Vi la película Intensa-Mente y quisiera comenzar expresando que me gustó mucho. En un ejercicio de evaluar las enseñanzas que derivan de una historia visual o escrita (ejercicio que recomiendo a todo padre de familia hacer) desarrollaré en esta opinión un vínculo implícito entre el género y las emociones, a la luz de Intensa-Mente.
LA FAMILIA
EL
GÉNERO
Desde que Riley nace (inicio de
la película) la trama no se debate en un tema de identidad, nace mujer y
claramente su desarrollo morfológico y cognitivo está en armonía con su género. Hay un protagonista primario en su identidad, que son sus
memorias, su aprendizaje basado en percepciones que al final marcan sus
emociones, resumidas con extraordinario basamento psicológico, en cinco: alegría, tristeza, furia, temor y desagrado.
Estas cinco emociones tienen una
característica común, todas tienen conciencia y eso me agradó. "Intensa-mente" no
es una película que hable de Dios en lo absoluto, pero esa conciencia dada a
cada emoción junto con la aparición de las mismas en Riley al momento de su
nacimiento me lo recordó mucho, porque es lo que nos da carácter de hijos de
Dios, saber controlar esas emociones
desde la razón. Ese vacío no aclarado en la película trajo a mi mente la llegada de
Pablo a Grecia donde viendo el exacerbado politeísmo de aquella cultura
encuentra una imagen que decía: “al dios desconocido” y se sirve de ella para
decir: “Pues lo que vosotros adoráis sin
conocer, eso os anuncio yo”. (Hechos 17,23). Así utilizo el mismo recurso para afirmar que el origen de esa
conciencia o razón, desconocido en la película, viene de Dios, de quien tanto escuchamos decir “nos habla a través de la conciencia”.
Furia es un personaje bien
particular, muy cómico, que se debate constantemente entre usar las palabras
groseras y aplicar la ira como un drenaje emocional, pero muchas veces lo
controla porque razona consecuencias y si no lo hace las otras emociones se lo hacen
razonar. Por ello me atrevo afirmar que las emociones no se aprenden pero su contenido y manera de
aplicarlas sí. Así, teniendo especial énfasis la película de que todo esté
liderado por la alegría, lo cierto es que se destaca que todas las emociones
son necesarias y cada una tiene su utilidad, inclusive para resolver problemas.
Las crisis que desarrolla Riley
hasta el final de sus 11 años (edad tope a la que llega su historia en la
película) son todas productos de emociones, experiencias, recuerdos y
vivencias, y coloco el énfasis en esto porque sin duda son las experiencias y
enseñanzas recibidas las que al final determinan lo que somos, nuestros juicios, discernimientos o discriminaciones y en esto poco influye
la genética que de hecho no tiene ningún protagonismo en la historia, algo
frustrante para los que buscan explicar identidades de género a través del
llamado gen gay.
Memorias a corto, mediano y largo
plazo, abismo del olvido, memorias centrales, ciclos del sueño, todo un paraíso
para los que desde la psicología buscan explicar conductas humanas y todo, en
la cinta, tiene una explicación desde el recuerdo, porque al final ¿qué es la
enseñanza sino el recuerdo de cosas percibidas?
"Intesa-mente" invita a
respondernos honestamente la pregunta: ¿la inconformidad con lo que somos, los
problemas de autoestima, las crisis de identidad cuerpo – género no tendrán de
fondo heridas emocionales?, heridas de las que pocos nos salvamos pero que a veces no mostramos interés en indagar porque quizás no nos agrade confrontar,
desde la razón, unas emociones desordenadas.
¿Qué sería de la alegría,
tristeza, furia, miedo y desagrado sin una razón que las guíe?, seríamos como
esas personas que se enorgullecen en decir que siempre expresan lo que sienten, sin
importar sin son una aplanadora de emociones en otras personas. Dios no nos
abandona en las emociones, de hecho la interacción de todas da equilibrio, mejor
capacidad de adaptación y mayor comprensión de nuestro existencia. Es por ello,
estimados formadores, que es bueno destacar que si hasta la existencia de Dios
debemos enseñarla y sus valores derivados (Deuteronomio 6,7) ¿cuánto más no
tendremos que esforzarnos en dar una diligente educación en torno al género
(hombre y mujer), a la importancia de una familia sólida y constituida según lo
que sabemos es moralmente correcto y luchar porque las futuras generaciones sepan
controlar todas sus emociones?, porque las experimentarán todas pero el error muchas
veces, y así lo destaca el film, es querer resolverlo todo desde la felicidad,
evitar el aburrimiento, el cansancio, el fastidio, el silencio, el vacío, el
pudor y el miedo, llegando a ser luego adultos inseguros con terribles
problemas de identidad y desorientación emotiva.
Felicito a Walt Disney Pictures,
a Pixar Animation Studios, y a su escritor y director Pete Docter por este trabajo, que
intencionalmente o por esas casualidades guiadas, considero dan un bonito
mensaje, humano, pero ajustado a la realidad de lo que somos como especie y
como hijos de Dios. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
Lic. Luis Tarrazzi
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