Una interpretación, alimentada por el relativismo, da a
entender no solo que todos lo que mueren van al cielo, sino que si hay algún
requisito para ir bastarían las buenas obras, se crea o no se crea en Jesús
como Dios y Salvador.
Esta percepción yo la he notado en intervenciones de mis
estimados alumnos de religión. Así, Jesús se sumaría como una fuente motivadora más para las buenas obras pero no la única.
Aunque lo que diré sonará muy protestante, la salvación, la
posibilidad de ir al cielo y estar con Dios, se obtiene únicamente por la
gracia de Jesús, por su sacrificio de amor de hacerse hombre y someterse a
nuestra humanidad incluyendo su paso amargo por la muerte. Así, Cristo señaló,
por ejemplo: “Yo soy el camino, y la verdad,
y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí” (Juan 14,6).
No debemos caer en el error protestante de pensar que, siendo
así, las obras no tendrían absolutamente ningún valor, porque también es cierto
que Jesús, hablando sobre el juicio final, condicionó la salvación eterna a las
obras de misericordia, 7 corporales y 7 espirituales. (Mateo 25,35-45). Ahora,
el punto de conexión entre las obras y la fe, es Cristo. Así la inspiración de
estas obras salvíficas es Cristo y
al hacerlas se las hacemos a Cristo.
Por eso, hacer buenas obras sin un reconocimiento humilde y
discreto de que las hacemos por Jesús, las convierten en obras estériles,
bellas ante el mundo, pero vacías en su eficacia espiritual.
Es aquí donde la evangelización cumple un papel protagónico.
Porque no hay mayor y mejor obra de misericordia que dar a conocer a Jesús y
trasladar su rostro a los más necesitados.
No basta con ser buenos y tampoco basta con decirle a Jesús “Señor”
(Mateo 7,21). El concepto de salvación es una decisión que parte del reconocimiento libre de que Jesús es Dios y
Salvador y que por esa fe practico obras de misericordia que no buscan el reconocimiento propio,
aplausos sino que Cristo sea amado. Por eso Jesús, en la mayoría de sus
milagros, primero perdonaba pecados, para acercar el alma a Dios y luego sanaba
el cuerpo.
Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
No hay comentarios:
Publicar un comentario