Con esta noticia amanecimos hoy. Sí “padre” Numa, sus
autoridades legítimas, consagradas y con un poder que ningún ser en la tierra
ostenta, el de ser Persona Christi , el sucesor de Pedro, a quien se le dio las
llaves de atar o desatar, a esos hoy usted, de manera consonante con lo que ha
hecho a lo largo de su vida pro chavista, los desafió; cuando tuvo el tupé de
pararse a bendecir el estiércol político de un fraude que trae en sus huellas
sangre de jóvenes de venezolanos que resucitarán y usted los verá a su derecha,
nunca a su izquierda (Mateo 25, 31-46).
Que importante es la obediencia “padre” Numa. Es, de los tres
votos que profesan los consagrados, sin duda, el más loable. Y esto lo entiende
muy bien el ala militar de Venezuela. No imagino al Ministro de la Defensa,
General Padrino López, indicando que el plebiscito de la MUD era
inconstitucional y que un sargento indicara en un acto de la MUD: “Reciban la bendición de las Fuerzas Armadas
de Venezuela”; mínimo estaría preso en una cárcel militar. Sin embargo
usted, llevándole la contraria a su única autoridad terrena, el Papa, y a su
Conferencia Episcopal Venezolana, decidió asistir a la constitución de esta Asamblea Nacional Constituyente y darle “su bendición” a los constituyentes
a quienes la mayoría de los países del mundo han declarado como ilegítimos.
¡Qué capricho el querer ser más papistas que el Papa!, más
sabios que la sabiduría misma. Y se lo digo, aunque sé que si esto lo llegara a
leer ni cosquilla le hará en su conciencia, porque siempre he creído que el juicio divino más riguroso es el que ocurre sobre los sacerdotes, esos que deben estar primero que todo al servicio de Dios y de su Iglesia.
"A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de
él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán"
Lucas 12,48
Me preocupó muchísimo no solo la frase que usted citó sino en
el orden en el que fue dicho por su autor: “un oído en el pueblo y otro en el evangelio” ya que este Obispo
fallecido argentino, Enrique Angelelli, de quien se presume una muerte
orquestada y no accidental, deja claro en ella que el pueblo primero y Dios
después, que la “voz del pueblo es la voz de Dios” y que el pueblo es tan
importante como Dios. Esto “padre” Numa, y usted lo sabe, es demagogia
espiritual. Dios es Dios, el dueño y Señor de todo. El Creador a quien se le
debe entregar los dos oídos, el tiempo, la mirada, el ser. Dios no es un dios
de tibios porque “a los tibios los vomita”.
Usted habló como representante de la Iglesia Católica, fue
invitado o colocado ahí para darle una cachetada a nuestra CEV y al Vaticano
mismo. Usted a jugado el juego de religiosos que se decantaron más por el
populismo y la política que por ser pastores de almas.
Dios no es solo un Dios de pobres, de excluidos. Dios es Dios
de todos, de ricos, pobres, izquierdistas y derechistas, altos y bajos, blancos
y negros. Dios no es la bandera del populismo y lamento el destino de aquellos
que toman el nombre de Dios en vano.
El libro de los Números, donde se narran tantos castigos a un
pueblo infiel e ingrato, nos habla de ese Dios celoso donde no se respetan a
sus profetas, se crean falsos dioses y se violan sus mandatos. ¿En qué estaba
usted pensando cuando fue ahí a dar su bendición a personas NO arrepentidas? ¿Predicó o solo apoyó un proceso que por lo menos, como mínimo, por decencia,
debió ser pospuesto hasta que se aclararan muchas dudas electorales?.
Cuando vaya a celebrar una misa en San Francisco, y luego de
la transubstanciación, cuando se disponga a comer el cuerpo y la sangre de
nuestro Salvador y Redentor, recuerde por favor las palabras de San Pablo:
"Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del
Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan
y beba de la copa. .Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe
su propio castigo."
(1 Corintios 11, 27-29)
Dios lo perdone, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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