto una importante herramienta de marketing para
vender en este tiempo nuestra fe, y esto lo digo como administrador. En el
estudio de marketing siempre se habla de las bondades de un producto o servicio
y en letras pequeñas, casi ilegibles, sus riesgos. Así en tiempos de
relativismo y agnosticismo dentro de una juventud ávida de emociones extremas y
de cosas rápidas, desechables, lo mejor, para atraerlos es hablar del amor de
Dios y poco de o nada de su justicia. Con usted, padre Jesús Genaro, es el
tercer caso de sacerdotes de medios
que enfoco mi atención. Dos ya se salieron del sacerdocio, espero no ocurra
esto con su vocación por hacer vida en los medios, ya que créame no dudo de sus
buenas intenciones. Lo que a continuación desarrollaré es puntual, no es una
valoración de su trabajo integral o su vida.
Una
persona que cuenta con 167K (167.000) seguidores en una red social como
instagram yo la resumiría como una persona
famosa, con influencia y alcance. Eso es una bendición de Dios pero también
tiene sus enormes riesgos porque la evangelización a distancia con tantos
seguidores no siempre es sinónimo de conversión sino que puede ser que estemos diciendo
a las personas lo que quieren escuchar.
El
tema de los divorciados vueltos a casar lo sé en su teoría y en su práctica.
Por 2 años, 10 meses y 2 días estuve casado en esa condición con una persona
con quien hice por más de 10 años apostolado catequético. No solo desde mi
matrimonio, sino desde mi noviazgo que sabía hacia dónde avanzaba, no
comulgábamos. Conocimos sacerdotes, que en su “discernimiento” (amistad) nos
invitaban a comulgar, es más objetivamente vivíamos un matrimonio sano, fiel,
apoyábamos en la iglesia, a mi esposa la querían muchísimo, entonces ¿por qué
no comulgábamos?, ¿no creíamos en la misericordia de Dios?, ¡claro que sí! pero
no relativizábamos su verdad. La Iglesia Católica trazaba un camino claro: castidad o nulidad y mientras no
se viviera u obtuviera uno de los dos la hostia sagrada no la debíamos recibir.
La nulidad se intentó, pero nunca supimos el resultado porque ella falleció de
cáncer. Y recuerdo que a 7 días de su muerte (sin saberlo) llevándole la unción
de los enfermos, el sacerdote que nos conocía y discernía podía comulgar le
intentó dar la hostia y ella le dijo que no (porque ni se había vivido la
castidad ni había conclusión de su caso de nulidad). Eso, Padre Jesús, sin
grises, es la humildad del creyente.
Si
usted en su espacio exitoso lanza un comentario como el que hizo, con citas
incompletas y poco precisas, sobre este tema, cada quien lo adaptará a su
realidad y dopará su conciencia para hacer lo que en el fondo sabemos está mal
pero: “si un sacerdote me lo dice lo
puedo hacer”. Y esto lo digo con propiedad porque ese camino lo pensé, aunque
gracias a Dios no lo practiqué jamás. Usted hace cuatro citas, repito,
incompletas y dudo que de 167.000 personas el 10% hayan leído completa la exhortación
apostólica “la Alegría del Amor” y eso usted lo sabe, por lo tanto muchos darán
por cierto lo que usted colocó ahí. Veamos lo que usted colocó y lo que dice
completa la Exhortación:
Lo que usted colocó:
297 Nadie puede ser condenado para siempre <y esto incluye a los divorciados en nueva
unión.> (lo de negrilla lo colocó usted, por eso son buenas las comillas
para las citas.
Lo que dice el texto
completo:
297: “Nadie puede ser condenado
para siempre, porque esa
no es la lógica del Evangelio. No me refiero sólo a los divorciados en nueva
unión sino a todos, en cualquier situación en que se encuentren. Obviamente, si alguien ostenta un pecado
objetivo como si fuese parte del ideal cristiano, o quiere imponer algo
diferente a lo que enseña la Iglesia, no puede pretender dar catequesis o
predicar, y en ese sentido hay algo que lo separa de la comunidad (cf. Mt
18,17). Necesita volver a escuchar el anuncio del Evangelio y la invitación a
la conversión. Pero aun para
él puede haber alguna manera de participar en la vida de la comunidad, sea en
tareas sociales, en reuniones de oración o de la manera que sugiera su propia
iniciativa, junto con el discernimiento del pastor. Acerca del modo de
tratar las diversas situaciones llamadas «irregulares», los Padres sinodales
alcanzaron un consenso general, que sostengo: «Respecto a un enfoque pastoral
dirigido a las personas que han contraído matrimonio civil, que son divorciados
y vueltos a casar, o que simplemente conviven, compete a la Iglesia revelarles
la divina pedagogía de la gracia en sus vidas y ayudarles a alcanzar la
plenitud del designio que Dios tiene para ellos», siempre posible con la fuerza
del Espíritu Santo”.
En
ninguna parte de esta nota se habla de la comunión a favor de los divorciados.
Pero es más, la frase “nadie puede ser condenado para siempre”
es un criterio humano, es decir, a nadie debemos impedirle un proceso de
conversión y redención, pero JAMÁS tendrá un criterio eterno, porque usted sabe
que la condenación es eterna ¿o es que el infierno eterno no existe?
Lo que usted colocó:
299. Ellos no tienen que sentirse excomulgados, sino
integrados a la iglesia que los acoge y donde pueden vivir y madurar en la fe.
