lunes, 30 de octubre de 2017

¿MUEREN LOS PAÍSES?


¡Cuánto dolor gritó este mundo tan solo en el siglo XX!, gracias a ideologías extremistas, a dictaduras cruentas y a democracias corruptas. La opresión del hombre por el poder y los placeres derivados de este han hecho cosas tan horrendas que son casi increíbles de contar. ¿Por qué?

Uno de los factores que han servido de excusa para ello ha sido el falso patriotismo, ese que por defender fronteras y soberanías han puesto al país por encima de sus propios habitantes.

Un país es más que su  gente, así como un carro es más que su carrocería. Pero de nada le sirve al carro existir sin que exista un hombre que lo maneje. Los países son países porque así lo dispuso el hombre, no Dios. Sin el hombre, lo que hoy llamamos países terminaría siendo simplemente Creación de Dios, con el principal adjetivo que es repetitivo en el libro del Génesis: “Y vio Dios que era Bueno”.

Es difícil sostener respuestas bien argumentadas del por qué el hombre se empeña en auto destruirse. Pensamos en el pecado, en la tentación, en la concupiscencia. ¿Pero no habrá algo más?

Esta tendencia a delimitar para separar pero a la vez para apropiarnos de algo y que ese algo haya sido capaz de crear guerras y severos conflictos, no solo nos invita a cuestionarnos los sistemas políticos como tal, sino también nos invita a cuestionar nuestra noción de mundo. Países, fronteras, comunismos, capitalismo, revoluciones, luchas de clases, todo este se da como un cáncer dentro de un cuerpo, un espacio de tierra, al que llamamos comúnmente país.

Hasta el deporte se torna apasionado cuando internacionalmente derrotamos a naciones. Definitivamente Dios no creó los países.

Pensamos en el cielo, aquel lugar donde van los que fallecen y ahí no cabe un ideal con fronteras. No, el cielo no tiene países. Y quizás aunque hoy resuene como una utopía pensar que los países desaparecerán, sí les puedo asegurar que el Cristo que volverá triunfante marcará el fin de las fronteras, el acabose de las naciones. Los países morirán.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

sábado, 21 de octubre de 2017

POEMA: INFIDELIDAD SIN SEXO

¿Cuántos, hoy, activaron tus sonrisas y no fui yo?
¿Cuántos, hoy, dirigieron la órbita de tu mirada hacia la pista facial de su identidad?
¿Cuántos, hoy, tocaron la ropa de tu dermis, saludando tus emociones?
¿Cuántos lograron hoy desviar tus pensamientos de mí?
¿Cuántos estimularon tus dudas, recordaron el abanico de tus opciones haciéndote viajar a tu pasado sin mí?
¿Cuántas palabas de elogio te hicieron pensar en las cosas que yo no te digo?
¿Cuántas atenciones llenaron mis desatenciones?

¡Pero volviste a mí!, luego de ese día de vivencias y riesgos, las llaves sonaron, la puerta se abrió y aún así, con esa carga de tentaciones volviste.

Me elegiste a mí y yo a ti. No me fuiste infiel, sencillamente reforzaste el amor  que nos juramos, en el desierto, y el demonio regresó con sus manos vacías.

 Luis Tarrazzi
@luistarrazzi

viernes, 20 de octubre de 2017

¿QUIÉNES VENCEN REALMENTE EL CÁNCER?



Año tras año surgen emotivas campañas, en especial con relación al cáncer de mama, que instan a las mujeres a no sentirse solas, a luchar por sus vidas, a vencer.

Todo lo que dé consuelo a un alma que sufre ¡bendito sea! Quienes hemos tenido personas cercanas que han padecido esta enfermedad sabemos lo duro que puede ser ese punto de inflexión donde pareciera que la batalla se dio pero no se triunfó. En mi experiencia cercana, tres mujeres y un hombre se han ido por esta enfermedad.

Al entender que se detecte temprana o tardía esta enfermedad, de todas formas todo se trata de probabilidades, la muerte siempre será “el coco” que acompañará a los que padecen este mal, no exclusivo de mujeres, no exclusivo de los senos.

