El día 13 de noviembre del año
2015 en una noche parisina se llevó a cabo un atentado terrorista que, aunque
haya tomado hasta el 17 de noviembre para ser confirmado, cobró la vida de un
joven venezolano llamado Sven Alejandro Silva Perugini, quien, como nota
adicional quisiera agregar, es el hijo de mi bien recordado profesor de
matemáticas de 5to año, ciclo diversificado, Asdrúbal Silva.
Un dolor tan grande y una muerte
tan grotesca, tan absurda, un asesinato tan cruel y cobarde, quizás no tenga de
parte de Venezuela la respuesta que sí tuvo de parte del gobierno de Francia en
la figura de su máximo de representante del poder ejecutivo, cuando señaló:
“Francia está en guerra”, pero sí podríamos afirmar que Venezuela fue agredida
por el terrorismo en la figura del grupo extremista islámico llamado ISIS.
Si once jugadores de una
selección nacional clasifican a un mundial de fútbol todo un país se siente
clasificado. Si un atleta gana una medalla olímpica toda una nación la gana. E
inclusive cuando un artista gana un Grammy ese Grammy inmediatamente salpica
alegrías a los coterráneos de este fenómeno musical. Pues de la misma manera, a
mi entender, Venezuela fue agredida de muerte por el extremismo islámico, por
esos practicantes que tomaron del Corán solo la parte violenta (porque sí la
hay) y la llevaron a un nivel internacional de caos, miedo y crimen.
Pienso que de parte de las
naciones poderosas y desarrolladas del mundo, inclusive las más afectadas por
este terrorismo islámico, han tenido una respuesta tímida (por no decir
cobarde) para enfrentar esto con la justa precisión que amerita. Cobardía e
incapacidad por una razón básica: el enemigo es atípico, apolítico (por lo cual
la diplomacia es totalmente estéril) y altísimamente asesino y violento. Así,
expresar una afrenta directa no se hace porque a la par hay una gran
incapacidad de poder defender a las habitantes propios, el enemigo es una
célula que infiltra ciudadanos, que es capaz de voltear conceptos de soberanía
y hacer que los propios miembros de su país agredan a sus conciudadanos. Este
enemigo es diabólicamente poderoso, efectivo. Tanto así que con tan solo 5 u 8
soldados logran poner al mundo de rodillas, lo paralizan.
Siempre se dice que no todos los
musulmanes son violentos y eso es verdad. Pero como señalaba recientemente el
experto en fundamentalismo religioso Gabriel Ben Tasgal, el 95% de los ataques
terroristas provienen del islamismo, entonces este problema tiene fuente en el
Islam y sí es un problema religioso, algo que por cierto presenta del lado de
occidente a un rival inocuo, débil, como el laicismo. Así el Islam, las
mezquitas y sus imanes son un tema que occidente debe atajar, sobre todo porque,
por ejemplo, casi toda América es un continente cristiano y resulta inocente
pensar que este mal, más temprano que tarde no nos alcanzará.
Sven Silva, joven inocente, que
simplemente tomaba una noche de su vida para compartir con amigos y disfrutar
un estilo de música de su agrado, jamás pensó que esa noche sería la última con
nosotros, fue víctima de unos guerreros cobardes que atacan a civiles
desarmados, inadvertidos, algo que hasta en los más básicos principios de la
guerra es un signo de cobardía y maldad. Venezuela llora, quizás no todos sus
habitantes pero sí toda su tierra. Dios recibe a estos mártires no de la fe,
sino del mal.
Finalmente me viene mucho a la
mente ese momento histórico donde el pueblo Hebreo, de la mano de su rey Saúl,
fue asediado por los filisteos con su mayor guerrero de nombre Goliat. Nadie se
atrevía enfrentar a Goliat por su gran tamaño, aún cuando en el pueblo hebreo
no tenía guerreros despreciables, entre ellos a los mismos hermanos de David.
Sin embargo no fue el más fuerte, el más hábil ni el más fornido el que venció
a Goliat. Fue la fe de un joven que poniendo su mirada en el Dios verdadero se
paró de frente ante Goliat y le dijo estas palabras:
“Tú vienes a mí con
espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Dios de los
ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Dios te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y
daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de
la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta
congregación que Dios no salva con espada y con lanza; porque de Dios es la
batalla, y él os entregará en nuestras manos.
(1 Samuel 17, 45 – 47)
Y aunque el tema se desee evitar,
se piense que sería una cara diferente de un mismo fundamentalismo, la excesiva
permisibilidad de Europa a no condenar moralmente nada, a relativizar verdades,
a descristianizar territorios; ha borrado en generaciones el necesario
reconocimiento de Dios, del Dios verdadero que es amor. El extremismo islámico
se superará con la misma lentitud que comenzó, educando a los jóvenes y
reduciendo su principal fuente de reclutamiento: la ignorancia. Que América
aprenda de esta experiencia europea, porque esos barcos del mal tienen la misma
hambre de Cristóbal Colón de salir a descubrir nuevas tierras y al ver desde
lejos nuestras costas gritarán: “¡tierra!”. Dios los bendiga, nos vemos en la
oración.
P/D: Mi saludos y cariños,
uniéndome a su dolor, a la familia Silva Perugini, Q.E.P.D. Sven Alejandro.
Lic. Luis Tarrazzi
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