Dios creó todas las cosas pero delegó al hombre definirlas, darle nombre, y es ahí que entre tantos conceptos surge uno que ha marcado el transcurrir de las vidas humanas: el tiempo. Lo que conocemos por años se enmarca en la lógica del tiempo (meses, días, horas, minutos, segundos...); pero a su vez hemos hecho una suerte de caracterización del tiempo, dándole atributo de "buenos o malos años, buenos o males meses, buenos o malos días..."
Ya una vez señalé que los años no eran buenos ni malos, simplemente eran espacios de vida donde se desarrollaban hechos, sucesos, acontecimientos que iban nutriendo el libro de nuestras vidas. Nadie se la pasa todo un año, día a día, hora tras hora, llorando o riendo, pero sí es posible que acontecimientos puntuales consuman buena parte de nuestros estados de ánimo en fases de alegría, depresión, preocupación, ansiedad, triunfos, etc.
Lo que sí es de impacto es el poder de los seres humanos para marcar definiciones o conceptos, no solo para los años sino también para determinar los recuerdos de personas. Como bien dicen por ahí, la historia siempre dependerá de quien la cuente y es ahí donde una exclamación del Salmo 8 tiene mucho contenido para esta idea que deseo expresar:
"¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él?, qué es el hijo de Adán para que cuides de él?. Un poco inferior a un dios lo hiciste, lo coronaste de gloria y esplendor. Le has hecho que domine las obras de tus manos, tú lo has puesto todo bajo sus pies: ovejas y bueyes por doquier, y también los animales silvestres, aves del cielo y peces del mar, y cuantos surcan las sendas del océano."
El año 2021, al igual que el 2020, posiblemente será recordado en mayoría y para los efectos de la historia, como el año de la pandemia COVID 19 y con ello, con los tapa bocas y las políticas de encierro y distanciamiento social, serán recordados como años malos, dignos de olvidar. Esa determinación es cierta, pero no por ello injusta, porque estoy seguro que también durante estos años tuvimos espacios para reír y ser felices. Aprendimos a encontrarnos como hogar, como familia. Pero es ese poder de etiquetar la historia lo que también puede marcar la vida de personas. ¿Cómo recordamos a Hitler?, como un macabro hombre de la historia, casi que un demonio encarnado, y es cierto. Sus males definieron sus recuerdos para la posteridad, aunque posiblemente eso borre injustamente el hecho de que este ser haya tenido espacios de amor o de detalles para con sus afectos así haya sido a tempranas horas de su vida. (no se entienda como una apología del nazismo porque sin duda comparto el desprecio a este oscuro recuerdo de nuestro siglo XX)
En la película Coco, y quizás es donde mejor aplica, los recuerdos tienen poder pero debemos cuidarnos de etiquetar la historia a razón de nuestras percepciones, porque como dije al inicio, Dios creó las cosas, el hombre definió los tiempos. Seamos misericordiosos al momento de evaluar las vidas de otros y los momentos, porque a nivel de días entre el 31 de diciembre y un 1ero de enero solo ha pasado un día más, una hora más, un minuto más. No seamos fatalistas a la hora de recordar los años de nuestras vidas, que con sus altos y bajos permiten definir lo que tu y yo somos hoy.
Feliz año 2022 y que en él nos preparemos para vivirlo con todo lo que eso implica: alegrías, tristezas, rabias, miedos y desagrados (citando las emociones de la película intensamente)
Dios los bendiga, nos vemos en la oración
Luis Tarrazzi
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