Te veo llorar Venezuela, y tus lágrimas caen como hojas de otoño, donde todos miran aterrados esperando la llegada por inercia de un invierno que elimina los colores de la vida.
Tus tiempos de veranos y primavera quedaron atrás y no pintan regresar, por lo menos no por un largo tiempo. El otoño deja caer las hojas que brillaron en una primavera y un verano que disfrutábamos sin conciencia.
Nadie recoge tus lágrimas, Venezuela. ¿Para qué?, de qué sirve recoger en otoño lágrimas secas, lágrimas muertas, que inspiran indiferencia y lejanía.
Se extiende tu único desierto y hoy todo el país pareciera tener metástasis de arena y soledad. Lo único que hoy se mantiene intacto es tu cielo azul porque este se encuentra lejano del control de tus verdugos.
Te veo llorar Venezuela y hoy no sé si soy una de tus lágrimas o una de las agujas de estimulo tus ojos para verlos llorar.
Venezuela, ¿dónde están tus caminos, tus aguas, tus frutos? Quizás tapados por hojas secas de lágrimas que tienen como promesa en tu futuro la nieve del olvido.
Quedará esperar tu nueva primavera y ojalá la generación que la pueda disfrutar sepa cultivar tus estaciones para aún en el frío más helado del invierno no pierdan la calidez de su humanidad.
Nos vemos en la oración
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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