jueves, 31 de diciembre de 2015

¿YA TIENES TU MALETA PREPARADA 2015?


Quizás no resulta nada interesante que uno relate una suerte de bitácora de lo que fue su año, lo que sí es cierto es que el año en sí mismo es muy inocuo, no es ni bueno ni malo.

El tiempo es la clave para entender los años porque es dentro del tiempo, nunca fuera de él, que ocurren esos eventos que solemos catalogar de buenos o malos, alegres o tristes, que recibimos o que perdemos.

Este año 2015 contuvo en mi vida momentos complicados. Familiares hospitalizados, un país en crisis social y económica aguda y lo más duro y cercano el proceso de cáncer que vivió mi esposa desde el 26 de junio cuando le fue detectado hasta la favorable evolución que a la fecha presenta pero que nos mantiene alertas y que sin duda es un punto de inflexión para la vida.

El libro del Eclesiastés lo explica muy bien cuando señala:
“Hay bajo el sol un momento para todo y un tiempo para cada cosa…tiempo para llorar y tiempo para reír, tiempo para gemir y tiempo para bailar…tiempo para abrazos y tiempo para abstenerse de ellos…tiempo para la guerra y tiempo para la paz”

La clave para entender los años es esta, que estos eventos y emociones ocurren dentro de ese tiempo que separamos en años y que a veces son diversificados en emociones o prolongados en otras. Hay personas que en este año que acaba perdieron seres queridos, empleos o bienes, se enfermaron o se divorciaron. Otros quizás tuvieron que abandonar su país y sus familias. Otros quizás recibieron vida, un hijo, se casaron, se graduaron. Pero no fue el año, fueron las eventualidades del tiempo con nuestras decisiones (en algunos casos) los que marcaron la bitácora de este año.

No sabemos cómo será el 2016, pero estando este dentro del tiempo debemos estar preparados para todo, en especial para la muerte, porque esta última, anhelada por santos y temida por condenados, es la que marcará nuestro eterno presente junto a Dios o lejos de él. Aferrarnos no a los buenos deseos ni a las supersticiones, ni a las energías místicas ni a los astrólogos, es a Dios que promete vida aún después de la muerte.

¡Feliz año nuevo! bendigan a sus familias, abrácenlas y alejen de ustedes la ira, el odio, la mentira y la hipocresía, porque el 2016 será temporalmente igual que el 2015, salvo por un día más en febrero (año bisiesto), tendrá días de 24 horas, las mismas festividades. Pero cada año que avanza es uno menos que nos queda, es la cercanía de la promesa que en Cristo tiene lenguaje de salvación. Dios los bendiga nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

lunes, 28 de diciembre de 2015

CAPRILES ¿HAY SALIDA?




Como venezolano que me he tenido que tragar a golpes todo este proceso de descomposición política desde la llegada del chavismo al poder (1998) quienes siempre hemos sido opositores de este sistema de gobierno hemos levantado nuestras banderas de apoyo a diversos candidatos presidenciales. Uno de ellos, no el único, fue usted señor Capriles.

Sin cuestionar su amor al país y su vivencia de la injusta justicia venezolano que le costó muchos días de prisión, me preocupan los dirigentes que se puedan sentir con el derecho a gobernar por haber sido víctimas olvidando que el principal alimento de una democracia son las propuestas y no las vivencias personales (esto por cierto aplica para López, Ceballos y todos los que han conocido el látigo castigador de este gobierno).

Todos los políticos que se han enfrentado a este régimen han sacrificado mucho, quizás unos más que otros, pero todos han sacrificado algo. Y otros sin aspiración de cargos han inclusive dado sus vidas como el ya conocido Franklin Brito. No obstante nuestros problemas han superado ya a la dirigencia, a los gobernantes. La cultura de corrupción, de oportunismo, de odio, de delincuencia no se cura con un cambio de régimen nada más, pero tampoco con campañas demagógicas que buscan hacer creer a los venezolanos que con el simple paso de sacar al chavismo del poder todo comenzará a mejorar.

Los tiempos democráticos que usted ha defendido parecieran ir poco a poco dándole la razón pero ¿a qué costo señor Capriles? Yo comparo esto con lo que hoy ocurre en Siria y Nigeria (solo por citar dos naciones en agudo conflicto), en donde mientras la diplomacia juega a la solución de las palabras y el diálogo, diariamente familias son destruidas, mujeres violadas y niños vendidos. La estrategia del tiempo pareciera jugar a un mal que se consuma y no a un mal que es derrotado. Es verdad que las posturas de Diego Arria (por quien fue mi voto en las primarias que usted ganó) y las de Leopoldo López parecían desesperadas, pero ellos no apostaban a la violencia, apostaban a derrotar a un sistema frontalmente antidemocrático con un pueblo movilizado. Eso en su momento pareciera no haber dado frutos pero tampoco fue su apuesta por el tiempo, fue el mismo chavismo el que se derrotó electoralmente, por la insostenible situación socio económica de mi país.

La verdad es que el parlamento venezolano es un poder importante pero débil, débil porque siguen siendo nuestras sociedades latinoamericanas sumamente presidencialistas, dependientes de un poder ejecutivo que es una suerte de monarquía electoral en regímenes como estos.

