martes, 20 de noviembre de 2018

¿Existieron Adán y Eva?



De un tiempo para acá (no pocos años) ha existido dentro de la corriente evangelizadora una tendencia que trata de “explicar” las verdades del génesis y para muchos el punto de arranque de esta explicación es la negación de los hechos narrados como realidad histórica sin dejar aún lado (por los momentos) que Dios es el Creador de todas las cosas.

La exégesis bíblica que muchos titulados en teología han desarrollado parten de la negación del árbol de conocimiento, de la serpiente que habla y hasta, en no pocos casos, de la creación de Adán y Eva, como personas únicas y primarias de la Creación para una generalización de que Adán “representa” a los primeros hombres. Es más, si aceptamos de tajo la teoría evolucionista de que venimos del mono, Adán quedaría anulado dentro de la misma fábula.

He tenido la posibilidad de escuchar a consagrados(as) que defienden al génesis como narración histórica y a otros que lo explican como un poema o cuento creacionista, que rellena vacíos a las respuestas existenciales tales como: ¿de dónde venimos? Yo en lo particular creo que, a la luz de la sabiduría del magisterio de la Iglesia, dada por el Espíritu Santo, debemos tener cuidado en afirmar o negar cosas sin el debido soporte y la debida formación.

Ejemplo: De no existir Adán y Eva desde el punto de vista histórico lo primero que yo pondría en duda es la veracidad del pecado original. Ya que no es lo mismo hablar de un pecado que nos marca a todos como especie producto de que el primer hombre y la primera mujer lo cometieron a que yo diga que de muchos hombres y mujeres creados en un mismo momento dos pecaron, porque ahí cabría la pregunta: ¿por qué un pecado de dos personas dañaría al resto de la humanidad si el resto no lo cometió? Y el ejemplo lo tenemos con la caída de los ángeles. Muchos ángeles creados en un mismo instante fueron probados, unos pecaron (un tercio según la biblia) y solo estos fueron expulsados del Reino de los Cielos. El resto perseveró y obtuvo la visión beatífica de Dios. La única forma para que el hombre heredara un pecado que manchara a todo el linaje humano es porque sus dos únicos representantes en ese momento cometieron la culpa y la misma se transmitió, cual código genético, de generación en generación. Es decir que el hombre se multiplicaría en forma de

triángulo, de arriba hacia abajo.


Otro aspecto es que Jesús es definido, en la Biblia y en al catecismo de nuestra madre la Iglesia Católica, como el nuevo Adán, y siempre se señala que “así como por el pecado de un hombre entró la muerte en el mundo, por los méritos de Jesús alcanzamos la salvación”. Una comparación que de no tratarse de un personaje histórico sería absurda. Es como comparar un personaje de ficción con alguien de la vida real.

Otro daño que pienso causamos al negar hechos bíblicos es que en el pensamiento colectivo hay quienes empezarán a extender este cáncer a toda la sagrada escritura. ¿Si lo del Génesis no es, por qué no pensar que algunos aspectos de los evangelios tampoco son? Por eso, al negar la serpiente pudiéramos estar negando al demonio, al negar el árbol pudiéramos estar negando la posibilidad de decidir y al negar la desobediencia pudiéramos estar negando el pecado en sí mismo.  Y al negar al pecado original ¿qué eficacia tendría el bautismo en sí mismo?, ¿qué sentido tendría el sacrificio de Cristo consumado en la Cruz?

Finalmente, yo no digo que toda la narración del Génesis sea histórica, de hecho creo que tiene recursos metafóricos para explicar hechos reales. Pero sí parto de un principio fundamental, y es que Adán y Eva, siendo la primera creación humana y viendo Dios que eran muy buenos, debían consolidar los méritos de su gracia probando su fidelidad, obediencia y amor a Dios. Y el demonio, luego de su fracaso, centraría su vida en hacernos perder lo que él ya perdió para siempre, la felicidad eterna. Así, la tentación y el pecado se hicieron cómplices de una gran culpa, que como reza una versión del pregón pascual: ¡Oh feliz culpa que mereció tan grande redentor! Dios los bendiga, nos vemos en la oración

Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi

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