lunes, 28 de marzo de 2016

¿VALIÓ LA PENA MADRE ANGÉLICA?



El día de ayer, 27 de marzo de 2016, un domingo de pascua de resurrección, la madre Angélica, fundadora de la cadena de televisión más importante del mundo católico llamada EWTN (por lo menos así lo siento yo), falleció.

Desde el punto de vista de la fe se usó la expresión: “partió a la casa del Padre” (aciprensa) y desde el punto de vista biológico “murió”.

Madre Angélica entre muchas de sus virtudes fue un ejemplo de perseverancia y una luz para quienes nos cuesta seguir el camino de la providencia, ya que EWTN, sin el patrocinio de publicidades pagadas, se sostuvo bajo la ala protectora de la providencia divina, por la voluntad de su fundadora. Pero a su vez Madre Angélica es un ejemplo de evangelización, del cómo la fe, empleando tecnología y creatividad, puede adaptarse a los tiempos modernos sin sacrificar “una tilde de la ley”, de la doctrina y de la verdad.

No sé si Madre Angélica tenga aroma de santidad, eso lo podrán decir quienes lleven su causa y quienes la conocieron a profundidad. Con un temperamento fuerte y un ardiente celo por la Iglesia Católica, Madre Angélica no medía opiniones cuando de criticar posturas contrarias a la verdad se trataba, aunque en sus críticas salpicara a obispos o sacerdotes. Era frontal, quizás bastante literal a la hora de interpretar las Escrituras pero ella era ese romance entre un alma que más que buscar una exégesis bíblica trataba de hacer de la Biblia vida para las sociedades presentes.

Atendiendo llamadas, haciendo programas con temas improvisados, entusiasmada más por hablar de Dios que por programar lo que debía decir en televisión, recibió una bendición celestial, de eso sí que no me cabe duda. Madre Angélica entregó a Jesús sus cinco panes y dos peces de ideas y el Señor le multiplicó una exitosa y sana señal de formación católica internacional.

Madre Angélica promovió conversiones. Conozco testimonios de personas que por el solo hecho de sintonizar un programa de esta señal volvieron su vida de la indiferencia, del secularismo, y abrazaron la fe. Y es que bien nos decía el salvador del mundo: por sus frutos los conocerán.

Su vida no estuvo cargada de salud ni de placeres. Enfermedades e incapacidades físicas la acompañaron buena parte de su vida, cargó su cruz pero avanzaba, Madre Angélica parecía que nada le detenía. Quizás porque recordaba esa frase de San Pablo: “si Dios está conmigo quién contra mí”

Madre Angélica quizás represente una de las últimas generaciones santas del siglo XX. Madre Angélica la podrán acusar de muchas cosas (que desconozco, pero basta con ser católicos para ganarnos enemigos gratis), pero de lo que jamás podremos levantar una crítica es que haya amado poco a Jesús, a su Iglesia, con sus ángeles y sus santos.

Hoy desde la ventana del cielo, por donde Dios siempre nos mira seguramente se le permitirá una breve asomada y con una mano en su hombro le dirán: “¡Viste que sí valió la pena Angélica!” y no se lo dirán por la gente que la amó y la extrañó, sino por la cantidad de conversos que deja una obra de fe que se atrevió a levantar el portón de un garaje y arrancar. Así es Dios, hace posible lo imposible porque “para Dios nada es imposible”. Gracias Dios por regalarnos un alma como la Madre Angélica. Ojalá sea ejemplo de periodismo y fruto de muchas conversiones. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

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