viernes, 30 de marzo de 2018

¡ENCONTRARON EL CUERPO DE CRISTO!





Dijo San Pablo, en una de sus cartas, que “Si Cristo no hubiera resucitado vana sería nuestra fe” (1 Corintios 15:14), que interpretándolo desde un punto de vista arqueológico sería lo mismo que decir que si encontraran sus restos mortales la fe cristiana moriría.

El día Jueves Santo, día del sacerdote y donde recordamos la primera misa celebrada en la era cristiana, la que presidió Jesús, en donde luego se elaboran monumentos con el santísimo expuesto y se hacen momentos de adoración eucarística, ahí pude ver que efectivamente nosotros seguimos viviendo una fe de arcilla, poco eucarística. El Cuerpo de Cristo existe, y está en la Eucaristía.

El  reconocimiento del Cuerpo de Cristo es fundamental para la vivencia de la fe. Nosotros sí vemos su cuerpo día a día, y es un cuerpo resucitado, no muerto, porque Cristo ha vencido la muerte.

Cualquier actividad parroquial que no gire en torno a la Eucaristía, que no genere un acercamiento a la adoración de Jesús, cuerpo presente en la hostia consagrada, se tornará en momentos protestantes de amor a Jesús, no condenables, pero que no generan un sentido de pertenencia y sobre todo conversión sacramental.

¿Conversión sacramental?, sí, esa que nos motiva a vivir dos sacramentos olvidados o desestimados, la reconciliación y la comunión.

Buscar un Cuerpo de Cristo muerto, aparte de ser una labor inútil, tiene un trasfondo maligno, mayor, es desear que la muerte siga triunfando en la humanidad, que el pecado nos siga alejando del amor de Dios, es desestimar nuestra necesidad de ser redimidos por un Dios que “tanto nos amó que nos dio a su único hijo para que todos nos salváramos”. Negar a Cristo como Dios es negar a Dios, es negar su plan y es no aceptar su amor.

Cada ser que encuentre en la Eucaristía a Jesús encontrará un cuerpo, pero un cuerpo resucitado, que reafirma nuestros valores, que agradece un amor inmerecido, que camina con la luz que lleve a la vida eterna. ¿Y tú, ya encontraste el Cuerpo de Cristo? Dios te bendiga, nos vemos en la oración.



Luis Tarrazzi
@luistarrazzi

martes, 20 de marzo de 2018

JÓVENES IMPERMEABLES A LA FE CATÓLICA


No puedo decir si antes evangelizar era más fácil que ahora. Solo puedo responder por mi tiempo y escuchar referencias de tiempos pasados. Pero sin duda puedo afirmar: ¡qué difícil es evangelizar en estos tiempos!

Quizás desde los tiempos de la ilustración (de lo cual no todo es condenable) se eliminó el aspecto dogmático de toda la fe y comenzaron los razonamientos que en realidad derivaron en cuestionamientos. Hoy ya tenemos unas cuantas generaciones que son nietas y bisnietas de este movimiento; que cuando alcanzan la madurez lo primero que descartan,  no pocas, es la fe tradicional.

Todavía no se ha llegado al paso de negar masivamente la existencia de Dios, aunque a veces creo caminamos hacia allá, pero lo que sí es evidente es el rompimiento masivo, acelerado, entre una doctrina, como la católica, y el seguimiento de Dios. En la niñez es fácil evangelizar, son pocos los cuestionamientos y como esponjas absorben conceptos, ideas. Pero en la adolescencia y edad adulta, con las no menospreciables atracciones hedonistas, se da un fenómeno OFF en la fe. Saben que está ahí pero mientras menos piensen en ella y lo que les cuestiona, mejor.

No niego que ejerciendo la labor de evangelización uno desarrolla una impotencia muy aguda, hasta el punto de caer en la tentadora opinión de pensar: “yo cumplí, ellos verán”.

Los tiempos que vivimos requieren sin lugar a dudas cambiar las formas, no los contenidos. Transmitir el mismo mensaje pero por otros caminos. Hoy, es sabido, no contamos con la atención ni el interés de los jóvenes, no contamos con su curiosidad ni relevancia. 

Es ahí donde emplear las técnicas del miedo o la hipersensibilización puede ser un error. Miedo al hablares solo del infierno, de que los que no aman a Dios se quemarán eternamente. Y la hipersensibilización en el uso exagerado de emociones que los hagan llorar, sentir mal, sentir pecadores.

