Tenemos derecho a dudar. Los venezolanos hemos sido víctimas
de tantas burlas y engaños por parte del gobierno y la oposición (refiriéndome a los que deseamos un cambio político
y económico) que estamos como la historia
de “viene el lobo, viene el lobo” y el lobo nunca llegó.
No lo digo por anhelar con ansias una masacre en mi país.
Creo esa etapa, aunque es duro superarla, uno termina, con la ayuda de Dios,
superándola. Pero también porque los constantes fracasos y muertes de inocentes que se han dado por luchar con cierto grado de violencia en contra de todo un régimen político que tiene las armas, los poderes y la
información es profundamente desproporcionado.
Por eso, hacer amenazas por redes sociales es entretenido
pero sin duda poco efectivo. Pretender que las calles de un chasquido se llenen
de venezolanos porque así lo pidan en youtube o en instagram no es un mecanismo
eficiente y darle tanta larga termina en trágicos sucesos como los vividos por
Oscar Pérez. No desestimo su intención, pero hoy se suma como otro muerto más, otra víctima, otra causa caída.
Queremos un cambio rápido. Pero desde la inmediatez y la
violencia no se logrará. Los cambios, que ya deben ser sociales y de raíz, no
se lograrán sin el apoyo educativo, espiritual y normativo. Nos cambiaron la
identidad como venezolanos resaltando lo peor de nosotros. ¿No se puede lograr
el efecto contrario?
Es lógico que la gente ya no crea en promesas de cambio y
creo esa es una política oficial para mantener a sus opositores diezmados, cabizbajos,
abatidos, con una sensación perenne de derrota ante un oponente que ya no es
solo político, porque alteró mi vida, mis tradiciones, mis valores, mi paz y
hasta puso en piso de arena mi fe.
¿Vendrán otros en la misma línea de Osca Pérez?,
probablemente sí. Quizás más o menos agresivos. Pero insisto que ese no es el
camino. Figuras como él entretuvieron, generaron memes, conversaciones pero no
sumaron seguidores o adeptos a su causa. Es que el venezolano no es así, no
somos así. No somos violentos, asesinos, guerreros ni guerrilleros. El problema
es que muchos, con su voto¸ le
dieron el poder a personas así y ahora, como diría el Chapulín Colorado, ¿quién
podrá defendernos?
Por mi parte seguiré obrando para aquel que conoce los
corazones, que nos ama a todos y quiere nuestro bien. Aquel que hace brillar el
Sol para justos y pecadores y que dio su vida por nosotros, abriéndonos un
camino de salvación. Cuando la evangelización se haga efectiva y productiva el
comunismo, el capitalismo, la izquierda y la derecha quedarán en el olvido de
almas santas, elevadas y evolucionadas. Dios los bendiga, nos vemos en la
oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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