sábado, 27 de enero de 2018

¿Y SI A MI HIJA NO LE INTERESA SU DIGNIDAD?



No deja de sorprendernos, en este proceso adaptativo de los nuevos valores y motivadores del siglo XXI, como a través de redes sociales (en especial los de enfoque visual), aparecen cada vez más y más jóvenes adolescentes, mujeres, con menos ropa y con comentarios eróticos. Recientemente supe de uno, de una niña que aún no llega a los 15 años, en donde expresaba algo así: “tanto que hablas y resultaste ser un mal polvo”.

En una clase de que le di a mis estudiantes de primaria sobre la dignidad, desde donde creo hay que atacar estas amenazas,  les decía que esta se podía perder por dos vías: Externamente con los comentarios de otros (el chisme), e internamente con mis propias conductas. Estas jóvenes pareciera que el discurso de sensibilización y reflexión en torno a evitar que de ellas se proyecte una imagen de “chicas fáciles” fuese estéril. Pareciera que hoy lo absurdo para muchas es parecer mojigatas, tontas o faltas de experiencias.

Esa imagen la refuerzan muchas artistas, cantantes y bailadores. Temas con altos contenidos sexuales, implícitos o explícitos, refuerzan esa posición, como el tema “mayores” de Becky G. que al momento de publicar este artículo tenía 961.407.391 visualizaciones y 212.654 comentarios. 3.598.891  me gusta y 403.941 no me gusta.

Contrarrestar la figura femenina de nuestra Santa Madre la Virgen María a estas otras formas de proyectar la imagen de la mujer es complicado, porque María, la virgen, obediente, humilde, silente, esposa, madre choca muchísimo con la mujer sexualmente experimentada y nutrida de variedad en esas experiencias, vanidosa, activista, independiente y si acaso madre (aunque sea sola). 

¿Qué hacer?, como padres de familia ¿cómo abordar esta realidad? Hay dos opciones: adaptarse o luchar. La conducta adaptativa, más pragmática y menos conflictiva, la que resumen el tema de la sexualidad a condones y anticonceptivos y el tema de la familia a las propias experiencias y deseos que la vida les vaya dando, es la que tenemos mayoritariamente en el mundo. La de lucha, la de la castidad y el respeto, la que cuida la dignidad y la integridad del ser, esa se logra con la mirada puesta en Dios y sin perder la supervisión a cada estímulo que nuestras hijas reciben en cada año de comprensión que ellas vayan desarrollando. Tener un vínculo con Dios, una mirada misionera en respuesta a su propia existencia, un deseo de dar respuesta vocacional a su vida, desde la familia o lo consagrado, un anhelo de una vida estable, feliz, selectiva en amistades y valores, sabiendo discriminar aquello que me aleja de mi propia identidad, creencias y educación.

Quizás a las hijas del mundo les importe poco ser como María o aspirar el cielo. No podrás cambiar a las hijas del mundo, pero sí podrás cuidar a tu propia hija respetando su libertad. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

miércoles, 24 de enero de 2018

RESPUESTA DE UN VENEZOLANO A GLORIA ÁLVAREZ


Quizás no debería comenzar estas líneas sin darte primero las gracias por tu preocupación y atención hacia mi país, donde actualmente vivo. Ser venezolano, por voluntad de Dios, marcó mi vida. Aquí nací y desde mi niñez, la cual agradezco y siendo muy modesta, no me faltó la familia, el hogar, la comida, las ilusiones y juegos. Crecí aquí, soy adulto, hoy padre y cabeza de familia, y ya eso es bastante decir.

No diré que he seguido todas tus intervenciones sobre mi país pero sí creo que mi país te ha catapultado a la palestra pública y te ha permitido seguir ahí, algo que no es fácil. Tu posición anti chavista, que comparto, y tus continuas advertencias sobre lo que significaba el socialismo del siglo XXI (socialismo al fin), fueron coherentes. 

Tu mensaje sobre si los venezolanos debemos irnos o no de Venezuela, que no es reciente pero que llegó a mí este año 2018, me asombró. Ahí, prácticamente nos aconsejas a todos los venezolanos, que podamos, abandonar el país. Explicas que cada quien tendría su propio motivador, pero que entre salvar un país o salvar mi vida, cuando todo lo material lo podemos reconstruir, es obvio que la vida es lo único que no podemos recuperar.