¡Ojo!, no hablo de eliminar estos recursos sino de moderarlos. La visión primaria del joven hacia Dios (algo que apenas voy asimilando) debe ser la mirada del que descubre un ser real, persona, amigo, infalible, que nos ama y nos expresa su amor y perdón aún en las peores y más duras condiciones de vida. Un Jesús que se revela primero como hombre y luego como Dios. Ese fue el camino de Cristo.

No es modernizar la fe, es hacerla accesible para todos, con un lenguaje fresco sin negar verdades. Un camino sistemático de amor que los lleve a conocerlo y luego seguirlo. Crear un sentido de pertenencia entre Jesús, la Iglesia y la práctica de la fe. Exclusiva en el vivir interior, compartida con generosidad para darla a conocer.

Los jóvenes necesitan formadores convencidos, comprometidos y que den testimonio de la vedad, porque…

¡LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES!

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.


Luis Tarrazzi

domingo, 18 de marzo de 2018

AMORES SANTOS (DOCUMENTAL). OPINION DE UN LAICO





Comparto este video que grabé en octubre de 2015 por el otro canal que tengo en youtube: abrazandonuestrafe.



Lo sorprendente de este video son la cantidad de comentarios ofensivos hacia mí, señal de que efectivamente su contenido va de la mano con lo que la Iglesia enseña.



Después de 3 años sigo esperando la caída del Vaticano por esta "revelación". (sarcasmo)

miércoles, 14 de marzo de 2018

LA VERDAD Y LA MUERTE, STEPHEN HAWKING


 
Toda intelectualidad, racionalidad, estudio e hipótesis, modelos y supuestos, buscan en mayor o menor grado acercarse a la verdad. Explicar el Universo, negar la existencia de Dios, plantearse la necesidad de migrar a otros mundos, eran parte de los supuestos y sugerencias que nos hacía el súper reconocido científico Hawking.

Pero la verdad está muy asociada a la muerte. Las respuestas existenciales y creacionistas, sin la fe en religiosidad, en Cristo, siempre serán suposiciones, teorías, modelos. Desde el punto de vista científico nunca serán dogmas y ese es el punto frustrante de un saber que no fundamenta sus visiones en la verdad revelada sino en la negación continuada.

La vida de Hawking, nada fácil, admirable por lo que logró aún en su condición, es en sí misma un milagro. Un hombre que vivió más de lo esperado, que desarrolló unas habilidades desde el punto de vista intelectual, cognitivo, una inteligencia superior al común. Pero, citando la Biblia: “De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo” (Mateo 16,26)

En la muerte Hawking ha encontrado más respuestas y verdades que en todos sus duros años de limitaciones e investigaciones. En su paso por la muerte encontró la verdad, el sentido del universo, de la vida, de la salvación, de la fe. Ha conocido el Alfa y la Omega. Y esto lo ha conocido quizás tarde, pero ojalá haya tenido la docilidad de reconocer sus errores y abrazar la verdad. Porque sin ser mezquino ante lo que para el mundo moderno representó la figura intelectual de un científico tan prominente como Hawking, hoy pido más por su salvación que por conservar el legado de sus enseñanzas. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

viernes, 9 de marzo de 2018

CARTA ABIERTA PARA SEBASTIÁN PIÑERA. PRESIDENTE BUSCANDO UN GÉNERO PARA SU PUEBLO



Estimado presidente electo, pronto presidente en ejercicio, Sebastian Piñera. No sé con cuál ilusión le escribo, si es solo por intentar o por la convicción de que Dios a través de sus creaturas, como muchas veces nos habla, toca el corazón y transforma nuestras conductas. Solo lo intentaré y el resto se lo dejo a la Providencia.

Desde Venezuela, Chile ha cobrado un protagonismo muy importante, y lo ha hecho porque ustedes han recibido a miles de venezolanos, familia y amigos, que buscando un país llegaron a traspasar sus fronteras. ¡Gracias por eso!

El desarrollo que hoy ofrece Chile no es poca cosa. Es un país que está en la vanguardia del mundo. No dudo todavía con enormes desafíos, pero encaminado. Donde inclusive posturas políticas opuestas son capaces de sentarse y trabajar por un bien común, el país. Pero, señor Piñera, el desarrollo cuando quiere ser complaciente con todos, amplio, inclusivo, se torna débil, frágil, y le abre las puertas a enfermedades sociales que, avanzadas, transforman a la sociedad, la degeneran.

