El predicador, si me permite comenzar con este adjetivo que
creo lo identifica plenamente. Sé, que no son necesarias estas líneas para
usted, porque si algo nos enseña nuestra fe, entre tantas cosas, es no esperar ni
confiar en las loas que recibamos por las cosas que hacemos, ya que la obra es
y será siempre de Dios.
Pero considero necesario decirle, simplemente, gracias. Desde
Caracas – Venezuela, donde vivo, y donde tuve la oportunidad de conocer de su
trabajo en redes sociales, en especial en su canal de youtube fraynelson, me he convertido en un consumidor de
su obra pastoral, profética y con contenido salvífico. Me fue recomendado
escucharlo gracias a una gran amiga, co-directora del portal píldoras de fe, llamada Andrea Pérez de
Quero.
Mi hambre de aprender temas de mi fe no siempre es satisfecha
por el hondo y superfluo relativismo que casi siempre conseguimos en las redes
sociales. Yo puedo contar con los dedos personas que han tenido, en diferentes
momentos, gran impacto evangelizador en mi vida. Desde Martín Valverde,
pasando por el canal EWTN y el Padre Antonio Fortea hasta, sin duda dándole las
gracias a Dios, llegar a sus predicaciones.
Gracias Padre Nelson porque sus predicaciones son necesarias,
completas, frontales y que nos preparan para las batallas presentes y futuras.
El cristianismo, como el de mi vida, no se caracteriza siempre por la
coherencia de sus practicantes, pero si siempre tenemos clara la brújula que
lleva a la verdad solo así podemos estar claros de qué tan cerca o lejos
estamos de ella.
Su trabajo lo recomiendo ampliamente a padres de familias,
catequistas, diócesis, teólogos, misioneros. Y lo recomiendo porque en él más
que brillar usted, brilla Dios y su Iglesia. Particularmente pienso que amar a
Dios y no amar a la Iglesia es como que lo quieran a uno pero no quieran o
desprecien a nuestros hijos.
Siga adelante y que Dios le dé mucho auxilio y fortaleza,
porque son tantos los sacerdotes que siendo figura pública el demonio los ha
tentado y sacado del ruedo que confío y pido a Dios que su fe y testimonio de
vida no se alejen de lo que usted predica. Somos humanos, pecadores; pero
debemos saber reconocer a los ungidos de Dios y así como muchos que vivieron en
épocas de santos debieron sentirse muy orgullosos en conocerlos y aprender de
ellos, yo sé que podré decir con orgullo que viví en los tiempos de predicación de Fray Nelson Medina. Nos vemos
en la oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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