Al final lo imprudente del asunto es seguir haciendo campaña y política por redes sociales, sembrando matrices de opinión que a cada triunfo opositor (por cierto muy escasos) le agregan dosis de miedos, amenazas y frustraciones.

El peor riesgo de la oposición es convertirse en la cara opuesta del chavismo, es decir, una misma moneda con un mismo valor. Ser una oposición formada y educada por el chavismo, una oposición que siendo gobierno se siga oponiendo a todo y sigamos perdiendo años y décadas de crecimiento.

Necesitamos una salida del sistema, una salida integral de la manera de hacer política y de la manera como venezolanos nos estamos viendo en las calles. Una salida de las promesas que jamás se cumplirán y que muchos políticos lo saben y aun así las hacen, una salida de tantos expertos que opinan y que explican pero que poco transforman. Una salida a la arrogancia y una entrada a la honestidad, un puesto de honor a Dios para que guíe y depure un país que lo único que le va quedando como nación es su nombre.

No solo es por los presos que requieren ser liberados, es por lo que estando libres seguimos sintiéndonos preso en nuestro propio país. Dios lo bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

lunes, 21 de diciembre de 2015

UN CUERPO SIN ALMA LLAMADO ESPIRITU



Percibimos lo que vemos y para ello los sentidos juegan un papel importantísimo, pero a la vez sabemos, los creyentes, que no todo lo que percibimos es lo que existe, ya que solo por citar el ejemplo más sublime de la vida, a Dios sin verlo le amamos, sin tocarlo lo sentimos y sin entenderlo lo aceptamos.

La doctrina cristiana enseña que en torno a la creación hay seres con voluntad e inteligencia que sin tener forma física acompañan a Dios alabándolo y dándole gloria, y a estos seres los llamamos ángeles. También conocemos por doctrina que de estos ángeles un grupo no despreciable (un tercio según el libro del apocalipsis) rechazaron a Dios y se revelaron a su voluntad convirtiéndose en lo que conocemos con el nombre de demonios. Estos últimos ciertamente, siendo de naturaleza angélica, también gozan de voluntad e inteligencia, por demás decir, muy superior a la nuestra. Y finalmente, sabemos también por doctrina católica que todos los seres humanos gozamos de un alma que no muere y que culminado nuestro tiempo acá en la tierra, donde el cuerpo vuelve al polvo de sus orígenes, esta alma va a una eternidad, que bien puede ser buena llamada cielo, o de tormentos llamada infierno, con un lugar intermedio finito de purificación llamado purgatorio. Quizás acá estimado lector usted se esté haciendo la pregunta: ¿qué tiene que ver todo esto con el título de estar artículo?

Año tras año se ha vuelto costumbre la celebración los 21 de diciembre del llamado Espíritu de la Navidad, una suerte de figura mística con el poder de traer prosperidad y buenos deseos. Este espíritu se le atribuye inteligencia y voluntad pero ni es de naturaleza angelical ni humana, por lo tanto es un cuerpo sin alma, es decir, un deseo de existencia tan real como los dioses mitológicos de la antigua Grecia.

Su aceptación y culto parecieran ser inocuos para quienes sencillamente buscan darle mayor brillo a sus navidades y, por qué no, buscar un empujoncito a sus metas, un aliado motivacional, un argumento que alimente nuestro autoestima para por lo menos suponer que intentamos hacer algo por mejorar materialmente nuestras vidas; pero la verdad es que a estas prácticas es imposible separarle la palabra infidelidad. Los cristianos que conocen su fe saben que el mandamiento más importante de todos es este: Amarás a Dios por sobre todas las cosas. Y quienes buscan justificar al espíritu de la navidad saben que para evitar rechazo deben vincularlo con Dios. ¿La trampa?, Dios no está fuera de su revelación, fuera de Jesús, fuera de la salvación. Dios no es un genio de la lámpara, Dios da y también puede quitar, y en ambos casos la respuesta requerida de nuestra parte la tenemos del justo Job, cuando señaló: “¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal?” (Job 2,10).

La navidad se nos ha vuelto tan material, tan de luces y comidas, de ropas y regalos que eso más que generarnos alegrías a veces marca hondas angustias y sufrimientos, más en países como el mío (Venezuela) donde el alto costo de la vida y la profunda escases de todo hace una tortura económica el sentido de la navidad. Pero ante eso debemos tener la imagen de la Sagrada Familia, esa que en el lugar más pobre inició nuestra historia de salvación. La navidad no necesita prólogos, ni magos, ni genios,  la navidad se inicia y se consuma en Cristo. Son la familia, el compartir, las llamadas, las amistades, las bondades, la generosidades, la adoración (en la misa), la plegaria de gratitud, el alimento de la fe, la conversión las que dan sentido a la navidad.

El sincretismo de querer a través de un personaje de adorno, sin alma y sin vínculo con Dios, impuesto por la nueva era y el consumismo, da gusto al demonio porque en su imagen buena se esconde la maligna intención de desdibujar de nuestras conciencias el amor de Dios Padre expresado en su hijo Jesús.

¿Queremos pedir? Pidamos a Dios. Pidamos con el ejemplo de Cristo: “…no se haga mi voluntad sino la tuya”. Me atrevo a sugerir un consejo de Cristo para nosotros una fecha como la de hoy: “Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis” Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi