Muchos se habrán hecho esta pregunta. Si Dios tiene el poder
para resucitar muertos y curar enfermos por qué no aprovechó este escenario
mundial para, ya más que confirmada la incapacidad médica (en especial la
británica) para hacer más por él, meter su mano y hacer un milagro para que
todo el mundo que seguía esta noticia creyera. Con ello taparle la boca a los
jueces británicos, a los policías, a la ideología de género, ¿por qué Señor?
La respuesta que daré no la daré porque Dios me la haya
revelado explícitamente, sino que la daré basado en lo que interpreto de mi fe,
lo de poco aprendido en este largo camino que me falta por aprender.
En el pasaje bíblico de Lázaro y Epulón (Lucas 16, 19-31),
Epulón en diálogo con Abraham expresa en una de sus partes: “Te ruego… que le envíes (a Lázaro) a casa
de mi padre, porque tengo cinco
hermanos, para que les advierta y no vengan también a este lugar de tormentos».
Pero replicó Abrahán: «Tienen a Moisés y
a los Profetas. ¡Que los oigan!» Él dijo: «No, padre Abrahán; pero si alguno de
entre los muertos va a ellos, se convertirán». Y le dijo: «Si no escuchan a Moisés y a los
Profetas, tampoco se convencerán
aunque uno resucite de entre los muertos”. No en vano Jesús, luego
de su resurrección ante la incredulidad de Tomás dijo: “Dichoso los que crean si haber visto”. Alfie Evans lo siento como uno de esos seres especiales, diferentes, como su extraña enfermedad, que son mártires
de su tiempo, así como los santos niños inocentes que recordamos los 28 de
diciembre de cada año. Alfie Evans, con su vida, que por cierto fue arrebatada
por Dios de forma natural aun con una eutanasia sugerida por inanición, nos
reveló la crueldad de la Ideología de Género en sus tres grandes motores: el
aborto, el matrimonio homosexual y la eutanasia. Sin duda, todo dentro del
marco denunciado por el Papa Emérito, Benedicto XVI, La Tiranía del Relativismo.
Su muerte para mí no es el problema de fondo, fue la
supresión de todos los derechos de sus padres sobre su hijo. Un Estado que con
su bota pisó, oprimió y quitó toda posibilidad de búsqueda de esperanza y
ayuda, aunque supusieran estéril, para este niño. Ni Pilatos, hombre de suprema
crueldad, se vio tan hostil con Jesús cuando intentó desplazar la responsabilidad del asesinato de
Cristo al pueblo lavándose él las manos.
Pero es que tenía que ser así. El demonio aunque a veces
se disfrace de oveja, no puede ocultar
su naturaleza maligna de gozar en el dolor y sufrimiento. Y el demonio también
apostó en este caso seguramente cuando pensó que si Alfie moría, como ocurrió,
mucha gente dudaría del poder y la misericordia de Dios.
Alfie es un cordero sacrificado por la vida, Alfie es un
santo, un mártir. No murió por su fe, pero murió acompañado de ella. Murió por
los caprichos soberbios de hombres que se sientes superiores al resto. Alfie
Evans hoy gozará de las mies de la eternidad, donde no habrá ni llanto ni
rechinar de dientes. Alfie Evans es un nuevo patrocinante de la causa pro-vida.
Alfie Evans es el motivo por el cual hoy debemos gritar con más fuerza: SÍ A LA
VIDA, SÍ A LA FAMILIA, SÍ A DIOS. Que Dios los bendiga, nos vemos en la
oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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