En sus recientes declaraciones que vi por CNN Chile, usted ha pedido que se avance en la Ley de identidad de género, declarando:

“Somos partidarios en avanzar en Ley de identidad de género, para que personas como Daniela (Vega), que tienen disforia de género, lo natural es que puedan cambiar, no solo de forma registral, sino que sean aceptados por la sociedad. La discusión no está si en avanzar o no, sino en qué momento. Yo creo que un niño de 4 años, que tiene síntoma de disforia de género, no debiéramos cambiarle su género o su sexo porque puede ser prematuro, y mucho menos contra la voluntad de sus padres”

A veces pienso que mi país (Venezuela) está estancado en esta miseria social, económica y política, precisamente porque ese estancamiento ha impedido que entre este tipo de debates que en otras latitudes se ven como avancen. Es como  recordar esa infeliz frase de Bolívar que decía: “aunque la naturaleza se oponga lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.

Desde que el mundo es mundo la naturaleza, obra de Dios, ha funcionado en todo como un reloj preciso, bien ajustado. Los ciclos de lluvia, calor, la reproducción entre las especies, incluyendo la nuestra, la definición de los sexos que se dan de manera equilibrada, permitiendo a la inmensa mayoría no padecer de problemas de parejas e hijos, la fórmula cromosómica XX y XY, todo está ahí dado, no para ser cambiado, sino para ser cuidado.

Hablar de Dios, en estos temas, pareciera invalida la participación. Expresar que uno es cristiano coloca etiquetas de homofóbico, fundamentalista, ortodoxo, discriminador, etc. Son las palabras dragón (como enseña en sacerdote dominico Fray Nelson Medina) que debemos enfrentar y aprender a vivir con ellas. Pero ese Dios que incomoda, que sacamos de los temas políticos u omitimos adrede, es el que nos bendice en el matrimonio sacramental, bautiza a nuestros hijos, se hace comunión (eucaristía) y perdón en el sacramento de la reconciliación. Y cuando la muerte se acerca, es a través de la Santa Unción, con un sacerdote, que nos da consuelo. Ese Dios lo conocemos por la Biblia, la Tradición Apostólica, la vida de los Santos (como el santo chileno Alberto Hurtado). Y ese Dios, en ninguna parte, en NINGUNA, expresa estar a favor se alentar políticas pro aborto, pro eutanasia y pro cambio quirúrgico de sexo, que por cierto se logran solo externamente porque la naturaleza genética, cromosómica  seguirá siempre ahí. Así cabe la pregunta ¿Por qué le damos la espalda a Dios?

Usted se opone al cambio de sexo en niños y me parece bien. Yo me opongo al de niños y al de adultos. Pero usted no gobernará por siempre. Y al dejar la ley en vigencia, solo una ampliación de su aplicabilidad, lograda en sesiones parlamentarias, los incluirá tarde o temprano. Y en esto no podemos lavarnos las manos como Pilatos.

No le digo nada que las conferencias episcopales no digan, que los pro vida y pro familia no digan. No le digo nada innovador. Pero nuestra condición mortal, finita, con un alma trascendente, nos llevará a enfrentar tarde o temprano a la justicia de Dios. Y ante él, con las manos llenas de nuestras obras y decisiones, ¿qué argumentos se podrían dar para justificar estos apoyos y “avances”?

¿Qué contribución santificante y salvífica deja una ley así? Pienso en las palabras recogidas en el libro de Ezequiel:

"Cuando yo diga al malvado: "Vas a morir", si tú no le adviertes, si no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, a fin de que viva, él, el malvado, morirá por su culpa, pero de su sangre yo te pediré cuentas a ti. Si por el contrario adviertes al malvado y él no se aparta de su maldad y de su mala conducta, morirá él por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida."
(Ezequiel 3, 18-19)

La política debe tener principios claros señor Piñera. No solo fijar su mirada en las minorías, porque nadie mejor que Dios hace eso, sino entender que las decisiones presentes tienen impacto en el futuro. No tema ser firme en la verdad. No es un desprecio a las personas que no están a gusto con su sexo, es un tema de hacer una sociedad armónica y coherente con su propia naturaleza. Ustedes conocen bien la fuerza de los terremotos, conocen lo frágiles que somos cuando desafiamos la naturaleza. ¿Cuánto más daño y dolor no causará fomentar leyes que atenten contra ella? Dios lo bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

jueves, 8 de marzo de 2018

POEMA: NO PISES MIS HUELLAS



¿Cómo sabrán de mí si estás parada sobre mis huellas?
Crees que al dejar mi huella libre el viento la borrará
Pero ¿qué sentido tiene una huella si nadie la puede mirar?

