martes, 16 de febrero de 2016

¿LOS NO BAUTIZADOS SON TENTADOS?






La tentación por esencia tiene como objetivo primario sacar a una persona del estado de la gracia, hacerle pecar. Es por ello que los dos grandes fracasos del demonio en la historia de la raza humana fueron Jesús y María, porque los demás todos hemos sido tentados y caído en la tentación o, por defecto, nacimos con la culpa del pecado original.

Un no bautizado vive en una peligrosa condición espiritual. El bautismo es un sacramento vital que limpia el pecado original y nos hace hijos conscientes de Dios. Esta carencia de la gracia sin el bautismo impide un acercamiento puro hacia Dios. Por eso, si bien todos somos tentados, la tentación en un no bautizado, ya adulto, sería más una suerte de reforzadores que le hagan sentir cómodo en su condición. ¡Y vaya que el mundo tiene muchos reforzadores para casos así!

Un no bautizado a medida que pasen los años encontrará “en el mundo” más razones para no acceder a este sacramento. Lo verá como un rito más, una acción cultural propia de religiones obsoletas y cerradas. Inclusive muchos quizás digan que creen en Dios pero no necesitan el matrimonio con ninguna denominación religiosa; una suerte de superioridad intelectual muy afín con la que llevó a Lucifer a sentirse superior a Dios.

A los no bautizados el demonio los supervisa pero no les molesta mucho. Van guiados solos por los caminos del mundo, se sienten cómodos caminando en círculo porque no olvidemos que siendo el planeta casi redondo o de forma ovalada, partiendo hacia la derecha o la izquierda, hacia arriba o hacia abajo, llegaremos a pasar por el mismo sitio. Dios ofrece transcendencia y no se puede llegar a ella sin el sacramento del bautismo.

Jesús aún en estado de gracia y siendo Dios mismo pasó por el bautismo y con ello nos dejó un ejemplo a seguir. Jesús siendo único camino de salvación nos invita a seguir sus pasos y previo a tomar la cruz debemos tomar también sus decisiones como parte de nuestro camino al cielo.

La pregunta no es: ¿para qué bautizarme?, porque para ella la Iglesia ya te ha dado la respuesta. La pregunta es ¿por qué conociendo las razones del bautismo aún no lo has hecho, sabiendo que tu alma corre gran peligro de, llegada la muerte, estar imposibilitada de estar con Dios?

Mientras el bautismo no sea parte de tu vida la principal guerra a vencer no serán las tentaciones del demonio, sino que deberás vencer tus propias tentaciones intelectuales que te convencen de no acceder a él. Dios te bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

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