miércoles, 25 de abril de 2018

A TI, JUEZ DEL CASO ALFIE EVANS, MR. ANTHONY HAYDEN


No sé que pueda haber en el corazón y en la mente de un hombre como usted, y de todas las cartas y artículos que he escrito este sé que será uno de los que más me costará controlarme para no emitir improperios ni alimentar mi ira.

La vida, como don de Dios y regalo incomprendido de los hombres, es algo que todos, creyentes o no creyentes, sin importar recursos y tiempo, deberíamos defender hasta más no poder, hasta que el mismo cuerpo lo agradezca y se detenga. Me asustan los hombres y las leyes que se atribuyen el poder de decidir hasta cuándo vive una persona y sus formas de morir. Y lo más triste, me asustan los hombres que rememoran la cultura Nazi y Stalinista, esa que no le importaba matar personas de hambre, sed, dolor. Esa que se hacía indiferente al dolor de quienes lloran a un ser que aman.

Me asusta el "desarrollo" que desde mi país (Venezuela), el cual hoy no dudo desde afuera ven como un país tercermundista y subdesarrollado, ustedes, los países del “primer mundo”, nos ofrecen. Tecnológicamente y desde el punto de vista del civismo son ejemplares. Son un orden pulcro pero espiritualmente vacío. No en vano nuestro querido Simón Díaz (compositor de Caballo Viejo), que visitó Londres una vez para un concierto, estando allá le dijo a su hija que lo acompañaba que se quería regresar a su país (Venezuela) porque allá (en Londres) no salía nunca el Sol.

Yo comenté en una de mis redes sociales que admiraba la paciencia y decencia que tenían los padres de Alfie porque honestamente no sé que estuviera haciendo yo en una situación así. 

No dejo de recordar la película John Q protagonizada por el reconocido actor Denzel Washington en donde un padre desesperado por salvar la vida de su hijo secuestra el hospital y hasta ofrece su propio corazón para dárselo a su hijo.


Yo no sé Mr. Hayden si usted es padre de familia o no pero sin duda creo que una persona con corazón, por encima de leyes e ideología ante una situación así, lo último que buscaría es quitarle a los padres de un hijo en la condición de Alfie, la posibilidad de buscar vías, recursos y esperanza  para salvar su vida, sea ahí, en Italia o donde ellos dispongan. Ya usted demostró que su corazón es frío, maligno y de espaldas al amor de Dios.

No le deseo nada diferente que sienta la mirada de Dios y con ella le arda la conciencia. Que ojalá usted, antes de morir, conozca al Poder del Altísimo, que le doble las rodillas, liquide su soberbia y la del equipo de magistrados que le acompañe y que sepa que la mirada del mundo creyente está sobre este caso. Dios tiene el poder de levantar a Alfie de esa cama, sano y salvo. Sea lo que sea que Dios disponga, usted con sus inhumanas decisiones le ha dado a Dios más poder sobre Alfie y a su vez ha perdido presencia de Dios en la suya. Nos vemos en la oración…Alfie

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

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