Así, porque tengo la experiencia de decir “adiós” a quienes lucharon, supe que el triunfo sobre el cáncer no se obtiene nunca sobre el cuerpo, sino sobre el alma. El cuerpo con cáncer o sin cáncer morirá, pero el alma que ve la muerte como el gran puente para llegar a Dios, puede triunfar si el cáncer no le hace metástasis al único órgano espiritual: la fe

Donar un sufrimiento para expiar pecados propios o del mundo entero, dar testimonios de amor a Dios desde el dolor, agradecer la oportunidad de prepararnos para el encuentro con el amor mismo, o simplemente que se nos brinde la posibilidad de reflexionar sobre lo finito de la vida y la eternidad, le da un enfoque diferente a la muerte. A veces los enfermos de cáncer sufren más con el sufrimiento de quienes les acompañamos (difícil de disimular), que por la misma enfermedad.

Una sana catequesis sobre el dolor y la muerte daría una gran preparación para enfrentar esta batalla que cual ruleta nadie sabe a quién le tocará o cuándo llegará. Yo aplaudo a las luchadores por la vida, pero esta lucha si no protege la fe y el deseo de eternidad se volverá una lucha estéril, finita y en muchos casos con resultados frustrantes. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.


Luis Tarrazzi
@luistarrazzi

miércoles, 18 de octubre de 2017

TODOS SOMOS CHAVISTAS



Antipático título para los que no somos chavistas. Pero es que aunque el chavismo es un fruto y no un árbol, una explicación sociológica basada en aguda demagogia política, facilismo y mediocridad, como en una familia con muchos hijos, con diferentes personalidades, el chavismo caló en el corazón de todos, para no pasar indiferente y perdurar en el tiempo. Aquí los tipos de chavistas a ver con cuál te identificas tú:

Los que odian al chavismo: Uno de los frutos del chavismo fue la división, separar un país hasta el punto de que extremos se odien a muerte, que deseen que el otro no exista, que disfruten con sus muertes o las muertes de allegados.

Los que el chavismo entristeció: La excesiva y justificada desesperanza que tienen muchos venezolanos es otro fruto del chavismo. Casi que hasta el punto de renegar de Dios y sentir que este país se murió. Que acá solo será feliz quien se logre ir.

Los sabios del anti chavismo: Son los que explican todo lo malo que pasa, culpabilizan a propios y extraños, a los políticos, a los que no votan, a los que votaron pero se arrepintieron. Son los que critican todas las vías pero no proponen ninguna y si proponen se unen al cuarto tipo de chavista:

Los guerreros antichavistas de pantalla: Son los que mandan a todo el mundo a salir a las calles, a matarse, a saquear, a incendiar el país, pero al final cuando esto ocurra, si ocurre, de manera bien violenta y aguda, correrán a sus casas a encerrarse a ver la televisión y hacer un recital de exclamaciones: “¡Ay Dios mío!, ¡válgame Dios!

El común denominador en Venezuela es que los chavistas adeptos y los antichavista se unen en emociones encontradas alrededor de una misma corriente: el chavismo.

Eso es lo que precisamente ha mantenido vivo este régimen. ¿Es increíble que hayan ganado 18 gobernaciones?, por supuesto que lo es, pero ¿no será más increíble que todavía, 18 años después, todos los partidos opositores tengan que seguir “unidos” para tratar de derrotar a un único partido chavista que todavía es una fuerza social, abusiva, demagógica, pero existente? No son mayoría, en eso estamos claros, pero son y el hecho de ser implica que el mejor antídoto para derrotar este régimen es sacarlo de nuestras propias emociones, privadas, donde solo entramos nosotros.

