sábado, 4 de agosto de 2018

¿LA IGLESIA ESTABA A FAVOR DE LA PENA DE MUERTE?


Muchas veces da la impresión de que la visión que algunos tienen del Papa Francisco es de un Papa que debería custodiar lo existente, sin alterar nada. Es la línea radical de la ortodoxia frente al otro extremo liberal que casi que asegura que todo en la Iglesia debería cambiar.

En el Papa Francisco cabe bien esa frase que escuché hace años que dice: “cada Papa responde a su propio tiempo”; con ese acompañamiento prometido por Cristo de que el Espíritu Santo la guiaría en la verdad. Así, reciente a la publicación de este artículo, Francisco da un nuevo giro en la doctrina católica, esta vez sobre la pena de muerte, al señalar que el catecismo debe cambiar en su numeral 2267. Este numeral reza así: “La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas”. El cambio propuesto por Francisco da un giro radical que señalaría: “la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona". Y es que no podíamos esperar una evolución doctrinal diferente en un Papa que si algo lo ha caracterizado en su gestión es recordarnos la misericordia de Dios en todo escenario y condición de vida. Esta postura también ha destapado el fariseísmo de nuestra fe, que todos tenemos en mayor o menor grado y que fue la principal justificación que determinó la condena de Jesús por su propio pueblo.

No se trata de cuál justicia creamos nosotros convenga más para cada caso. No dudo que existan asesinos tan viles que merezcan, a nuestro emocional criterio, una muerte con dolor, o que existan violadores que merezcan ser castrados; pero en la fidelidad y confianza de la fe la justicia se traslada a quien la aplica de modo infalible, es decir, a Dios. Y es que si algo nos aleja del amor es el poder de administrar la justicia sobre nuestros propios hermanos basados en el rencor. Toda historia de violencia y dolor tiene su propia verdad, que no justifica el hecho pero sí lo explica y eso solo lo conoce a la perfección Dios.

Quizás entendiendo el asesinato válido aquel que se ejerza en la legítima defensa de la vida, cuando tu vida esté en peligro por un agresor, cualquier otra forma de impartir muerte debemos dejársela a aquel capaz de crear vida. Un salto de fe muy grande pero que solo podía derivar de un Papa que nos ha tratado de mostrar el rostro misericordioso de Dios. Si el 5to mandamiento nos dice: “no matarás”  pues creo que es hora de revisar nuestras excepciones. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

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