De un tiempo para acá (no
pocos años) ha existido dentro de la corriente evangelizadora una tendencia que
trata de “explicar” las verdades del génesis y para muchos el punto de arranque
de esta explicación es la negación de los hechos narrados como realidad
histórica sin dejar aún lado (por los momentos) que Dios es el Creador de todas
las cosas.
La exégesis bíblica que
muchos titulados en teología han desarrollado parten de la negación del árbol
de conocimiento, de la serpiente que habla y hasta, en no pocos
casos, de la creación de Adán y Eva, como personas únicas y primarias de
la Creación para una generalización de que Adán “representa” a los primeros
hombres. Es más, si aceptamos de tajo la teoría evolucionista de que venimos
del mono, Adán quedaría anulado dentro de la misma fábula.
He tenido la posibilidad de
escuchar a consagrados(as) que defienden al génesis como narración histórica y
a otros que lo explican como un poema o cuento creacionista, que rellena vacíos
a las respuestas existenciales tales como: ¿de dónde venimos? Yo en lo
particular creo que, a la luz de la sabiduría del magisterio de la Iglesia, dada
por el Espíritu Santo, debemos tener cuidado en afirmar o negar cosas sin el
debido soporte y la debida formación.
Ejemplo: De no existir Adán
y Eva desde el punto de vista histórico lo primero que yo pondría en duda es la
veracidad del pecado original. Ya que no es lo mismo hablar de un pecado que nos
marca a todos como especie producto de que el primer hombre y la primera mujer
lo cometieron a que yo diga que de muchos hombres y mujeres creados en un mismo
momento dos pecaron, porque ahí cabría la pregunta: ¿por qué un pecado de dos
personas dañaría al resto de la humanidad si el resto no lo cometió? Y el
ejemplo lo tenemos con la caída de los ángeles. Muchos ángeles creados en un
mismo instante fueron probados, unos pecaron (un tercio según la biblia) y solo estos fueron expulsados del Reino
de los Cielos. El resto perseveró y obtuvo la visión beatífica de Dios. La
única forma para que el hombre heredara un pecado que manchara a todo el linaje
humano es porque sus dos únicos representantes en ese momento cometieron la
culpa y la misma se transmitió, cual código genético, de generación en generación.
Es decir que el hombre se multiplicaría en forma de
triángulo, de arriba hacia
abajo.
Otro aspecto es que Jesús es
definido, en la Biblia y en al catecismo de nuestra madre la Iglesia Católica,
como el nuevo Adán, y siempre se señala que “así
como por el pecado de un hombre entró la muerte en el mundo, por los méritos de
Jesús alcanzamos la salvación”. Una comparación que de no tratarse de un
personaje histórico sería absurda. Es como comparar un personaje de ficción con
alguien de la vida real.
Otro daño que pienso
causamos al negar hechos bíblicos es que en el pensamiento colectivo hay
quienes empezarán a extender este cáncer a toda la sagrada escritura. ¿Si lo
del Génesis no es, por qué no pensar que algunos aspectos de los evangelios
tampoco son? Por eso, al negar la serpiente pudiéramos estar negando al
demonio, al negar el árbol pudiéramos estar negando la posibilidad de decidir y
al negar la desobediencia pudiéramos estar negando el pecado en sí mismo. Y al negar al pecado original ¿qué eficacia
tendría el bautismo en sí mismo?, ¿qué sentido tendría el sacrificio de Cristo
consumado en la Cruz?
Finalmente, yo no digo que
toda la narración del Génesis sea histórica, de hecho creo que tiene recursos
metafóricos para explicar hechos reales. Pero sí parto de un principio
fundamental, y es que Adán y Eva, siendo la primera creación humana y viendo
Dios que eran muy buenos, debían consolidar los méritos de su gracia probando su
fidelidad, obediencia y amor a Dios. Y el demonio, luego de su fracaso,
centraría su vida en hacernos perder lo que él ya perdió para siempre, la
felicidad eterna. Así, la tentación y el pecado se hicieron cómplices de una
gran culpa, que como reza una versión del pregón pascual: ¡Oh feliz culpa que
mereció tan grande redentor! Dios los bendiga, nos vemos en la oración
Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi
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