Recientemente tuve la oportunidad de ver la película “La Chica Danesa” del director Tom Hooper y que postuló, por segundo año consecutivo, al extraordinario actor Eddie Redmayne para su segundo Oscar (aunque no lo ganó) y le dio por primera vez un Oscar a la joven actriz (reparto) Alicia Vikander
La película, magistralmente
actuada, reseña una historia inspirada en hechos reales, cuando a inicios del
siglo XX se dio el primer caso de operación por cambio de sexo de quien fuese
en vida pintor danés Einar Wegener y que luego de la operación adopta el nombre
de Lili Elbe.
La comunidad transgénero existe y
existe de la mano de lo que la ciencia y la tecnología ha permitido su
existencia. La ciencia muchas veces lleva la bandera de aquella vergonzosa
frase que inmortalizó Simón Bolívar: “Aunque
la naturaleza se oponga lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
Es de imaginar la gran hazaña que representaba para los médicos “avanzados a su
tiempo” poder llevar la firma de estos cambios corporales, doblegar lo que en
la película el protagonista en su guión señala: “corregir un error de la naturaleza”.
Cuando las cosas relacionadas con
la norma divina requieren argumentos empíricos, propios de la ciencia moderna,
se recurre al principio de que solo se le puede dar credibilidad a lo palpable,
medible, controlable. Pero cuando se trata de estos temas de interpretación del
género, lo que cada quien siente es, se argumenta y se sostiene desde las
emociones, desde el complacer aquello que las personas sienten, aunque no sea comprobable empíricamente.
En la película todo gira en torno
a Einar y su conflicto subjetivo, interno, de identidad de género. Reforzado al
inicio por una motivación de su esposa, Gerda Wegener, cuando esta le propone
vestirle de mujer para una pintura, aparentemente este es el gran punto de
inflexión para que Einar decida convertirse en Lili. La ciencia de la época,
muy positivista, trata de “corregir” aquello que entendían era una disociación
de la realidad, o inclusive una aberración moral. El hecho empírico es que
Einar estaba en el cuerpo de un hombre y por ende debía ser un hombre, mientras
que Einar (y solo Einar) entendía que él era una mujer atrapado, por un error de la naturaleza, en el
cuerpo de un hombre.
En psiquiatría y en psicología hay
un trastorno llamado “trastorno de personalidad” el cual
consiste, y cito, en:
“un conjunto de perturbaciones o anormalidades que se dan en las
dimensiones emocionales, afectivas, motivacionales y de relación social de los
individuos”
(https://es.wikipedia.org/wiki/Trastorno_de_personalidad).
En la película se parte del hecho
de que lo que siente Einar es legítimo y así su esposa Gerda y amigo de la
infancia Hans lo apoyan, inclusive cuando este conoce de la posibilidad de
hacerse un cambio radical e irreversible
de sexo mutilándose sus partes íntimas para “transformarse en una mujer”. En
uno de los diálogos la esposa de Einar, Gerda, le expone su propio dolor y
angustia al ver como Lili iba desplazando a su esposo, hasta el punto de solo
ver a Lili en el hogar. Gerda sufría pero el sufrimiento de Einar era primario,
¿por qué?... para esa pregunta no tengo respuesta.
No cuestiono el pensamiento real
que existía en la mente de Einar de sentirse mujer y este artículo no se trata
de juzgar a la persona. Solo quisiera cuestionar los elementos que llegan a las
legislaciones del mundo que apoyan a las
personas que desean cambiarse de sexo basado en estas auto percepciones
subjetivas; y es acá donde considero sí es legítimo cuestionar los basamentos
de estas legislaciones.