Lo que dice el texto
completo:
299:
Acojo las consideraciones de muchos Padres
sinodales, quienes quisieron expresar que «los bautizados que se han divorciado
y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad
cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasión de
escándalo. La lógica de la integración es la clave de su acompañamiento
pastoral, para que no sólo sepan que pertenecen al Cuerpo de Cristo que es la
Iglesia, sino que puedan tener una experiencia feliz y fecunda. Son bautizados,
son hermanos y hermanas, el Espíritu Santo derrama en ellos dones y carismas
para el bien de todos. Su
participación puede expresarse en diferentes servicios eclesiales: es
necesario, por ello, discernir cuáles de las diversas formas de exclusión
actualmente practicadas en el ámbito litúrgico, pastoral, educativo e
institucional pueden ser superadas. Ellos no sólo no tienen que sentirse
excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la
Iglesia, sintiéndola como una madre que les acoge siempre, los cuida con afecto
y los anima en el camino de la vida y del Evangelio. Esta integración es
también necesaria para el cuidado y la educación cristiana de sus hijos, que
deben ser considerados los más importantes»
¿Dónde
dice ahí que hay excepciones donde podrían comulgar? Se habla de no excluirlos
ni tratarlos como excomulgados, darles espacio pastoral, con discernimiento, un
discernimiento que no solo aplica para ellos sino para cualquiera que haga vida
parroquial o pastoral. Cualquiera que enseña algo contrario a la verdad será
una amenaza para la salvación de las almas.
Lo que usted colocó
301 Los sacerdotes deben DISCERNIR junto a ellos
la posibilidad de una participación más plena en la iglesia. Incluyendo en
CIERTOS casos (pie de página 351) LA CONFESIÓN, que no debe ser una tortura
sino el lugar de la misericordia del Señor y la COMUNIÓN que no es un premio
para los perfectos sino un remedio y un alimento para los débiles.
Lo que dice el texto completo:
301: Para
entender de manera adecuada por qué es posible y necesario un discernimiento
especial en algunas situaciones llamadas «irregulares», hay una cuestión que
debe ser tenida en cuenta siempre, de
manera que nunca se piense que se pretenden disminuir las exigencias del
Evangelio. La Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los
condicionamientos y circunstancias atenuantes. Por eso, ya no es
posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada
«irregular» viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia
santificante. Los límites no tienen que ver solamente con un eventual
desconocimiento de la norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede
tener una gran dificultad para comprender «los valores inherentes a la norma» o puede estar en condiciones concretas
que no le permiten obrar de manera diferente y tomar otras decisiones sin una
nueva culpa. Como bien expresaron los Padres sinodales, «puede haber factores que
limitan la capacidad de decisión». Ya santo Tomás de Aquino reconocía que
alguien puede tener la gracia y la caridad, pero no poder ejercitar bien alguna
de las virtudes, de manera que aunque posea todas las virtudes morales infusas,
no manifiesta con claridad la existencia de alguna de ellas, porque el obrar
exterior de esa virtud está dificultado: «Se dice que algunos santos no tienen
algunas virtudes, en cuanto experimentan dificultad en sus actos, aunque tengan
los hábitos de todas las virtudes»
Sobre
este punto recuerdo una vez, en mi extinta situación irregular, intenté
confesarme y se lo pregunté a un sacerdote, que para la Gloria de Dios fue muy
objetivo a pesar de que me conocía. El me dijo, el “sacramento” de la confesión
es tan pleno como cualquier otro sacramento y se da en grados absolutos, no
parciales. Una persona no puede confesar un porcentaje elevado de sus pecados
porque aunque dejara un 1%, a conciencia,
sin confesar o sin arrepentimiento la eficacia del sacramento sería nulo. Esto
lo podría explicar mejor el santo Padre Pío. Así que acá también siento se
vende humo y de forma peligrosa. Usted puede acompañar, aconsejar y hacerse
pastor de una pareja en condición irregular pero ¿confesarlos?
Lo que usted colocó
303 No se puede seguir diciendo que todos ellos viven en
pecado mortal o privados de la gracia de Dios.
(Este punto es del 301,
no del 303 como usted lo señala)
Lo que dice el texto
completo:
303. A partir del reconocimiento del peso de los
condicionamientos concretos, podemos agregar que la conciencia de las personas
debe ser mejor incorporada en la praxis de la Iglesia en algunas situaciones
que no realizan objetivamente nuestra concepción del matrimonio. Ciertamente, que hay que alentar la
maduración de una conciencia iluminada, formada y acompañada por el
discernimiento responsable y serio del pastor, y proponer una confianza cada
vez mayor en la gracia. Pero esa conciencia puede reconocer no sólo que
una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio.
También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es
la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta
seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio
de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el
ideal objetivo. De todos modos, recordemos que este discernimiento es dinámico
y debe permanecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas
decisiones que permitan realizar el ideal de manera más plena.
Acá
desconozco por qué atribuyó al 303 y punto del 301 pero me quedo con la frase
que subrayé en negrilla: discernimiento responsable y serio del pastor y
proponer confianza cada vez mayor en la gracia. Sin la gracia no hay salvación
directa. Me preocupa que ya no se habla de Cruz, dolor por nuestras faltas,
conciencia del pecado, condenación; ¿dónde quedaron esas frases que nos
recuerdan que por sus llagas hemos sino salvados o que él recibió el CASTIGO
que nosotros merecíamos (Isaías 53)?
Cuidado
con el marketing padre “Chulalo”, porque los jóvenes se cansan de los súper
héroes, de las modas y de los “panas”. Lo que recordarán por siempre en su
encuentro con Dios son aquellas cosas que los alejaron de su gracia. Y es
preferible un matrimonio irregular sentado en la Iglesia como el publicano de
la parábola a ver muchos en fariseos justificando sus vidas y amores, todos
finitos. ¿Qué sentido tiene un matrimonio que no santifica desde la gracia a
sus miembros? Es cierto que son muchos los caminos que nos pueden llevar a
Jesús pero solo uno que nos llevará a la salvación. Eso también hay que
predicarlo.
Destaco
lo que usted colocó al final de estos temas, en la parte 1 y 2:
“Este medio no es un despacho ni un confesionario, no
conviene exponer por esta vía sus casos particulares o privados. Consulte con
su párroco o pregunte por la Curia diocesana en su ciudad”
Este
tema, padre, no es para abordarlo tan superfluamente en una publicación de Instagram.
Usted se aparta de los tradicionalistas y de los liberales pero no olvidemos
que Dios condena a los tibios
(Apocalipsis 3,16)
Dios
lo bendiga, nos vemos en la oración.
Luis
Tarrazzi
@luistarrazzi
@luistarrazzi
viernes, 30 de agosto de 2019
martes, 27 de agosto de 2019
viernes, 23 de agosto de 2019
¿SABE DIOS QUE SE QUEMA LA AMAZONÍA?
La respuesta es sí, lo sabe, lo ve en su eterno presente,
conoce las causas de ese incendio, sus responsables directos e indirectos,
cuánto durará y los costos ambientales que nos dejará. Dios no solo sabe eso,
lo permite y lo permite por una sola razón: “porque nos hizo libres”
Varios artículos en internet destacan que el principal
responsable de esta catástrofe ambiental es la deforestación ambiental. Esto, en palabras concretas, es que los incendios forestales tienen responsabilidad directa
en el hombre, en especial cuando la explotación minera, la avaricia, la
corrupción y el apropiarse de zonas naturales que no deberían pertenecer a
ningún privado sino al mundo, son la línea conductual.
Yo sé que Dios ve esto. Y por redes sociales están los que
claman la lluvia, piden a Dios un milagro de apagar el fuego, piden minutos de
silencio por los animales muertos, la flora destruida, y posiblemente todo eso
está bien. Es la publicidad para quienes ven nuestras publicaciones
y nos perciben en actitud solidaria. A veces, y lo digo con respeto, los que menos
rezan son los que más publican cadenas de oración. Pero la verdad es que todos
somos responsables. Son los gobiernos que elegimos, el ser espectadores del
mundo y no protagonistas, es el ser mediáticos ante problemas que tienen años y
a nuestros políticos y sociedades no les ha importado o muy pocos nos hemos
activado para acabar con estos flagelos (mea culpa).
Cuando algunos se molestan tras la afirmación de que Dios sí castiga vean este ejemplo de la
Amazonía. No es Dios culpable de este incendio, ni es su deseo. Pero el castigo
de Dios es precisamente esa mirada que acompaña pero que no obra por encima de
nuestras libertades porque sencillamente no lo involucramos en las leyes que
aprobamos, en los políticos que elegimos, en las conductas morales que asumimos
y en la forma de vivir nuestra llamada fe. ¡No seamos hipócritas! Dios no es una
suerte de apaga fuegos, Dios es el fuego que no debería dejar de arder en
nuestros corazones: “He venido a traer fuego a la tierra y ¡cuánto desearía que
ya estuviera ardiendo!" (Lucas 12,49).
En esta línea seguirán las desgracias, no por voluntad de Dios, sino porque
Jesús ya hizo su enorme parte y nuestros poderosos todavía ven mejor matar la
gallina de los huevos de oro que dejar que ella ponga naturalmente sus huevos.
Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
lunes, 29 de julio de 2019
LA VENGANZA DE SODOMA Y GOMORRA
Muchas
personas tratan el relato de Sodoma (y Gomorra) como una leyenda, algo que “no
pasó” pero que deja un mensaje. Y esta forma de abordar la Biblia en muchos de
sus textos es un gran pretexto para omitir verdades de fe o posiciones de Dios
ante determinadas conductas humanas.
Al
igual que la ingenuidad que se creó políticamente desde Occidente cuando tras
caer el muro de Berlín y la posterior caída de la Unión Soviética se creó la
falsa sensación de que el comunismo había sido exterminado, yo diría que
ocurrió con los pecados morales de Sodoma y Gomorra. El título de este texto
bíblico de Génesis 19 dice: “Destrucción de Sodoma” pero ambas ciudades eran
vecinas. En el relato tres hombres (Dios en figuras humanas) van de paso hacia
estas ciudades porque “las quejas contra
Sodoma y Gomorra eran enormes, y su
pecado es en verdad muy grande” En la versión bíblica latinoamericana, en
los comentarios de este capítulo (19.1) señalan, y cito, dos de estas faltas
graves:
- * “El respeto a los
huéspedes que hay que acoger siempre como ángeles de Dios” algo que fue
abiertamente violentado cuando los habitantes de esta región al ver a los
ángeles de Dios hospedados en la casa de Lot dijeron a este que se los
entregaran para “abusar de ellos”
- * “El horror de la
homosexualidad”, así lo expresa el texto que no es muy distante a lo que siglos
después viviera depravadamente el imperio romano y que entre orgías y cualquier
clase de aberraciones sexuales algunos señalan debilitó más a los romanos que
las mismas amenazas de los llamados bárbaros.
Sin
embargo cuando en mi título hablo de la venganza de Sodoma y Gomorra no lo digo
en virtud de los herederos de estas familias destruidas sino del padre de la mentira,
aquel que siempre buscará destruir la correcta percepción de Dios y hacerse un
dios entre los hombres. Nuestras sociedades modernas no distan mucho de lo que
este relato señalaba como advertencia de la destrucción de estas dos ciudades
hermanas. Y no es un tema solo de leyes y conductas, sino de la pérdida del
sentido de Dios, de su mirada, de su autoridad sobre todo lo creado. De vivir
como si Dios no existiera o peor aún, existiendo como que lo despreciáramos. Es
admirable en este relato el papel de Abraham como mediador de un pueblo del
cual él sabía su sobrino Lot era habitante. Y por eso abogaba por los justos
del lugar. Pero no perdamos de vista que en esa ciudad Lot era forastero y de
los nativos no sobrevivió nadie. Murieron los adaptados en omisión a estas
atrocidades morales, los que las imponían y todos por vivir sin temor de Dios.
