viernes, 24 de diciembre de 2021

MI MENSAJE DE NAVIDAD 2021

 


Esta será mi navidad número 41, de mis 40 años cumplidos. La navidad es una época globalmente feliz, una época que invita a fortalecer los lazos familiares, sentarnos a la mesa con personas que quizás ya no vemos con tanta regularidad y, no menos importante, el compartir detalles, obsequios.

Para nuestra fe cristiana, no obstante, es eso y más. No es la llegada del Salvador (como muchos suelen indicar), sino el recuerdo de un triunfante plan de salvación que inició no un 25 de diciembre, sino 9 meses atrás en el anuncio de su encarnación. Cristo se hace hombre para que, compartiendo nuestra naturaleza frágil y limitada, nos señalara un camino, una verdad y una vida. Sin embargo, desde hace tiempo, gota a gota, la navidad se ha ido transformando en algo muy humano, de recuerdo poco divino. El espíritu de la navidad, centrado en regalos, comidas, música, alcohol, juegos y bellos adornos, arropa cualquier intento de oración, conversión y encuentro con nuestro Salvador, que nace desde el tiempo de adviento hasta el final del tiempo de navidad, por allá en el recuerdo litúrgico del bautismo de Jesús. 

La necesidad de que Dios, en la persona del Hijo, se encarnara, responde a un gesto de amor incalculable o fuera de toda lógica humana. Este tiempo nos llama a emular un sacrificio que Cristo ejemplificó: él, conservando su naturaleza divina, decidió asumir la naturaleza humana. Nosotros, con nuestra naturaleza humana, estamos llamados a desear y vivir la naturaleza divina desde la mirada de los santos, jamás para ser dioses, pero sí para ser espiritualmente eternos y, con él, eternamente felices.

Cada año podemos vivir este tiempo de muchas maneras: potenciar los detalles, esforzarnos por construir bellos momentos familiares, agradecer cada día con salud, pero sin dejar a un lado a quién recordamos, quién es el celebrado.

Finalmente, este año 2021, al igual que el 2020, han sido años que se recordarán en la historia como los años de la pandemia (el 2022 no será la excepción, esperando que para finales de este ya la pandemia esté superada). Este año 2021 muchos perdieron seres queridos, muchos vivieron separaciones matrimoniales, agudas crisis económicas, riñas no sanadas, depresiones, desempleos, falta de fe. Ante todo esto recordaré las palabras que el ángel Gabriel dijera a María: "para Dios nada es imposible". La vida, por ser vida, tendrá sus altos y bajos y eso no va unido a años buenos o años malos, simplemente al hecho de vivir. Esperemos que esta navidad 2021 y el próximo año 2022 nos permita conservar y crecer en la fe, obtener necesarios espacios de paz alejados del chisme y las murmuraciones, fortalecer los lazos familiares y confiar en la providencia de aquel que nos amó hasta el extremo.


Feliz Navidad 2021

Dios los bendiga, nos vemos en la oración

Luis Tarrazzi

 



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