lunes, 22 de febrero de 2016

CONSEJOS PARA CUANDO LLEGUE EL SAQUEO JUSTO




Cuando en mi país, Venezuela, advierten con cierta insistencia algunos analistas que la sociedad se ha convertido en una suerte de olla de presión, la interpretación más directa, a mí entender, es que el pueblo saldrá a las calles a destruir comercios y robar sus inventarios, algo que se podría resumir en una sola palabra: saqueos.

Con el mismo sofisma que se emplea para justificar el robo cuando hay pobreza, los saqueos tienen una suerte de “justificación” delictiva cuando el hambre empieza a sentirse en los hogares y cuando se agudiza la mala calidad de vida en servicios fundamentales como el agua y la luz (solo por citar dos); siendo el saqueo una suerte de catarsis social terapéutica.

Sin embargo, a los demonios retenidos que están esperando el disparo para salir a saquear, pido me permitan darles estos consejos:

1)    Los saqueos no sacan gobiernos como el de Venezuela: Si Venezuela fuese gobernada hoy por políticos con un mínimo de ética y moral ya habrían renunciado todos. Si en Venezuela ocurriera un penoso caso de estallido social el gobierno se atrincherará y pasada la masacre y la destrucción culparán a la derecha, al imperio o a la guerra económica.
2)    Los comercios no tienen la culpa: Aunque nos queramos convencer de lo contrario y tengamos la visión de que todo el que tiene un negocio es millonario, la realidad es que cuando robas algo de un abasto, supermercado o negocio en general le estás haciendo daño a una familia, a unos empleados. Y lo curioso que ocurre en saqueos es que aunque todavía los avances no han logrado hacer que los seres humanos comamos televisores, ni computadoras, ni lavadoras, ni neveras, estos bienes son muy apetecibles en estos actos. Ante esto cabe repreguntar: ¿saqueo por hambre?
3)    Los saqueos no deberían ser a comercios sino a palacios: Un saqueo siempre será un acto violento no apoyado por Dios, porque Dios nunca está en la violencia. Pero si un saqueo tuviera justificación lo que se debería buscar quitar con él es el poder de quienes gobiernan mal. Debería ser un acto no dirigido a agredir los bienes del prójimo sino rescatar un ejercicio del poder corrompido y dañino. Sería una suerte de rebeldía como la expresó el libertador Simón Bolívar: “Cuando la Tiranía se hace Ley, la Rebelión es un Derecho”. Pero expliquemos rebelión. En Gandhi y en Martin Luther King Jr. hubo rebelión pero sin violencia, recibían violencia pero no la respondían. Y esta labor de martirio les ganó sus derechos civiles. Una suerte de lo que vivió Cristo, que sin él ser violento pero recibiendo dura violencia, logró derrotar al enemigo por excelencia de la humanidad: el pecado.
4)    Saquear es robar: El 7mo mandamiento de la ley de Dios señala: “no robarás”, y tristemente para los que siguen el pensamiento “justo” de Robin Hood (robar a los que más tienen para darle a los que menos tienen) esa visión no tiene excepciones en la visión salvífica de Cristo. Robar es robar porque al final termina siendo un gesto de desconfianza a la providencia dándole la mano al pecado.

Con estas cuatro premisas la exhortación es para alejarnos de la tentación de violentar los bienes privados o públicos. De no buscar justificativos sociales para apoderarnos de bienes ajenos. De entender que nuestros esfuerzos tienen que dirigirse en la escogencia de políticos temerosos de Dios y con trayectoria de vida limpia, con pensamiento honesto y con ideales claros. Porque la bandera de la violencia solo trae más violencia.

"La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad, sólo la luz puede hacer eso.
 El odio no puede expulsar el odio, sólo el amor puede hacer eso".
Martin Luther King

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

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