No te dejes robar la felicidad, el amor de familia, tu paz y tu fe en Dios, porque como decía Santa Teresa de Jesús:

Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi






lunes, 16 de octubre de 2017

FELICITACIONES NICOLÁS, OTRO TRIUNFO MÁS

Mucho me costó pensar para darle un título a este artículo. ¿Para qué escribir sobre este tema?, ¿qué más se podría decir?, ¿quién estaría interesado en leerlo, sobre todo con rabia en sus emociones?

La mayoría de mis escritos tratan de tener un rol evangelizador y por eso los vinculo con citas bíblicas. Es que la vida de Cristo da para todo, inclusive para abordar temas políticos, tan agudos y tan complejos como el venezolano.

El ejercicio del poder tiene algo tan místico que ambos lados de la eternidad, el bien y el mal, buscan influir en él. Sin ánimos de comparar las fuerzas de Dios con las fuerzas del demonio, sin duda ambas partes se ven limitadas, la primera por decisión y la segunda por autoridad divina, a respetar el libre albedrío. Por ello su capacidad es de influir para gobernar, no de gobernar directamente.

Yo cuando veo sistemas de gobierno como el que hoy gobierna Venezuela, que lo tildaré de inédito, porque aunque algunos lo llamen dictadura, otros cándidos democracia y otros autocracia, no puedo dejar de recordar el poderosísimo imperio Romano, cuya data desde su fundación como nación hasta su caído post era cristiana fácilmente superaría los 1000 años (como imperio probablemente la mitad de ese período).

Cristo le tocó vivir en pleno Imperio Romano. Yo imagino que era tanto lo que los judíos, en especial los Celotes, invocaban el poder del Altísimo para castigar y barrer a Roma de sus tierras, que cuando llegó Jesús a anunciarse como el Mesías muchos sentirían decepción, fraude o sencillamente que este no podía ser el Rey esperado. Jesús se involucró tanto en el corazón humano, en la conversión, que parecía que el imperio Romano no le incomodaba. Cuesta conseguir unas líneas en los evangelios que estén dirigidas directamente a Roma. Diferente cuando ya San Pablo, en el Capítulo 1 de la Carta a los Romanos sí hace una durísima crítica a la forma de vida de este imperio.

Lo triste son las generaciones que nos ha tocado vivir esta forma de gobierno. Se te puede ir la vida tomando la decisión entre quedarte en el país o irte, entre esperar el cambio y que el cambio nunca se dé. Debes debatirte entre dejar a tus padres, hermanos, amigos, por irte, cual familia de Nazaret, huyendo de Belén a Egipto, solo con tu mujer y tu(s) hijo(s), con la recomendación de no voltear atrás, no por convertirte en piedra como le pasara a la esposa de Lot, sino por hacer menos dolorosa la huída.

Pero Cristo, nuestro Dios, como en la barca y la tormenta, pareciera nunca perder la calma, y nos dice una y otra vez: “Hombre de poca fe”.

El chavismo socialista – comunista – de izquierda radical ha sido una aplanadora política y la democracia les ha dado legitimidad nacional e internacional. Se culpa a la gente de no protestar, de no salir a las calles a terminar con esto. Pero siendo justos aquí se ha hecho de todo. Se probaron las vías electorales, se probó con dosis de violencia que costó la vida de venezolanos, se probó tentando a las Fuerzas Armadas a levantarse y todo ha fallado. ¿Por qué?, mi explicación es que la sociedad venezolano jamás se preparó, porque era inimaginable, para enfrentar semejante Goliat
  
Lo he denunciado muchas veces. Primero debemos evaluarnos como sociedad. ¿Qué queremos, qué aspiramos, que buscamos, qué Dios adoramos? Queremos un cambio y está bien quererlo, pero ¿qué le ofrece ese cambio a la providencia?, ¿sacamos corrupción y narcotráfico y con ello le daremos entrada a la muerte del aborto, la eutanasia, la distorsión de los conceptos de familia, la idolatría, etc? Roma no cayó por invasiones, ese fue el fruto de enormes vicios y descomposiciones sociales que ya rayaban en lo dantesco. Roma se debilitó tanto desde dentro que fue presa fácil para lo que ellos llamaban bárbaros.