Una buena huella se copia en la mente y el corazón,
Se multiplica, se hace casi eterna
Mi huella es mi herencia, pero cubierta por ti y solo por ti podría ser tu maldición

No te esclavices a mi huella, porque niegas tus propias pisadas
Mi huella se formó gracias, en parte, a ti. Pero también en base a otras huellas
Una huella no surge por generación espontánea, es el fruto de vivir

Levántate de mi huella y recuerda de ella lo mejor de mí.
Mi huella es mi pasado, mi presente pero nunca mi futuro
Mi futuro es el fruto de mi caminar

No pises mis huellas. Ellas no respiran pero necesitan aire para ser borradas. Así el mundo podrá recibir nuevas pisadas.

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
 Luis Tarrazzi

martes, 6 de marzo de 2018

¿QUIÉN TIENE LA RAZÓN, COCO O EL GRAN MILAGRO?


Son pocas las películas que en estos años de escribir le he dedicado líneas. Aunque me declaro un alto consumir de cine, raras veces utilizo este recurso para hablar de lo que veo. ¿Por qué?, porque entiendo claramente que cine es cine y la vida es la vida.

Pero hay temas o guiones que fuera de su fantasía dejan huella en la mente de quienes los ven, y entiendo que con la película “Coco” pasó esto. Sus críticos la alabaron porque invitaba a los niños a pensar en la muerte y también a los adultos, y a ver la muerte de una manera diferente con la importancia de recordar a quienes ya nos han dejado físicamente.

Previo a este estreno, en el año 2011 (si mis investigaciones no son erradas) surgió un film llamado “El gran Milagro” en donde también se aborda el tema de la muerte y gracias a sus tres personajes: (Mónica una mujer viuda y madre de un niño de 9 años que hace todo lo posible por mantener su hogar. Don Chema, un conductor de transporte público quién recibe la noticia de una enfermedad que puede llevar a la muerte a su hijo y Doña Cata, una mujer mayor de edad que siente que su misión en esta vida ha terminado), se le da una visión cristiana, a mi entender, correcta.

Coco enfoca su sinopsis en los muertos y estos a su vez son los principales protagonistas. Su felicidad, en esa eternidad, reúne en un mismo plano a buenos y malos e inclusive su estatus eterno está ligado, casi en exclusividad, al recuerdo positivo o negativo que se tenga de ellos. No hay un ser superior, claro, visible, inteligible y de admirar, que guíe esos procesos de justicia y equidad. Coco, recogiendo una real tradición mexicana del “día de los muertos” que se suele dar en sintonía con la festividad católica del 2 de noviembre, tiene como motivo de culto el difunto. En el Gran Milagro, y dentro de un contexto eucarístico (el sacramento de nuestra fe), Jesús es el Salvador, las almas están separadas entre las triunfantes (cielo), purgantes (purgatorio) y los condenados (que aunque no aparecen en la película, si salen miembros de este lugar que son los demonios). Es decir, en Coco, somos los vivos los que determinamos la felicidad o inclusive el total olvido de quienes ya se han ido. En Coco, los muertos pueden volver a morir, desapareciendo para siempre, si nadie los recuerda. En el Gran Milagro, en la real creencia y tradición cristiana, el alma es eterna, se acuerden o no de ella. Tanto así que la tendencia natural del tiempo es que todos seamos olvidados, por lo menos en su mayoría, y siendo así, solo la justicia y el amor de Dios nos sostiene en una eternidad construida por nuestros propios méritos de fe y obras de misericordia.

Sé que pareciera absurdo aclarar esto, pero no deja de preocuparme como en muchas  familias al cine se le ha delegado  la formación en valores infantiles que si no son aclarados, la línea de la ficción a lo real desaparece. Por eso en mis clases cuando les digo a los niños que los animales no tienen alma se molestan, se angustian. Y no dudo esto sea por la agudización de la tendencia a humanizar a los animales. La fábula se volvió real.

Vi Coco y me pareció una película linda, que también destacando lo bueno, nos invita a no olvidar a nuestros ancestros, aquellos que han formado parte de nuestra historia, familias. Esa invitación a hacer historia dentro de nuestros propios hogares, conocer nuestras raíces y darle honor a ellas. Pero de ahí a darle culto al muerto y no al Dios de la vida es donde el cuidado debe ser mayor. Así Jesucristo, Señor de la vida, único Salvador y Redentor, en alusión a los muertos y no por desprecio decía:

«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.».
(Lucas 9, 60)

E insisto, no lo hizo por desprecio, sino porque la administración de esta eternidad escapa de nuestros buenos recuerdos y deseos. Escapa de la fama de pocos y el olvido de muchos. La administración del amor de Dios es igualitaria para todos y ante su mirada todos seremos eternamente recordados. Y los que siendo malos persistieron en su error y se apartaron voluntariamente de su amor pues serán llevados al lugar donde el único olvido tormentoso es el de no recibir la confortante presencia de Dios.

"¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?"
(1 Corintios 15,55)

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

viernes, 2 de marzo de 2018

SERVICIO DE PROSTITUCIÓN GRATUITO



"Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegarán antes que ustedes al reino de Dios”
(Mateo 21,31)

En el mundo de la oferta y la demanda uno de los riesgos competitivos más altos, catalogados administrativamente como “competencia desleal”, es el dumping. Es decir, cuando personas (naturales o jurídicas) comercializan un mismo producto o servicio y alguno de la rama lo hace a precios muy por debajo del resto para captar clientes e inclusive monopolizar la oferta.

Si esto ocurriera en el mundo de la prostitución sería el fin del comercio, mas no del servicio. El dumping en la prostitución tiene un efecto contrario, pareciera que el deseo del tentador  es aumentar las oferentes sin importar el capital en sí. El pecado no se enriquece con dinero, se nutre del distanciamiento del corazón del hombre de Dios.

El pecado de Adan y Eva, narrado en el libro del Génesis, develó la naturaleza humana en su desnudez, y la respuesta inmediata fue cubrirse, vestirse. Luego de ello, el pudor nos hizo siempre usar ropa, porque más allá de nuestro cuerpo, era el elemento mental, nutrido por la percepción, el que se buscaba resguardar.

Pero la tendencia en moda, erotismo y arte ha sido volver a esa desnudez sugestiva, que estimule las fantasías humanas, en especial las masculinas, llevando a niveles de ridiculez aquella enseñanza de nuestro Salvador cuando señaló:

“Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón”.
(Mateo 5,28)

Esta lucha no se puede hacer de lo general a lo específico (deductivamente), sino que tiene que hacerse, gota a gota, alma a alma (inductivamente). La ola de la moda solo se detiene con la barrera de personalidades propias, auténticas, que conozcan quiénes son y valoren su dignidad. Una mujer no es más deseable por mostrar más o por tener mayores y variadas experiencias sexuales, una mujer construye su dignidad de cara al respeto de su propio cuerpo, reservándolo para un proyecto familiar exclusivo y para toda la vida.

Los hombres no quedamos aislados de esta lucha. No somos víctimas, somos agresores. El consumo exacerbado de pornografía, de contenidos eróticos, la promiscuidad, denigra nuestra razón y nuestra diferenciación de los animales. Recuerdo un estudiante me preguntaba en tono de burla si ver pornografía lo llevaría al infierno y en ese instante le devolví su pregunta con otra: “¿cómo te sentirías si un amigo tuyo, consumidor de pornografía, te dice que ha visto una película pornográfica <muy buena> y desea compartírtela. Al pasártela le das play y en la primera escena vez a tu madre o hermana ahí, en la escena? Él me respondió que se sentiría ofendido. Ahí, en su respuesta a mi pregunta encontró la respuesta de la suya. Esa mirada es la que Dios ejercita en sus hijos, amándolos a todos.

Por eso Jesús encontraba tanto amor en los publicanos y las prostitutas, porque amándoles como eran no los dejaba en su condición de dolor y denigración, les sacaba de ahí. Un cristiano por conversión suele dar más frutos que uno por tradición. Así, la exhortación es que no sean Instagram, Facebook, Twitter u otras redes sociales una vitrina a tu intimidad corporal. Construye el interés hacia ti centrado en tu ser, así serás valorado(a) en todas las edades de tu vida y no solo cuando fuiste eróticamente útil. Dios te bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi