Caminar no es el camino, es pasar justo por él,
y encontrarte en mi destino dio propósito a mi ser.
Hoy me toca a mi llevarte y enseñarte a caminar,
agarrarte de la mano me da a mí seguridad.
A ratos andarás solo, hoy espero en ti lograr,
empotrarme en tus memorias del sabroso caminar.
De regreso y en mi ocaso nos volveremos a tomar,
pero ya yo iré de tripulante, tú lo harás de capitán.
Y si Dios en ti confía, como a mí, otro timón,
recuerda siempre que al regreso el pasajero serás vos.
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