Nos hemos llenado de odio, división, nos han querido quitar la alegría, el amor, la camaradería, la hermandad, la paz. Tenemos malos políticos, algunos quizás luchadores, entregados (nunca desinteresados), pero sin duda ineficaces porque la eficiencia política se mide por resultados, no por intenciones o buenos deseos.

Por todo lo narrado yo quisiera permitirme comparar al chavismo con Pilatos, ese Pilatos que lleno de ego y poder le dice a Jesús: “¿No sabes que tengo poder para soltarte, y que tengo poder para crucificarte?” Juan 19, 10. A esto le imagino un rostro de Jesús calmado, preciso y contundente que replica: “Ninguna autoridad tendrías sobre mí si no se te hubiera dado de arriba” Juan 19,11. Sí, el chavismo gobierna con poder y autoridad porque le es permitido de lo alto. Pero ese poder de lo alto no es chavista, menos opositor. No nos confundamos. Dios es Dios, y ojalá cuando sea que toque la salida de este gobierno no vayan al mismo pozo de desecho los que odiaron desde el poder con los que odiaron desde el deseo de cambio.

“No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno”.
Mateo 10,28

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.


Luis Tarrazzi

sábado, 14 de octubre de 2017

TIEMPO DE FRACTURAS CON POCOS YESOS


Una sociedad, institución o familia fracturada es un camino seguro al fracaso o al estancamiento. La poca claridad de metas o destinos nos diferencia entre ser arrieros o arriados. Las fracturas, reparadas, enderezadas aunque queden bien y externamente no dejen marcas, sin lugar a dudas dejan cicatrices en los huesos sólidos que duran en el tiempo.

Nuestra sociedad actual, promoviendo una libertad de pensamiento casi que absoluta y profundamente relativista ha logrado sistemáticamente fracturarse poniendo el riesgo no solo los avances y la estabilidad moral sino que también la cantidad de yesos que reparen estas fracturas se tornan limitados, finitos. ¿La consecuencia de ello?, una sociedad encorvada, dolida, limitada, discapacitada.

La peor y más aguda de las fracturas es la fractura de conciencia, esa que impide establecer los juicios necesarios para educar, formar, corregir, convertir, perdonar, amar, discriminar lo malo. Esa fractura de conciencia se ha hecho tan masiva, tan radical y tan incuestionable que inclusive los tradicionales caminos morales como por ejemplo los de la Iglesia Católica hoy también titubean en sus diferentes jerarquías. ¡Cómo cuesta cada vez ver frutos de conversión por yesos que corrijan desviaciones morales, fuentes de pecado!. Eso nos debe preocupar porque el mundo, de puerta ancha, nos recuerda las palabras de nuestro Dios – Hijo, Jesucristo: “Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella"  (Mateo, 7 – 13).

Cobardía, temor de quedarnos solos, temor de ser rechazados, podrían ser algunas de las explicaciones generales del por qué estas omisiones, aunque tampoco hay que descartar que Jesús a muchos les esté dando un poco de vergüenza predicarlo, solución que muchos han encontrado desvirtuando al Jesús verdadero, cuando señalan expresiones amplias que rezan así: “Jesús te ama como eres”, “Jesús no te condena”, “Jesús es el amigo que nunca nos falla”, “Jesús te apoya en tus decisiones”.

Un barco fracturado se hunde, un avión fracturado se cae, un carro fracturado se sale del camino y se estrella, una conciencia fracturada en sus convicciones y creencias ¿se salva?

En un mundo donde todos somos pecadores lo más grave que podemos hacer es naturalizar esa condición y convencernos de que no necesitamos a Dios. Un fracturado que no reconozca su fractura, superado el dolor y cuando el hueso se vuelva a soldar en la posición rota que quedó, aprenderá a caminar o a escribir así, con su hueso torcido. El día que la muerte nos alcance los huesos mal pegados serán enderezados a costa de un dolor de conciencia agudo. No rechacemos la Verdad pero tampoco neguemos la fuente de esa verdad, divina, eterna, poderoso y misericordiosa. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi

sábado, 7 de octubre de 2017

¿POR QUÉ YO SÍ VOTARÍA?