Por ejemplo en Noruega una joven
de 20 años, llamada Nano de Oslo, expresó en las redes sociales que ella era un
gato:
“Me di cuenta que era un gato cuando yo tenía 16 años cuando los médicos
y psicólogos descubrieron mi problema. En mi nacimiento hubo un defecto genético“
(https://www.youtube.com/watch?v=YWeBunPiIzo)
¿Pudiera ser Nano de Oslo un
Eslabon para una nueva denominación transespecies que cambie legalmente
a los humanos que se sientan animales?...Esta respuesta la dará el tiempo.
También está el caso de la modelo
Grace Neutral que asegura es un alienígena (https://www.google.com/search?q=Grace+Neutral&ie=utf-8&oe=utf-8),
todas estas opiniones basadas en testimonios con poca fuente empírica pero sí
con una rápida aceptación centrada en
percepción internas.
Volviendo al tema de la película
no me detengo a juzgar el carácter verosímil de que un hombre sea realmente una
mujer en un cuerpo equivocado o viceversa, lo que sí cuestiono es lo rápido que
muchos congresos han cedido a legalizar estas tendencias sexuales, bajo la
presión del muy bien organizado movimiento LGBT.
Esto tiene explicaciones
económicas que si me detuviera a desglosar acá haría muy extenso un artículo
que de por sí ya lo es. Esta comunidad LGBT es consumidora de cosas de calidad,
costosas, invierte mucho en su imagen y eso explica el poderoso apoyo
internacional que posee.
Todo lo señalado lo termino con
la pobreza ética que derivan estos temas médicos. En la película Lili llega
aspirar a una construcción vaginal de cuyo desenlace no hablaré por respeto a
quienes aún no hayan visto el film pero sí puedo hablar del proceso médico que
pasó en la vida real este ser humano según lo narra el mismo portal Wikipedia:
“En 1930, Elbe viajó a Alemania para realizarse una cirugía, la cual era aún muy experimental en ese
tiempo. Se llevaron a cabo una serie de cinco operaciones en un período
de dos años. La primera intervención consistió en la castración con la
extirpación completa de los órganos genitales masculinos, hecha bajo la
supervisión del sexólogo Magnus Hirschfeld en Berlín.
El resto de las cirugías de Elbe las llevó a cabo el doctor Kurt
Warnekros en la clínica municipal para mujeres de Dresde. La segunda
intervención consistió en un trasplante de ovarios, que fueron tomados de una
joven de 26 años de edad. Se los extirparon rápidamente en una tercera y cuarta
operación, debido al rechazo y a otras graves complicaciones. La quinta operación consistió en un
trasplante de útero, y estaba pensada para permitir a Lili ser madre, pero
resultó también un rotundo fracaso”.
“Lili Elbe murió en 1931, probablemente debido a complicaciones tras su
quinta y última operación. Los estudios del caso de Lili dan la impresión de
que su fallecimiento se debió a las graves complicaciones producidas por un
fallido trasplante de ovarios”.
https://es.wikipedia.org/wiki/Lili_Elbe
Estos “intereses científicos” por
experimentar con seres humanos, “legalmente”,
es de lo que Dios nos quiere proteger, porque
le interesamos y nos ama, pero la campaña es que Dios sea entendido desde
la comunidad LGBT como el Dios represivo y torturador. En la película, Lili
está convencido que “Dios le hizo mujer
pero hubo un error en la naturaleza que lo colocó en el cuerpo de un hombre”,
en la fe, en el amor y armonía que Dios establece entre sus hijos y lo creado,
el error está en quienes no aceptan lo que son biológicamente y representan un
mercado rentable para aquellos que no les importa jugar con las emociones y
necesidades de las personas. ¿Quién tiene la razón?...Cada conciencia alberga
su respuesta.
Felicito a los actores de la
película, a su director y a todos lo que hicieron posible este film. Los
felicito por no impulsar conclusiones anticlericales, por plasmar una historia
que lleva un profundo drama y por dejarnos a los consumidores del producto
sacar nuestras propias interpretaciones. Dios los bendiga, nos vemos en la
oración.
Lic. Luis Tarrazzi
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