A los 95 años, el día de hoy fue publicada la muerte de uno
de los pensadores y creadores de personajes más famoso de toda la historia del
arte gráfico que alcanzó no solo construir un universo, sino que ese mundo
fusionó la línea de lo real con lo imaginario.
No son pocos los seguidores fieles, adictos y bien formados
de este universo Marvel. Personas que han creado en sus vidas un espacio para conocer y vivir las historias Marvel. Stan Lee no creó un
universo en torno a él sino que de él nació un universo para entretener al mundo real.
Es paradójico que el hombre se avive y pueda hacer hasta una
suerte de religión excitante en torno a estas historias. Yo mismo debo confesar
que soy un fiel seguidor de estas historias cuando llegaron al
cine, comenzando con Capitán América y el primer Vengador hasta quizás la
película más esperada y vista que fue Avengers, Infinity War. Pero a la par, en
un mundo también creado para nosotros, real
con enemigos peores que Tanos y con un héroe que se humanó, siendo Dios, para
salvarnos, no nos movemos en masa con tanta pasión y nos diluimos en la cotidianidad de nuestras
vidas.
¡Qué grande fue el trabajo de Stan Lee! pero creo que hoy el
creador de tantos héroes se consiguió con la fuente de heroicidad, con la belleza
del bien, con la tranquilidad de la paz y con la misericordia del amor. Y
confío para él, su mayor revelación o descubrimiento no será los personajes que
él creó, sino aquel que lo creó a él y dio su vida por amor. Stan Lee hoy ha
descubierto el más poderoso “vengador” del mundo y ojalá su ingenio le haya permitido priorizar su pronta aceptación de él, Cristo Jesús, para poder
alcanzar la salvación de su propio universo, el universo de su vida. Dios los
bendiga, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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