Mi visión política es similar a la tuya con respecto a mi país, pero mi visión de vida no. Porque la vida es algo más integral que tener comida, que no te roben, que consigas medicinas, o que seas capitalista o socialista. La vida es un tema trascendental, que responde a un llamado, a una misión y a una eternidad. Me vienen dos frases de Jesús a mi mente:

¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida? (Mateo 16,26)

“El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” (Mateo 16,25)

Según la necesidad intelectual, material y espiritual que cada individuo tenga uno traza sus rutas, sus fronteras, sus objetivos. Pero además, cada uno tiene una misión en la vida, enterrar sus talentos por miedo o ponerlos al servicio para multiplicarlos.

Las políticas de retóricas e insultos opositoras atornillan más a estos tiranos. Las políticas educativas, reflexivas y que fomenten la conversión son más eficaces pero lentas. Cuba, país que citas por la historia de tus abuelos, fue un país que podríamos decir jamás conoció la democracia, o por lo menos ya la olvidó. Secó su fe, sus iglesias, se plagó de santería y a diferencia de Venezuela, sí tuvieron una práctica de vida marxista (y la tienen). Venezuela tuvo un presidente que se vendió de izquierda progresista y luego, de la noche a la mañana develó su rostro socialista que a su vez obtuvo seguidores de presunción delincuencial. Así no es lo mismo cuando hablamos de un narcoestado a un estado comunista. Venezuela no tiene comparación y ojalá las generaciones futuras, incluyendo la venezolana, nos sepan estudiar para jamás permitir que esto se repita.

Pero mi país está enfermo Gloria. Y a los enfermos uno no los abandona así por así. Mi país me dio todo lo que soy. Alegrías, tristezas, pérdidas y ganancias. Quizás a los pocos meses de terminar estas líneas escriba desde el exterior de Venezuela, no lo sé aunque no está previsto. Por eso, no se trata de juzgar la migración, se trata de no ser tan duros con quienes todavía sintamos, por la gracia de Dios, que el Señor necesita representantes suyos, embajadores y misioneros para cambiar esta realidad.

Juan Pablo II fue un ejemplo para ello. Vivió nazismo y comunismo, del bravo, del medular. Y desde su Polonia amada hizo su trabajo, con la cultura, la fe, sacrificó hasta la vida matrimonial para hacerse pastor de ovejas. ¿Qué logró?, pues a él se le atribuye la caída del comunismo europeo, la caída de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín, como colaborador y hoy Polonia brilla.

Migrar no es la solución para Venezuela. Migrar es la solución para mí, para proteger a mi familia. ¿Protegerlos de qué?, de las carencias materiales, del mal vivir. Pero ¿y el aspecto ideológico, cultural y espiritual? Gobiernos van y vienen. Ni centro América, ni Sur América (a excepción de Chile)  tienen democracias estables. Pero si la fe es sólida, no habrá país que nos aparte del amor de Dios. Yo me he fijado una lucha en defensa para Venezuela: Colaborar para evitar la ideología de género, el aborto y la eutanasia en mi país. Venezuela es de los pocos países del continente que se mantiene indiferente ante esta amenaza que ataca la educación de nuestros hijos, una suerte de tiranía conceptual y moral.

Cada quien responda a su corazón y a su llamado. Que Dios te bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi



viernes, 19 de enero de 2018

OBRAS SIN FE SON ESTÉRILES


Una interpretación, alimentada por el relativismo, da a entender no solo que todos lo que mueren van al cielo, sino que si hay algún requisito para ir bastarían las buenas obras, se crea o no se crea en Jesús como Dios y Salvador.

Esta percepción yo la he notado en intervenciones de mis estimados alumnos de religión. Así, Jesús se sumaría como una fuente motivadora más para las buenas obras pero no la única.

Aunque lo que diré sonará muy protestante, la salvación, la posibilidad de ir al cielo y estar con Dios, se obtiene únicamente por la gracia de Jesús, por su sacrificio de amor de hacerse hombre y someterse a nuestra humanidad incluyendo su paso amargo por la muerte. Así, Cristo señaló, por ejemplo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14,6).

No debemos caer en el error protestante de pensar que, siendo así, las obras no tendrían absolutamente ningún valor, porque también es cierto que Jesús, hablando sobre el juicio final, condicionó la salvación eterna a las obras de misericordia, 7 corporales y 7 espirituales. (Mateo 25,35-45). Ahora, el punto de conexión entre las obras y la fe, es Cristo. Así la inspiración de estas obras salvíficas es Cristo y al hacerlas se las hacemos a Cristo.

Por eso, hacer buenas obras sin un reconocimiento humilde y discreto de que las hacemos por Jesús, las convierten en obras estériles, bellas ante el mundo, pero vacías en su eficacia espiritual.

Es aquí donde la evangelización cumple un papel protagónico. Porque no hay mayor y mejor obra de misericordia que dar a conocer a Jesús y trasladar su rostro a los más necesitados.

No basta con ser buenos y tampoco basta con decirle a Jesús “Señor” (Mateo 7,21). El concepto de salvación es una decisión que parte del reconocimiento libre de que Jesús es Dios y Salvador y que por esa fe practico obras de misericordia que no buscan el reconocimiento propio, aplausos sino que Cristo sea amado. Por eso Jesús, en la mayoría de sus milagros, primero perdonaba pecados, para acercar el alma a Dios y luego sanaba el cuerpo.

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi




martes, 16 de enero de 2018

TERMINÓ LA SERIE “OSCAR PÉREZ”



Tenemos derecho a dudar. Los venezolanos hemos sido víctimas de tantas burlas y engaños por parte del gobierno y la oposición (refiriéndome a los que deseamos un cambio político y económico)  que estamos como la historia de “viene el lobo, viene el lobo” y el lobo nunca llegó.

No lo digo por anhelar con ansias una masacre en mi país. Creo esa etapa, aunque es duro superarla, uno termina, con la ayuda de Dios, superándola. Pero también porque los constantes fracasos y muertes de inocentes que se han dado por luchar con cierto grado de violencia en contra de todo un régimen político que tiene las armas, los poderes y la información es profundamente desproporcionado.

Por eso, hacer amenazas por redes sociales es entretenido pero sin duda poco efectivo. Pretender que las calles de un chasquido se llenen de venezolanos porque así lo pidan en youtube o en instagram no es un mecanismo eficiente y darle tanta larga termina en trágicos sucesos como los vividos por Oscar Pérez. No desestimo su intención, pero hoy se suma como otro muerto más, otra víctima, otra causa caída.

Queremos un cambio rápido. Pero desde la inmediatez y la violencia no se logrará. Los cambios, que ya deben ser sociales y de raíz, no se lograrán sin el apoyo educativo, espiritual y normativo. Nos cambiaron la identidad como venezolanos resaltando lo peor de nosotros. ¿No se puede lograr el efecto contrario?

Es lógico que la gente ya no crea en promesas de cambio y creo esa es una política oficial para mantener a sus opositores diezmados, cabizbajos, abatidos, con una sensación perenne de derrota ante un oponente que ya no es solo político, porque alteró mi vida, mis tradiciones, mis valores, mi paz y hasta puso en piso de arena mi fe.

¿Vendrán otros en la misma línea de Osca Pérez?, probablemente sí. Quizás más o menos agresivos. Pero insisto que ese no es el camino. Figuras como él entretuvieron, generaron memes, conversaciones pero no sumaron seguidores o adeptos a su causa. Es que el venezolano no es así, no somos así. No somos violentos, asesinos, guerreros ni guerrilleros. El problema es que muchos, con su voto¸ le dieron el poder a personas así y ahora, como diría el Chapulín Colorado, ¿quién podrá defendernos?

Por mi parte seguiré obrando para aquel que conoce los corazones, que nos ama a todos y quiere nuestro bien. Aquel que hace brillar el Sol para justos y pecadores y que dio su vida por nosotros, abriéndonos un camino de salvación. Cuando la evangelización se haga efectiva y productiva el comunismo, el capitalismo, la izquierda y la derecha quedarán en el olvido de almas santas, elevadas y evolucionadas. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi 

viernes, 12 de enero de 2018

POEMA: QUO VADIS VENEZUELA


Tantas voces me advertían que me fuera
Tantos rumores de tu destrucción
Llegaste a representar en mi entender una amenaza real para mi propia existencia
Necesitaba encontrar mi Egipto y partir.
Pero eres mi tierra, y en el camino vi tu rostro de frente, en sentido contrario a mi destino
Te pregunté Quo Vadis Venezuela y respondiste: Voy a ser crucificada
Detuve mi andar y te entendí
Entendí las plegarias de Billos de morir con el “Alma Llanera”
Entendí la lágrima de poetas, políticos, filántropos y me avergonzaba tener mi rostro tan seco, solo lleno de miedo.
Y volví al origen de mi decisión y entendí que me necesitabas
Que cada Egipto tiene sus propias realidades, dificultades y problemas
Pero que tú, mi amada Venezuela, me necesitas
¿Para qué?, no lo sé.
Tu necesidad se compara con la abundante mies y los pocos viñadores
Con la cantidad de cizaña que abruma el trigo
Con los valores que se extinguen cuando cada vez menos los ponen en práctica.
Volví contigo mi amada Venezuela y con Jesús ¡resucitaremos!

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi


viernes, 5 de enero de 2018

¿PECA DIOS DE OMISIÓN?


Wikipedia define la omisión como “pecado que se comete por no hacer algo que es impuesto por la ley moral”, esto claro está, dentro del ámbito religioso como claramente lo especifica el portal.

Ver una injusticia y callar ante ella, ver un abuso y hacernos la vista gorda, ser cómplice de delitos cuando sabemos quién ha robado, hurtado o hecho algún mal y no denunciarlo por miedo, por comodidad o porque sencillamente no es nuestro problema, eso nos hace practicantes de la omisión. Sí, la omisión no nos es ajena a ninguno y por eso es considerado un pecado, uno de los cuatro citados en la oración del yo confieso.

Hablar de un pecado en Dios es sencillamente absurdo, decir que Dios pueda pecar o simplemente afirmarlo, automáticamente mancharía su sagrada condición de Dios. Pero sí es prudente salir al paso a mucho de los argumentos ateos que niegan la existencia de Dios por falta de acción ante tanta maldad en el mundo. Eso ¿no sería acusarlo de omisión?

No hay forma de escudriñar los pensamientos de Dios. A Dios lo conoce quien él ha querido dárse a conocer y su mayor presencia pública, para todos, la hizo en la figura de Cristo, como Dios y salvador. Pero sí, el silencio de Dios ante tantas atrocidades es un argumento de duro peso, sobre todo para las víctimas de sufrimientos propios o por pérdidas de terceros y a veces el simple consuelo de decir que “Dios sabe lo que hace”, no basta, más bien hasta puedo encolerizar a los que sufren.

Una vez escribí que la kriptonita de Dios era el libre albedrío y lo hice porque por encima del poder de actuar de Dios está su hermoso deseo, propio de su esencia divina, de amar. Sí, Dios es amor (1Juan 4,8) y ese amor, que corrige y guía, trabaja respetando de manera pulcra las libertades humanas, algo que muchos gobiernos y poderosos e inclusive padres de familia les cuesta entender o no desean entenderlo. El ser humano, aunque sea un ser social, es un ser que debe aprender a desarrollar sus propios pensamientos y deseos y eso a la larga nos condena a vivir con errores y aciertos, con el trigo y la cizaña hasta el momento de la siega. Dios no peca de omisión porque él actúa. El propio hecho de acompañar la historia y enviar siglo tras siglos semillas de santidad, el sacrificio de Cristo en la Cruz, la historia de la salvación son evidencia de un Dios que para nada es pasivo. Pero las acciones que queremos ver en Dios no son las que realmente ocurren. Quizás tantas escenas de Vengadores y Guardianes de la Galaxia contrarrestan nuestro entendimiento del cómo se debería vencer el mal. Pero muchas de estas películas no explican cómo se derrota el mal que todos llevamos por dentro, ese mal que es más agudo de vencer y que es el que realmente importa al Señor, porque ese mal es el que nos aparta de su amor, de su salvación y de su Reino. Dios no omite, nosotros al omitirlo a él caemos en deseos de ira, venganza, odio, desprecio, rabia. Podemos llegar a desear cosas terribles a aquellos que por estar llenos de oscuridad nos dañaron con su falta de luz, una luz que se recibe con una evangelización efectiva, interiorizada, no de carteleras, bailes y canciones bonitas.

La omisión de la que acusan a Dios, que sería un pecado, no existe. Lo que existe en una ceguera colectiva de reconocer que el camino es Cristo, que su mensaje es claro y que quien practicara el evangelio con honestidad, humildad y entrega llenaría el mundo de paz, amor y santidad. Que en este 2018 encontremos esa luz de Cristo en nuestros corazones y una vez ahí, esa luz nos lleve a la eterna luz que nunca se apaga. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi