miércoles, 5 de septiembre de 2018

¿QUÉ PIERDE LA IGLESIA CON LA RENUNCIA DEL PADRE LINERO?



 No quiero detenerme en su decisión ni juzgar las verdaderas razones. Leyendo parte de las noticias hay una frase suya que recoge radio caracol colombia en su twitter (@BluRadioCo) que dice: “me mamé de la soledad”, y sobre esa expresión quisiera atacar el daño colateral que sí le hace a la Iglesia sus comentarios.

Razón tenían los santos antiguos cuando al mejor estilo de Juan el Bautista se aislaban del mundo para fortalecerse ante las debilidades de la carne. En la soledad quien no se encuentra con Dios perece en su propia humanidad. Hace 3 años recuerdo le hice, en mi anterior canal de youtube, un video tras una entrevista que tuvo en CNN con Cala, y se la hice porque se notaban debilidades en la apologética de muchos conceptos de la fe (https://www.youtube.com/watch?v=_mhzUQvLfPg). Hoy el tiempo me da la razón, porque es el mismo camino que transitó el famoso padre Alberto Cutié.

Cuando hablo de daños colaterales a la Iglesia tras su decisión lo digo por las oportunidades que los atacadores de oficio de la Iglesia hacen; comentarios como estos: “A raíz de la decisión del padre @PLinero de dejar el sacerdocio usted piensa que la iglesia debería acabar con el celibato?” (@jorgecura1070).

Temas como el celibato, la obediencia o los votos de pobreza no son causas creíbles para abandonar el sacerdocio, porque estas tres condiciones son claras desde el seminario y tienen una antigüedad casi similar a la antigüedad de la Iglesia. El celibato solo es comprendido desde el testimonio de quienes lo han vivido con profundo heroísmo y amor, guardando sus “noches oscuras” para Dios y nos para micrófonos o medios.

La Iglesia no pierde nada con su renuncia del sacerdocio, la Iglesia lo tiene todo en Cristo. Somos nosotros los que perdemos cuando cambiamos radicalmente nuestro sentido misionero, cuando vivimos doble vida o cuando no recordamos el consejo de Jesús a sus apóstoles en el huerto de Getsemaní: “Recen porque el espíritu es presto pero la carne es débil”.

Para finalizar quisiera reconocerle algo. Tuve una valiosa amiga que hace tres años, tras luchar casi cinco con un agresivo cáncer, falleció. Grania Blanco, devota de la coronilla de la misericordia, dentro de los grandes recuerdos sacerdotales que se llevó de este mundo fue el suyo. Hablaba mucho de usted. De hecho, yo supe más de usted por ella. Ella hoy, ofreciendo sus dolores y enfermedad, sus quejas y dolores, estoy seguro goza de la eternidad con Dios. Nunca “se mamó” de su realidad, solo la transformó en instrumento de santificación. Ese testimonio a mí me sirvió muchísimo y me sirve para crecer en mi fe, imperfecta como la suya, pero trato de hacer silencio de mis quejas para fortalecerme de Dios y no del mundo. Hoy lo sigo creyendo: ¡Cuánto daño le hacen los medios a la vida consagrada!, sobre todo si esta fama los acerca  más al mundo y no son ustedes los que acercan el mundo a Dios. Nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi

No hay comentarios:

Publicar un comentario