martes, 23 de febrero de 2016

CARTA ABIERTA A MIGUEL BOSÉ





¿Por qué agredes a mi madre?

De las diversas biografía  que se han hecho sobre el papa San Juan Pablo II, algunas literarias otras cinematográficas, muchas destacan que cuando él queda huérfano de padre y madre fue a una iglesia y ante una imagen que representaba a María Santísima le dijo: “tú ahora serás mi madre”.

Esa aceptación de María como madre nuestra, pero primero como la madre de Dios, es lo que une de una manera especial al mundo cristiano católico, mundo que tú te has atrevido agredir al mofarte de la figura femenina y pura de María, que solo ha sabido amar desde su existencia.

Muchas personas que defienden la ideología de género acusan a la iglesia de intolerante, homofóbica, discriminadora pero no se ven en el espejo triste y despreciable de lo que sería el lado opuesto de esa moneda: la cristianofobia.

Primero porque cuando desde la tarima un artista como tú es capaz de tomar una imagen muy venerada y santa como la de la madre de Dios, mi madre, y alterar su sentido, su belleza, eso habla de que dentro de la ideología de género no hay más que el exacerbado deseo de aplastar cualquier expresión de fe cristiana. No hay un deseo de integración ni de inclusión de lo ya existente con esa corriente del pensamiento LGBT que trata de meterse en todos los conceptos tradicionales de la sociedad: familia, matrimonio, adopción, fe.

Nos ofendiste cobardemente Miguel Bosé, inclusive a muchos de tus admiradores, seguidores de tu música (dentro de los que NO me sumo pero que sí comparto en mi familia personas que compraban tus discos), comunidad de fans que no dudo tendrá muchos católicos que comprando tus entradas para conciertos y tu música te llevaron a la fama que gozas y de la que aún queda algo. Todavía recuerdo ese concierto por la paz que diste con Juanes en la frontera colombo venezolana, una llamado a la unión, todos vestidos de blanco. ¿Qué pasó con ese llamado de paz Miguel?, ¿agredir a la comunidad católica con estas ideas grotescas te parece paz?

Yo te invito a que sigas tu línea coherente de insultos y ahora hagas lo mismo con la figura de Mahoma, porque si cuestionas las doctrinas morales del catolicismo créeme que en el Islam podrás conseguir también material para mofarte. Pero no, seguro no lo harás, porque ahí sí podrías poner tu vida en peligro ¿verdad? Pues  te adelanto que ofender a la madre de Dios no queda impune y menos si todavía no eres capaz de entender la gravedad de tu falta.

Estamos en la era de los insultos y desagravios hacia la fe y tu país nacionalizado, España, está liderando la campaña. Un estado que desea pujantemente sacar la religión de sus aulas, que excluyó pesebres de ayuntamientos, que aplaude a la poetisa catalana (Dolors Miquel) por tergiversar la oración del Padre Nuestro y ahora, ya tienen su cantante que tomó la figura santa de María para mofarse de nuestra fe. ¡Caíste bajo Miguel!

Leerás esto, si lo llegas a leer, y seguro en tu mentalidad superior dirás: “Otro fanático religioso, otro homofóbico”. Pero no, te escribo desde la figura de un hijo que ha sentido que a su madre la han ofendido, usándola para un comercio barato y superfluo de aplausos vacíos. Un mundo de placeres que ya tú debes saber, con el pasar de los años, se hace más cuesta arriba disfrutarlo.

Quizás tú no entiendas el sentido de ofender a una madre porque en tu propio entorno esa figura la negaste, la suprimiste. Pero la madre es sagrada y más la madre de Dios.

En el programa “El Hormiguero” una vez señalaste: “Para mí, la mesa es sagrada. Todos trabajamos para comer. Yo creo que una persona que no sabe estar en la mesa, que no respeta la comida y las formas de la convivencia en una comida, hay algo que está fallando. Tienen que aprender que papá está trabajando para eso y que tiene que ser respetado. Ese es el primer valor que existe. Así me enseñaron a mí”. Esto explica lo básico de tu actitud. Respeto Miguel, respeto fue lo que te faltó.

Aludirán algunos a los sacerdotes pedófilos, a las riquezas del vaticano, a las cruzadas y hasta la condena a los escritos de Galileo. Esos temas, que en nada responderían a tu ofensa a María, tienen sus propias realidades que te aseguro Dios sabrá juzgarlas con la justicia que es perfecta e incorruptible. No soy moralmente mejor que tú, en lo absoluto, pero mi madre sí lo es, mejor que todos, y un ser tan puro como María no merece un trato despectivo de ningún ser humano. La próxima vez que proyectes una imagen de nuestra madre en un escenario colócate de rodillas y reza una Salve. Dios te bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi
  

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