sábado, 23 de septiembre de 2017

¿JESÚS DESCUBRIÓ QUE ERA DIOS?


No pocas veces me he conseguido predicaciones o comentarios de libros que destacando solo el lado humano de Jesús, lo refieren como un hombre que creciendo en tamaño y sabiduría fue descubriendo su misión y su naturaleza, una suerte de misterio divino que se hizo velo para su mente.

Estas afirmaciones que inclusive han salido de homilías sacerdotales (porque las he escuchado) me generan inquietud porque siento que hacen imperfecto el misterio trino, un solo Dios, sin principio ni fin y por ende SIN INTERRUPCIÓN DE CONCIENCIA.

Uno de los argumentos más usados por los que apoyan esta exégesis evangélica son estos:

“Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”. Lucas 2,52

O respuestas antipáticas que él daba y que parecía era corregido por quienes le buscaban, ejemplo:

“Jesús le dijo: «… no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perritos.» Pero ella le respondió: «Señor, los perritos bajo la mesa comen las migajas que dejan caer los hijos.» Entonces Jesús le dijo: «Puedes irte; por lo que has dicho el demonio ya ha salido de tu hija.»” Marcos 7,27-29

Solo por citar dos ejemplos, deseo abordar este tema, con calma y pidiéndole a Dios su gracia para dejar claro mi argumentación.

    1) Si Jesús en algún instante de su vida humana desconocía su naturaleza divina la Santísima Trinidad se hubiese visto fracturada en tiempo y constitución, es decir, el único Dios verdadero, el Dios revelado, hubiese perdido por naturaleza su continuidad. Jesús sería un ser añadido a la Trinidad y no parte de ella desde siempre y para siempre. En una oportunidad Jesús dijo: “«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.»” Juan 8,58. Una afirmación que requiere más que una suposición, conciencia. No lo hizo en tono de pregunta, lo afirmó. Y tan bien entendido fue esto que continúa el mismo capítulo, en el versículo 59, diciendo lo siguiente: “Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo”.

   2)  ¿Por qué entonces señala el evangelio de San Lucas que Jesús crecía en sabiduría y gracia si siendo Dios esto no debería ser necesario?, la respuesta: su respeto a la naturaleza humana y a sus tiempos. Es decir, sabemos que un niño hasta cercano al año no habla, no camina. Más avanzado es que empieza a controlar esfínteres y hacer sus necesidades en los lugares socialmente destinados para ellos. Leen a partir de los 6 o 7 años en adelante. Jesús estos tiempos los cumplió ya que fue igual a nosotros en todo menos en el pecado.
Recordemos lo que citamos en  el Credo, nuestra profesión de fe: Engendrado, no creado. Esto nos habla de un Jesús que se deposita en el vientre de María y no que empieza a existir en él. Pero que, respetando las etapas de la naturaleza humana fue un Dios bebé, Dios niño, Dios adolescente, Dios joven adulto, Dios adulto. Y en cada etapa vive al tope su divinidad sin hacerla sobrenatural sino naturalmente perfecta.


   3) Jesús al perderse en el templo y ser hallado por sus padres les dice: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Lucas 2,49. El mismo evangelista San Lucas, apóstol de Pablo, nos presenta a un Jesús de 12 años, antes del bautismo, que ya andaba en las cosas de Dios Padre y sabía que su padre era Dios. En tiempos judíos nadie llamaba a Dios Padre.
   4)  ¿Por qué corregían a Jesús o por qué este se dejaba corregir? Hay pasajes donde Jesús pareciera dejar claro que no quiere hacer algo o no era su tiempo de hacerlo, como en las bodas de Caná o en el pasaje de aquella mujer sirofenicia que tras pedirle ayuda para su hija (que estaba endemoniada) este le recuerda que no es judía y que por ende no le corresponde comer de la comida de los hijos de Dios. Esta mujer da una respuesta “inesperada” para los testigos y reconociendo su condición de no judía le dice a Jesús que “hasta los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de los amo”. Una respuesta que sin duda es un gran impulso evangelizador para el mundo gentil, un Dios para todos, no exclusivo de un pueblo. Creo, y es mi opinión, que Jesús dejaba colar estas pruebas para el reforzamiento apostólico y la misión evangelizadora de sus futuros misioneros. Jesús era un educador por excelencia y todo tenía un por qué en sus manos. Así como en el pasaje de Lázaro que lo van a buscar cuando este aún vivía, sin embargo Jesús retrasa su partida y el argumento que da es este: “Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para gloria de Dios, y el Hijo del Hombre será glorificado por ella". Juan 11,4. Jesús retrasó su ida 2 días después del anuncio de la enfermedad de Lázaro porque él iba a resucitar a un muerto no a sanar a un enfermo. ¿Cómo lo sabía?, porque era, es y será siempre Dios, con el Padre y el Espíritu Santo.

La excesiva humanización de Cristo, que no es mentira pero que muchas veces oculta su condición divina o la reduce, se ha usado mucho de falsa misericordia pastoral para justificación de pecados. Pero Cristo dentro de sus tantas enseñanzas nos dejó una muy clara: la perfección. Cuando Jesús dijo: “Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto” (Mateo 5,48) nos invita a buscar a Dios, a dejarnos moldear por él, a  robustecer nuestra fe sobre la roca, a aspirar la santidad y a recibir la corona que no se marchita. Así que cuidado con negar la naturaleza divina de Dios o mostrar a un Jesús cuya naturaleza divina se vio oculta por su naturaleza humana, porque es y siempre será: VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi

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