Estoy
seguro que de los justos que buscaba Dios en Sodoma y Gomorra, ni quien escribe
y quizás ni quien me lea seamos referencia positiva. Pero sí debemos saber que
si el hacha de Dios no ha cortado el árbol de nuestras sociedades de una forma
tan dura como con Somoda y Gomorra es porque existen hombres y mujeres
cristianos que interceden por nosotros e invocan la misericordia de Dios. Este
relato nos explica cómo la moral alejada de Dios destruye sociedades. Cómo el
tener legisladores, gobernantes y líderes mundiales que se crean dioses pueden
en el corto tiempo moldear los pensamientos de las nuevas generaciones. Eso ya
se ve en las aulas de clases y desde muy temprano. Una sexualidad que se
explica como el mundo la explica, una comprensión de la vida que ya es
desechable por aborto o por eutanasia, unos negocios súper rentables de la
droga, trata de personas (nuevo nombre de la esclavitud en forma de prostitución),
el tráfico de armas, las guerras, las hambrunas y la pobreza como forma de
control social. Las nuevas formas de tiranías del pensamiento que tratan de
adoctrinar a nuestros hijos para enseñarles conceptos de género contrarios a su
propia biología.
Ante
este panorama debo culminar con algo que escuché en una charla de Fray Nelson
Medina en uno de sus tantos talleres de youtube: “El evangelio siempre será
buena nueva”, así estemos tristes y desesperanzados. Queda proteger con la
gracia de Dios nuestros hogares y familias, ocuparnos como protagonistas de la
fe de nuestros miembros de hogar porque los tiempos que caminan son duros y no
sabemos cuándo Dios vuelva a visitar de nuevo a Abraham. Dios los bendiga, nos
vemos en la oración.
Luis
Tarrazzi
martes, 9 de julio de 2019
TOY STORY 4: LA HISTORIA DEL AMOR EN COMPLEMENTO
Lo primero que debo señalar para este artículo, estimado
lector, es que sería bueno, antes de leerlo, que vieran la película primero, ya
que puedo pecar en algún spoiler.
No obstante el sentido de este artículo no es contar la
película sino destacar algunos aspectos importantes desde el punto de vista de
la diversidad y la complementariedad en el amor, que si bien sabemos no es
motivo de refuerzo en las películas de hoy, en este sentido merece un aplauso
de mi parte a los guionistas de esta producción de Pixar.
Hoy, las corrientes ideológicas del amor (ideología de género) pretenden ser muy
variadas, inclusive hasta el punto de hiper-sexualizar y diluir el tema del
sexo (hombre y mujer) a un tema de preferencias, de gustos, de placer por
placer. Toy Story 4, sin la necesidad de hacer explícito un beso, sin un
lenguaje de erotismo y respetando las diferencias que complementan el amor (Forky
el tenedor y cuchillo femenino, Woody el muñeco y Betty la muñeca) destaca el
amor en un sentido de trascendencia, de estar con la parte que nos complementa,
que le da utilidad y sentido al amor en clave de servicio. Además destaca la
solidaridad en la amistad, el trabajo en equipo, los niveles de importancia
cognitiva según las edades y la magia sana de la creatividad que nos permite
volar desde la mente y construir mundos sin límites.
Por eso agradezco a Toy Story 4 la frescura educativa, en
clave de conservación de los valores básicos que han sostenido a la humanidad
por siglos y a su vez hacer una película para niños donde entran niños y salen
niños, sin conflictos, sin ideas subversivas. Es tan atinado el mensaje que el
mismo Jesús podría cantarnos a todos, en especial a los niños: “Yo soy tu amigo fiel…” Dios los bendiga,
nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi
jueves, 27 de junio de 2019
¿Y AHORA SACERDOTES CASADOS?
En el mundo de la inmediatez cualquier comentario o situación
particular suele hacerse viral cuando por encima de todo se desea crear ruido.
Y en este particular la Iglesia Católica ya tiene un doctorado de manejo de
especulaciones por parte del periodismo cuando se ejerce de forma irresponsable
y de la ignorancia social, masiva, que opina sin profundizar, solo se quedan en
los títulos.
Así ha ocurrido con el más reciente caso del Sínodo de la
Amazonía del cual se le solicita al
Santo Padre Francisco estudiar la posibilidad de ordenar sacerdotalmente a
personas ancianas, de preferencia indígena, aunque ya tengan familias
constituidas, estables. Esto en un resumen simplista se ha traducido en
diferentes medios como que el Vaticano va a eliminar el celibato en el
sacerdocio o que va a ordenar a personas casadas sacramentalmente.
En mi modo de entender esto y teniendo como preámbulo que el
Espíritu Santo es quien guía la Iglesia, el celibato en el sacerdocio es deseo
de Dios. De hecho el mismo Jesús lo destacó como una virtud cuando hablaba de
los eunucos por el Reino de Dios. Por lo tanto el pensar que se va a eliminar
el celibato en el sacerdocio establecido es de por sí, en la actualidad, una
falacia. Sobre incluir en el grupo de los consagrados del sacramento del
orden a personas casadas, a la ligera, tampoco lo veo planteado acá, pero no
olvidemos que dentro de la Iglesia Católica existe algo que se llama el
diaconado permanente, que de hecho lo viven personas sacramentalmente casadas y
que pueden ejercer funciones sacramentales como presidir bautizos, bodas, dar
la comunión (aunque no consagran) y dirigir celebraciones de la palabra. En tal
razón si en un futuro, dentro de esta estructura ya existente, la Iglesia
Católica viera la necesidad de darle atribuciones plenas a un diácono
permanente para elevarlo al rango sacerdotal eso no me correspondería a mi
juzgarlo. Si viene de la Iglesia y del Papa, que entiendo jamás puede ser un
hereje por su dogma de infalibilidad, pues bienvenida sea la medida.
Ahora puntualmente sobre el tema de la Amazonía hay que saber
leer razones para evaluar soluciones. En la región hay comunidades que no están
viviendo el sacramento eucarístico por una aguda crisis sacerdotal, es decir,
no hay sacerdotes. Y como lo señala el artículo de vidanuevadigital “en la Iglesia tiene más importancia la
Eucaristía que el celibato. Sin Eucaristía no hay vida eterna ni comunidad; sin
celibato puede haber Eucaristía” Y creo que esto recoge en esencia el
sentido de la medida. Orar por las vocaciones sacerdotales santas y célibes es
menester en estos temas pero también respeto que se busquen soluciones de cara
a la autoridad del Papa. Ellos no están imponiendo la medida y marcando un
cisma, están proponiendo algo que en Octubre llegará al Papa y derivará en una
decisión.
En estos casos sugiero orar por el Papa, acompañar con
prudencia a la Iglesia, no caer en los juicios a priori y dejar a Dios ser Dios.
Porque por el fariseísmo hebreo tuvieron al Mesías esperado frente a ellos y no
supieron reconocerlo.
Creo que el mejor consejo de cómo acompañar las cosas de Dios,
hoy más seguro desde el papado, lo dio aquel fariseo llamado Gamaliel, que en
el capítulo 5 de los Hechos de los Apóstoles al ver los deseos de matar a Pedro
y los apóstoles dijo lo siguiente: “«Israelitas,
mirad bien lo que vais a hacer con estos hombres. Porque hace algún tiempo se
levantó Teudas, que pretendía ser alguien y que reunió a su alrededor unos
cuatrocientos hombres; fue muerto y todos los que le seguían se disgregaron y
quedaron en nada. .Después de éste, en los días del empadronamiento, se levantó
Judas el Galileo, que arrastró al pueblo en pos de sí; también éste pereció y
todos los que le habían seguido se dispersaron. Os digo, pues, ahora:
desentendeos de estos hombres y dejadlos. Porque si esta idea o esta obra es de
los hombres, se destruirá; pero si es de Dios, no conseguiréis destruirles. No
sea que os encontréis luchando contra Dios.»" A buen entendedor, pocas palabras. Dios los
bendiga, nos vemos en la oración
Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi
miércoles, 12 de junio de 2019
martes, 4 de junio de 2019
NO MÁS CONFIRMACIONES EN ADOLESCENTES
No pretendo que todos estén de acuerdo con lo que aquí escribiré; es más, inclusive conversando con sacerdotes sobre el tema hay diferencias de opinión. Lo cierto es que en mi no corta experiencia en la preparación a este sacramento, siempre con jóvenes del 4to año de educación media general o bachillerato, jóvenes que están entre los 15 y 16 años, he recordado muchísimo las palabras de Jesús: “"no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perritos." Si bien en muchas oportunidades hemos hablado de los riesgos salvíficos que implica comer a Cristo indignamente, no menos deberíamos sentir ese celo por lo sagrado a la hora de facilitarle a una persona acceder a cualquier sacramento, en especial el de la comunión, confirmación y el matrimonio.
Desde las primeras comuniones que se hacen con niños de 10
años (promedio) cursantes de un cuarto grado, pasan casi 6 años para que un
joven, bombardeado por anti valores cristianos decida confirmarse. Muchos, coherentes con sus incoherencias, rechazan el sacramento, y otros van a él con pésimas concepciones doctrinales,
sin saber qué van a defender ni vivir. Y ante esto he escuchado argumentaciones
como estas: “Si se agotan todos los sacramentos en la etapa de niños, ¿cuándo
los vuelves a recuperar?”; ó “no somos quienes para negar un sacramento”, ó “nuestra
tarea es sembrar, ya Dios hará el resto”. Creo la médula del problema fue dejar
contaminar la experiencia sacramental en superficialidades, símbolos y ritos
vacíos, ajenos al sacramento, e incluir tanta apariencia que nos recuerda esas tumbas vacías de las
que hablaba Jesús, blancas por fuera pero podridas y llenas de huesos por
dentro. Honestamente creo que ¡ya basta!
Una propuesta inicial, porque siento que a nivel de colegios
funciona bien, es aplicar la
confirmación en jóvenes de 12 años, que en promedio cursen un 6to grado de
primaria. Yo en lo particular, en mi experiencia de aula de 5to y 6to grado,
desarrollé con jóvenes de estas edades debates sobre la vida, la castidad, lo
sagrado, el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, etc y noté inclusive mucha
más madurez y respeto a los temas que los que tenía ya con adolescentes de
media general (4to año). Y ante esto no podemos colocarnos un antifaz ni ser
mediocres. Yo he sido cómplice de estas falsas vivencias sacramentales y hay
que hacer algo, y pronto. Dios merece respeto. Es un tema de conferencias episcopales, como me decía un
sacerdote amigo, de decidir y aplicar. O se
termina de quitar la formación de la confirmación a los colegios católicos y se
canalizan todas a nivel de
parroquias, o se aplica el sacramento de la confirmación en jóvenes de 12 años
(opción que en lo particular me gusta más).
El otro aspecto es ¿qué hacer con los jóvenes de media
general si ya se agotan todos los sacramentos de iniciación en 6to grado o a
los 12 años? En lo particular pienso desde primer año hasta quinto año se podría
reparar otro gran atropello sacramental que es el del matrimonio y la vida en
familia. Los cursos pre matrimoniales en muchas parroquias dan vergüenza. El mío
duró un sábado, ¡imagínense!, un sábado para un sacramento que es para toda la
vida. Así, se puede enfocar la educación de los adolescentes en la educación
familiar cristiana, el matrimonio, la vida en familia, la paternidad, la
fidelidad, el compromiso, la santificación del hogar, en resumen, la Iglesia
Doméstica.
Por eso esta es una propuesta que la culmino con una pregunta,
en especial a nuestro administrador apostólico Cardenal Baltazar Porras, ¿se
puede preparar para la confirmación a jóvenes de 12 años a nivel de colegios? Y
lo pregunto porque es una propuesta que quiero hacer al colegio para el cual actualmente
laboro. Pienso que con ello evitaríamos muchos fenómenos que en nada favorecen
la fe, como la negación a vivir este importante sacramento y sobre todo la
incoherencia de confirmar a quienes no quieren vivir ni defender los valores
cristianos católicos. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi
lunes, 3 de junio de 2019
miércoles, 29 de mayo de 2019
viernes, 10 de mayo de 2019
lunes, 29 de abril de 2019
LA LUCHA SIGUE CON “BOY ERASED”
Al igual que el comunismo busca crear enemigos donde
inicialmente no los había, nos corresponde vivir la era ideológica de una
batalla absurda entre la fe cristiana y la homosexualidad. Y parte de esta
lucha ha sido sabiamente guiada por inteligencia angelicalmente superior desde
el mundo del consumo masivo del arte, cine, redes sociales, etc.
He visto la película Boy Erased y reconozco que tiene
un mensaje acertado desde el punto de vista humano. Catalogándola como una
película para crear conciencia y de cierto nivel de protesta, expone los
infelices casos de personas que siendo víctimas de un fundamentalismo religioso
les trataron de cambiar su inclinación homosexual usando métodos violentos,
psicológicos y hasta físicos, utilizando
a Jesús, nuestro Señor y Salvador, como excusa. Por supuesto, en estas
películas, la fe, la tradición cristiana y la Verdad revelada se suman al lado
de los villanos porque, tomando mi idea inicial, hace falta un culpable, un
malo y un bueno, una víctima y un victimario.
¿Dónde radica el problema?; ¿debemos cambiar el
mensaje y la enseñanza doctrinal de la Iglesia de categorizar la práctica homosexual o los actos
sexuales homosexuales como condenatorios del alma? El fin último de estos
mensajes ideológicos pro-homosexualidad es fomentar un rechazo a la ley de Dios
conocida y adaptar a Dios a nuestra verdad, como lo refleja el diálogo final
del padre (pastor) con su hijo de tendencia homosexual, quien le diría a su
papá que él era gay y él no iba a cambiar y que si quería seguir teniendo
contacto con él,el que debía cambiar era él (el papá), porque para el padre su
fe y el mensaje de Dios era importante, es decir, como pastor, predicaba sobre
los actos condenatorios. El padre al final le dice que lo intentará y esto se
fusiona perceptivamente para los consumidores de la obra en la interrogante:¿no
debería la Iglesia cambiar su postura y enseñanza sobre el tema de la
homosexualidad? Muchos Obispos y formadores de la fe han caído en esta trampa y
se han dejado llevar por los pensamientos del mundo. Entonces ¿qué hacer?
Las consecuencias de ello, en el corto tiempo, serán
similares a las que narró en su reciente carta el Papa Emérito Benedicto XVI
sobre la pedofilia y su aceptación social iniciada en los años 60 (del siglo
XX) así como la revolución educativa sexual. Sé que la Iglesia, la llevada por
el sucesor de Pedro, no cambiará, pero sí sé también que muchos se pasarán por
el forro la fidelidad a Roma y predicarán doctrinas falsas. Lo que es pecado lo
fue, lo es y siempre lo será, porque si el mismo Jesús dijo que no cambiaría
una tilde de la Ley ¿quiénes somos nosotros para cambiarla?
Hoy, como padre, sé que mi hijo, biológicamente varón,
deberá crecer con estos debates de conquista de la agenda LGBT, y también sé
que como el pasaje del hijo pródigo, como su padre, viva lo que viva o sea lo
que sea mi amor por él no deberá jamás cambiar. Pero aunque parezca lo que diré
parecido al fundamentalismo del padre (pastor) de la película, no es la
enseñanza del YO lo que le llevará a la felicidad de estar con su Creador, no
es la felicidad finita, los placeres finitos, los supuestos derechos a ser
felices y vivir en libertad lo que sintamos, porque guiados por esos
pensamientos sería justo serle infiel a mi esposa, matar al que me caiga mal,
juzgar a quien me dé la gana y ser mi propio dios. Los pensamientos ideológicos
son finitos y solo tienen cabida en esta corta y fugaz vida, pero la Verdad de
Dios es eterna y costó desde su amor infinito la muerte en la Cruz de nuestro
salvador.
La respuesta ala homosexualidad no está en terapias de
shock fundamentalistas, humillantes. Está en lo que decía San Agustín que todo
lo que hagamos lo hagamos desde el amor. Si corregimos lo hacemos con amor. Y
es ese amor, que San Juan definió como Dios mismo (“Dios es amor”) es la clave
para vivir la conversión del renunciar al YO para vivir solo para aquel que
“nos amó hasta el extremo”. Así le dije a un joven que me preguntó sobre la
homosexualidad: “colócala en las manos de Dios” y esa es la clave de ella. ¿Te
acerca la homosexualidad o heterosexualidad a Dios, te santifica según lo que
él quiere de ti? ¿Te da paz? Si buscamos la respuesta con honestidad en lo
profundo de nuestro corazón sabremos responder como María al ángel Gabriel: “Yo
soy la esclava del Señor, hágase en mí según su Palabra”. Dios los bendiga, nos
vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
sábado, 20 de abril de 2019
DIOS NO TE SACÓ DE VENEZUELA SIN PROPÓSITO
Hoy le quiero dedicar unas líneas a
todos mis amigos que se fueron de Venezuela buscando un mejor futuro, pensando
en el futuro de sus hijos, en su propio bienestar y seguridad. Pero en especial
se lo dedico, en una fecha como hoy (sábado santo de 2019), a los que compartíamos
momentos en la Iglesia de San Agustín (Carpa Fray Luis de León) de los
agustinos recoletos. El canto, la alegría, el reclutamiento de nuevos miembros,
y el trabajo en equipo era la norma. Latinoamérica y en especial nuestra
bendita tierra Venezuela si algo tiene es juventud, una juventud que en frase campamentista cantaba: “nuestra fe no puede descansar, QUE NO QUE NO PERO QUE
NO”.
San Juan Pablo II en sus visitas por
este nuevo continente anunciaba de forma profética que este sería el continente
de la esperanza. Ya los signos de una Europa secularizada, envejecida, con
grandes templos vacíos, advertía lo que hoy se ve y se vive. Europa con sus
leyes, modernidad y tecnología desplazó a Dios poco a poco. ¡Y ojo!, América no
está ajena a este peligro, lo que pasa es que la necesidad y la corrupción, la
pobreza y otras calamidades sociales han mantenido el hilo de fe. En efecto,
donde abunda la necesidad la fe se sostiene aunque no de forma de alabanza sino
de forma de clamor (esto sería tema para otro artículo).
Así, Venezuela, el país de mayor calamidad
socio política de los últimos 17 años (por lo menos), empezó a exportar, de
manera forzada, una de nuestras mayores riquezas, su juventud. Cuando vi partir
amigos y conocidos en la fe muchos temores embargaban mi mente, muchos
cuestionamientos, ¿debíamos hacer lo mismo?, pero también entendí, y así lo he
creído porque ha sido lenguaje de la providencia divina en mi vida, que cuando
Dios nos quiera mudar nos muda, abre caminos donde no los veía y eso, a nivel
fronterizo, no ha ocurrido. Así entiendo que de momento Dios nos quiere acá, a
mi familia, y nos asiste con su poder y providencia. Pero los que marcharon,
Dios sí que los quería donde están. Y en especial los que buscaron el viejo continente
porque tienen una labor de evangelización. No pocos me han comentado que desde
que llegaron se activaron en parroquias o grupos. También los que migraron
dentro de la misma región Sur (Colombia, Chile) están activos en labores de
evangelización. Hay trabajo, Cristo los formó para algo, Cristo nos pide
fortaleza y fidelidad, formación y voluntad de servicio. Y aunque se les
extraña full sin duda es un gusto saber que el Cristo que desde lejos ven en el
Sagrario es el mismo que yo contemplo desde acá, que las misas que escuchan, en
esencia, contienen las mismas lecturas, la misma profesión de fe, el mismo
Padre Nuestro. Por eso siempre digo: “nos
vemos en la oración”. Eso fue lo que mantuvo unido a los apóstoles en la
distancia, ese es el aspecto universal de nuestra fe, eso es lo que nos hace
una sola Iglesia.
Estén donde estén, que la fuerza de
la Verdad los mantenga unidos como
familia, en la Iglesia doméstica. Que estén donde estén, no se dejen seducir
por las trampas de la mundanidad (sexo, drogas, moda, relativismo, paganismo,
sincretismo). Estén firmes en la fe y quizás cuando regresen o nos veamos en la
Iglesia triunfante ya nada nos separará de disfrutar eternamente la Gloria de
aquel que nos amó hasta el extremo. Dios los bendiga, Felices Pascuas de Resurrección y recuerden: nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
@twitter: @luistarrazzi
lunes, 15 de abril de 2019
DIOS PROTEGE SU IGLESIA, NO NUESTROS MUSEOS
Una de las profecías que más duramente tuvo que ver el pueblo
de Israel fue la que vaticinó el profeta Jeremías quien advertía de la
destrucción del templo judío tras hondas iniquidades que ejercía el pueblo de
Dios. Siglos después, Jesús advertía nuevamente que no quedaría piedra sobre
piedra refiriéndose al mismo templo, cuya segunda destrucción fue definitiva y
hoy solo queda el muro de los lamentos.
La noticia que se volvió tendencia el día de hoy, 15 de abril
de 2019, son los daños por el fuego que ha sufrido la emblemática catedral de Notre
Dame, en Francia, que tal como decía un entrevistado en la radio, es un punto de referencia turístico para
cualquier persona que visitara Francia. Un lugar de donde no podías
regresar sin una foto. Y es que en efecto, en muchísimos países de Europa, en
especial Francia, el cristianismo que queda es el cultural, el de museo.
Comenzando por leyes y modas sociales ya no hay casi ninguna
influencia de esta fe en sociedades que han progresado muchísimo en el
desarrollo tecnológico, en la libertad del pensamiento (cultura del
relativismo) y en sus economías.
Cuando escuchamos de este incendio quizás pensemos en la
referencia histórica que data del siglo XIII, pensamos en las bellezas de sus
obras, vitrales, reliquias, arquitectura, pero ¿pensamos en el sagrario, en la Eucaristía,
en lo sagrado del lugar? Quizás pensamos en algún posible atentado o
intencionalidad (por comprobar) pero ya cuando una Iglesia se transforma en
museo generalmente su esencia, su sentido, su razón de ser ya estaba quemada.
Me entristece lo que este incendio significa, me entristece
que el mundo sufra pérdidas culturales y que el cristianismo, justo en tiempo
de semana santa, viva un golpe así. Pero Dios no vino al mundo para ser museo
de su historia sino para ser camino, VIVO, ACTIVO Y PERSONAL, de todos aquellos
que le aceptan y aman. Si hemos escuchado muchas veces que la Iglesia no son
las paredes sino que todos somos Iglesia creo pertinente preguntarnos, cada
uno, ¿qué parte de mi Iglesia está quemada o en cenizas? Dios los bendiga, nos
vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
Twitter @luistarrazzi
lunes, 1 de abril de 2019
LOS VERDUGOS DE VENEZUELA
Un verdugo nace de una necesidad de justicia, y en un país
con algo de cultura democrática presidencialista, el verdugo se entiende
erróneamente como un mesías. Si este mesías sabe manejar los lenguajes y conoce
las debilidades sociales, armado de demagogia logrará captar los votos
necesarios para llegar al poder y una vez ahí el país dará espacio, dentro de
sus propias emociones, a su propia ejecución. Eso fue Hugo Chávez Frías para
los venezolanos.
Venezuela no es un accidente social, es el vivo ejemplo de un
país que se acostumbró a vivir bien desde su era petrolera, un país que quizás
no miraba mucho a las necesidades externas de sus fronteras de las cuales nos informábamos
por medios noticiosos y que sin duda, y lo digo como elogio, albergó a
muchísimos inmigrantes que vivieron hambres, guerras y hasta persecuciones. El
capricho de crecer así como país nos hizo ver problemas magnos donde no los
había, pero eso solo se entiende en retrospectiva, del presente hacia atrás.
