martes, 2 de febrero de 2016

CRISTO NO RESTA VOTOS, CREERLO SÍ


El reciente triunfo del candidato republicano Ted Cruz en el estado de Iowa sobre el magnate Donald Trump, por cierto contra todo pronóstico, revela entre otras cosas, que “Dios no está muerto”.

La omisión del mensaje de Jesús en campañas electorales o su uso demagógico para alterar conceptos de verdad salvíficos ha hecho de la política una suerte de farsa demagógica donde lo que está de moda es lo que se debe aprobar para llegar al poder. Si hoy la moda es la legalización del aborto y la eutanasia y la legalización de uniones homosexuales prácticamente ningún político se levanta ante esto, con argumentos de fe, para decir honestamente en una campaña presidencial: “Yo no estoy de acuerdo con esto porque creo en las enseñanzas de Cristo”

La política no siempre se trata de sumar votos sino de ser transparentes y claros en nuestros valores aunque choquen contra corriente. No es superfluo analizar para entender el por qué dos candidatos antagónicos pero abiertamente sinceros en sus conceptos y valores encabezan la línea republicana: Ted Cruz con sus valores cristianos y Donald Trump con su chocante pero franca postura anti inmigrantes y anti musulmana. Es decir, los electores están valorando transparencia y luego queda el discernimiento basado con cuáles valores me identificaré para elegir mi candidato presidencial.

Latinoamérica tiene que aprender, y rápido, de este fenómeno Cruz – Trump, porque los tiempos de la demagogia deben terminar de salir de los ideales políticos. El siempre usar a los pobres para llegar al poder y mantenerlos pobres para siempre tener ese banco de votos y el aprobar de todo para tener a la mayor cantidad de sectores sociales felices, sobre todo cuando la resistencia en principios morales pareciera no hacer mucho ruido.

Leía recientemente que en Polonia un grupo de parlamentarios se había unido para hacerle frente a la ideología de género. Los pro vida en Perú han frenado en varias ocasiones las intenciones de legalizar el aborto en esta nación productora de santos importantes. Es el poder entender que los políticos honestos, aunque sean de valores muy antagónicos, tendrán mayor éxito que aquellos que hablan de todo y no aclaran nada.

Del lado demócrata la situación no pareciera muy dada para la pro aborto y profundamente ante religiosa Hillary Clinton ya que si bien ganó en el mismo estado, un candidato independiente que se lanzó del lado demócrata (Sanders) le llegó sumamente cerca.

La conclusión para mí es que tener a Jesús de aliado en la política, con franca honestidad suma, no resta. Porque los espacios perdidos en la fe cristiana en el mundo de la política, desde el punto de vista laico, no fueron ganados por los adversarios, fueron cedidos desde el silencio, desde la omisión. No tengamos miedo de hablar de Jesús porque las soluciones del mundo están y siempre estarán en los evangelios. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi


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