Primero aclaro el por qué no voy a votar. No votaré no por no querer, sino porque en las próximas elecciones regionales para gobernadores de mi país (Venezuela), el municipio libertador (Distrito Capital) no tiene elección de gobernador, ya que nosotros manejamos la figura de Alcalde Mayor que se elegiría, según entiendo, en las próximas elecciones de alcaldes a nivel nacional.

Muchas veces comenté y de hecho hasta un artículo escribí sobre ello, de la importancia de participar en todos los escenarios de lucha, en la batalla por un cambio de sistema y de ideología en mi país,  incluyendo en la Constituyente. Porque donde no hay barreras ni resitencia se cuelan los abusos. Y la democracia venezolana ha demostrado ser, aunque suene dura mi expresión, un burdel que permite de todo, mientras se cumpla con las normas burocráticas o las formas.

En democracia las luchas se dan electoralmente. Ese es el sentido de la democracia. Se supone que con ella se busca evitar las masacres, la imposición por la fuerza del poder, la mayor participación ciudadana y el revanchismo. Ya los tiempos de la ilustración demostraron que sacar del poder por la fuerza a quienes nos oprimen generaba más violencia en quienes triunfaban. Los derivados de la revolución francesa dan una gran cátedra de esto.

Es difícil querer participar, sobre todo cuando nos han prometido tanto que el cambio está cerca, que falta poco, que este gobierno no aguanta más. Esa demagógica inmediatez es lo que no ha hecho entender a mi generación venezolana que nosotros debemos construir un cambio para el mañana, un mañana que quizás no veremos, pero aunque Moisés no entró a la tierra prometida no dejó de bregar, día a día, mes a mes, año tras año, hasta llevar a los suyos hasta ella. Ya hay que entender que la inmediatez no aplica para el bien ni para lo mejor.

Hay algo evidente: Los candidatos generales puede que no nos convenzan. Están los que quieren gobernar por siempre y se reeligen, y se vuelven a reelegir. Ya el Estado Nueva Esparta pagó la factura de ello, solo por citar un ejemplo. Pero también están los demagógicos discursos que tratan al electorado como niños de primaria. En lo particular creo que esa forma de hacer política ya caducó y pocos políticos venezolanos han entendido esto.

Pero hay que votar. En democracia, repito, las luchas se dan con votos. Y sobre esa base se construyen las demás protestas, exigencias y deseos de cambios. Quedaría para otro artículo preguntarnos si ya la democracia, como sistema político, debe ser revisada, mejorada o derogada. No para volver a monarquías y dictadoras, sino para elevar el compromiso ciudadano en una forma de mando horizontal, inclusivo, recto y 100% dado al servicio de un país. Cuando se agudice la descomposición del cuerpo político llamado chavismo y como un cáncer inicie su auto destrucción ojalá surja la dirigencia política que tenga su mirada en Dios. Ahí veremos una tierra prometida. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.


Luis Tarrazzi

viernes, 6 de octubre de 2017

Poema al Silencio



¡Oh silencio! no me hables más. Necesito dejar de escucharte en mis momentos de pausa, porque cuando me estás hablando me acusas de pasividad.

¡Oh silencio! no me hables más. Tu presencia me invita a una calma que el mundo no necesita. El mal no descansa y el silencio inyecta indiferencia a los que queremos trabajar por el bien.

¡Oh silencio! no me toques el corazón. Mis mayores anhelos están en expresar la verdad, con alegría y tú me llenas de miedo. El silencio no es cualidad de los valientes.

¡Hey ruído, detente!, alejar el silencio no es invocarte a ti. Solo quiero dejar claro que el único silencio que necesito es el de mis pensamientos para oír la voz de aquel que me educa desde mi conciencia.

¡Oh silencio!, deja de hablarle al mundo con ruidos de indiferencia.

Luis Tarrazzi