Los gobiernos tiránicos, de cara democrática pero
profundamente dictatoriales, hace tiempo detectaron algo que solo la opinión política
internacional no ha entendido o no quiere entender. Y es que estos gobiernos,
gracias a la “diplomacia” pueden hacer y deshacer con la ganancia del tiempo y
con la resistencia. Para eso, hipocresía, finura en la mentira y
altos niveles de corrupción son la clave. En esto Cuba, Venezuela y ahora Nicaragua son expertos.
Cuba, con un sistema político socialista, comunista,
profundamente opresor y que ya supera los 50 años, con todas las presiones y
sanciones internacionales, bloqueos y beneficios para quienes lograran escapar,
aprendió que con paciencia y cinismo, las olas de críticas y condenas pasan,se limpian la sangre de los masacrados y sigues gobernando. Esto lo aprendió el
sistema de gobierno venezolano que ya supera los 20 años y Nicaragua lo empieza
a transitar.
Me gustaría decir que el problema es la izquierda política.
Pero no, es el hombre, no el sistema, el que cargado y emborrachado de poder,
soberbia y placeres gobierna para sí. La evidencia nos dicta que ni la ONU, ni
la OEA, ni ONG detienen estas maldades con rostro político, que se llenan la
boca ostentando el respaldo en votos que recibieron.
Por eso le digo a Daniel Ortega que va bien. Lo estás
haciendo muy bien. Pero ¡ojo!, todo esto te servirá en esta vida porque cuando te llegue
la muerte, como les llegó a Fidel Castro y a Hugo Chávez, ahí conocerás la
verdadera justicia. La muerte es eterna, tu gobierno, disfrutado por ti, no.
Nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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