Hoy hacemos conciencia de que en los años 80 y 90 del siglo XX no vivíamos tan
mal, y eso lo sabemos porque hoy (año 2019) vivimos agudamente mal. Nos quejábamos
de la sarna que no teníamos y eso hizo que el demagogo llegara al poder, con la
bandera ambigua de acabar con la corrupción, de freír a los adecos y copeyanos
y de fundar la Quinta República, comenzando su plan de destrucción implícito;
porque quien tanto roba y por tantos años no puede pretender desangrar al país
y que su corazón siga como si nada.
Los niveles de excitación social eran enloquecedores en
muchos sectores del país (A, B, C y D).
Tenían un líder que los miraba a los ojos. Los necesitados llevaron al poder a
uno como ellos, a “uno del pueblo”.
Ya sobre esto había hablado la periodista Mirtha Rivero en su
libro “La Rebelión de los Náufragos”
el cual no tuve opción de leer por razones económicas pero sí le he seguido el
paso a los resúmenes y explicaciones derivadas de quienes sí lo leyeron. En él
Rivero hace una “crónica sobre la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez
(CAP) en Venezuela entre 1989-1993. La intencionalidad de la autora es la de
brindar al lector una narrativa sobre el episodio que marca el inicio del
colapso del sistema político venezolano fundado luego de la caída de la
dictadura del general Marcos Pérez Jiménez en 1958” http://revistas.usal.es/index.php/1130-2887/article/viewFile/8715/8880.
Un naufragio que en su propio sentido nos habla de revelarse sin un rumbo claro
de a dónde se deseaba ir, solo obtener el poder por el poder.
Los verdugos de Venezuela son todos los que desde la
independencia hablaron de ideales, de conceptos y adoptaron ideas externas sin
generar las propias como sociedad. El ideal de Bolívar, por ejemplo, no era
Venezuela, era la gran Colombia. El ideal de las dictaduras que tuvimos fue el
poder y la represión, sin dudar que en una, como la de Pérez Jiménez, hubiera
crecimiento en infraestructura. Desde inicio de los 90 yo escuchaba en mi niñez
que Venezuela necesitaba otro Pérez Jiménez, pero el chavismo no lo fue.
Invocamos un espíritu y ahora no sabemos cómo salir de él. La izquierda
comunista, socialista radical ¡cuánto daño le ha hecho al mundo!, ¡qué vergüenza
lo que el hombre es capaz de hacer por sostener el poder y justificar sus
ineficiencias!
Venezuela murió. Hoy solo somos una cárcel de 30 millones de
habitantes. Sufrir entre rejas o fuera de ellas sin luz, agua, comida,
medicinas, viabilidad, transporte, unión familiar, angustia y casi hasta sin fe
(apetencia final del demonio) ha hecho de esta tierra bendita una embajada del
infierno. Pero, ¿no hay esperanza?
La hay, en Dios siempre la hay. Un resurgir que vendrá luego
de este diluvio de plagas y tragedias. Quienes se sostengan en el Arca de la
Iglesia, de la fe, esos verán nacer una nueva Venezuela. Esta purga, quizás,
apenas comience. Resistir en la fe es lo único que nos queda, pero no por ser
lo único es desalentador. Cristo camina con la historia de Venezuela. Luego de
la Cruz hay Resurrección. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi
viernes, 15 de marzo de 2019
CASTIDAD SIN VIRGINIDAD
Mucho se ha predicado desde la fe católica sobre la
virginidad. Poniendo como modelo a María Santísima y al mismo Jesús, es un
proyecto de vida individual que
trata de estimular el autocontrol y enmarcar la sexualidad humana, creación de
Dios, dentro de una estructura y proyecto matrimonial familiar.
El discurso sobre la virginidad se ha vuelto una utopía en
las nuevas generaciones. Tanto así que a la hora de hablar de sexualidad
cristiana muchos evitan mencionarla e inclusive, atentando contra la enseñanza de la Iglesia, del catecismo y la encíclica
Humane Vitae, promueven una sexualidad cargada de anticonceptivos, condones
bajo el slogan: “sexualidad responsable”.
Bajo esa estructura y realidad la castidad se ha vinculado
erróneamente como un sinónimo de la virginidad y por eso resulta poco atractiva
para el discurso cristiano, correcto,
de la sexualidad responsable. La castidad puede partir de una persona no
virgen, porque a diferencia de la virginidad que parte de una absolutismo (se tiene – ya no se
tiene), la castidad inicia desde una decisión consciente de abstinencia a
partir de un determinado momento de conversión. Por eso una prostituta, un
promiscuo, un infiel, un lujurioso, etc; puede tener un punto de quiebre e
iniciar un camino de castidad.
En el año 2015 un reconocido actor y productor mexicano,
llamado Eduardo Verástegui, confesó en una entrevista que tenía, para
ese momento, 13 años de castidad. Nótese que este actor, quien recuerdo en esta
entrevista, también había vivido una vida desordenada, muy propia de la vida
cercana al dinero y la fama, no parte de un concepto de virginidad, sino de
continencia. Una continencia que decía evolucionaría en un matrimonio
sacramental, donde los esposos se hacen castos en fidelidad dentro de un
ejercicio de sexualidad que santifica.
Esa trampa es importante que cualquier persona la tenga presente,
y más en este tiempo de cuaresma que vivimos en este año 2019, porque siempre
se puede recomenzar, sanar, liberar con un perdón de Dios que olvida, levanta
y no encapsula tu vida en tu pasado. Si no ¿qué sentido tendría la palabra
conversión en personajes Bíblico como María Magdalena?
La vida sacerdotal, consagrada y matrimonial están llamadas a
la castidad una vez iniciada. En los consagrados la exigencia no es la
virginidad, es la castidad; que si viene de una perfecta condición de virginidad
seguramente será más brillante. En los esposos igual. Esa donación sin defecto,
sin uso, es lo ideal, pero si dado el caso no es factible, la castidad será
inmediatamente el recurso santificante. Recordemos que volvemos a nacer con el
bautismo y también con la conversión. Sin autocontrol no habrá castidad como
virtud. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi
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