viernes, 28 de enero de 2022

SER INFIEL A NOSOTROS MISMOS

 


El ejercicio de mirarnos en un espejo e identificar lo que somos no lo siento tan común como muchos podrían pensar. Generalmente desde que nos levantamos hasta el final de la jornada, estamos construyendo imágenes de aceptación social, gustar a los demás, conseguir adeptos a nuestras opiniones y evitar el mayor número de adversarios posibles.


Estos tiempos si algo tienen es que nos están consumiendo la vida y se percibe como rápido. Yo que acabo de llegar a mis 40 años, veo dos décadas de años pasados y en esencia el esquema de vida ha sido el mismo: trabajar para vivir cada mes, agradecer, sin duda, la compañía de mi esposa e hijo y los años de salud.


Pero lo que quizás busco enfatizar con este artículo son los temas de nuestras propias identidades, si donde trabajamos es el lugar que Dios quisiera estuviésemos y qué tanto nuestras actividades laborales y sociales están teniendo un impacto positivo en la nutrición de nuestra existencia. Hay que hacer una pausa y responder a la pregunta de quién o quiénes están llevando nuestras vidas, si somos el capitán de nuestros barcos o estamos dentro de esa cultura del desecho y sobre todo, qué tanto nuestros seres queridos se están viendo afectados por una emocionalidad frágil, irritable o distante, producto precisamente del vivir de la puerta hacia fuera y no saber cómo salir de esa corriente de tareas, funciones, comentarios y procesos cual sistema binario social 0,1,0,1.


La pandemia nos obligó a detenernos y descubrimos que no somos personas de encierro, que muchas familias ni se reconocían en la mesa, que muchos aspectos de nuestras vidas están depositados en redes sociales, correos y la informática en general. Quizás debamos pronto retomar la mirada al espejo de nuestra existencia y como recomendaban tantos santos y doctores de la Iglesia, mirar a dentro ya que somos uno de los misterios más complejos a descifrar, es decir, reconocer ¿quiénes somos o en quiénes nos estamos convirtiendo?


Dios los bendiga, nos vemos en la oración


Luis Tarrazzi







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