miércoles, 28 de noviembre de 2018

SACERDOTE IVAN MERINO, UNA SAL QUE DEJÓ DE SALAR


Dos cosas generaron impacto en mí tras leer hoy esta noticia: “Arrestan asacerdote por abuso de niña y Arquidiócesis se pronuncia”. El primer impacto fue que es un sacerdote de mi país (Venezuela) y el segundo impacto fue que es de la orden religiosa agustinos recoletos de la cual formo parte como empleado pastoral de un colegio capitalino. Y es que el horror del abuso sexual, en este caso, a una menor de edad (con 12 años), salpica al mundo entero y el clero, para deleite de Satanás, no escapa de ello.

Estas noticias hieren hondamente a la Iglesia, a la fe de los jóvenes ya tan distantes de la Iglesia y de Cristo. Por eso Jesús decía: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres” (Mateo 5,13). Y lejos de hacerme juez y verdugo de este sacerdote, tenemos que primero aprender que estos temas para los que trabajamos en la evangelización hay que salirle al trote, sin justificar, pero tampoco como falsos verdugos. La pedofilia y el abuso sexual en general siempre serán delitos horrendos y en el caso sacerdotal más, porque es el uso de la autoridad para doblegar mentes indefensas.

Pero tampoco volvamos al discurso repetitivo de cuestionar la castidad sacerdotal, porque ofende a quienes sí lo viven como alimento y riqueza de su vocación. No caigamos en el discurso repetitivo de que a los sacerdotes debe permitírseles casarse porque ofende a quienes entregan su vida con fidelidad a Dios entendiendo las riquezas y dones de su servicio.

Lamento muchísimo que la arquidiócesis de Maracaibo (Estado Zulia) esté pasando este trago amargo que salpica a los agustinos de quienes formo parte como trabajador y donde he cultivado grandes amistades con consagrados comprometidos con su servicio. Hoy ha caído una rama de la vid y se secará. Pido a Dios le dé a este niña abusada o manipulada la fortaleza, junto con su familia, para superar este trago amargo y dolor que seguro afecta a la Iglesia en su moral y su percepción social. Y también pido por este sacerdote en su delito, en su escandaloso pecado para que a imagen de la mujer adúltera (Juan 8,1) encuentre a un Jesús que lo saque de su error y no infrinja en él la creencia de su ya condenación (como en el caso de Judas Iscariote) porque de darse, el único triunfador sería el demonio, nunca la justicia de Dios. La justicia de Dios redime, sana, convierte y abraza en su infinita misericordia. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi

martes, 20 de noviembre de 2018

¿Existieron Adán y Eva?



De un tiempo para acá (no pocos años) ha existido dentro de la corriente evangelizadora una tendencia que trata de “explicar” las verdades del génesis y para muchos el punto de arranque de esta explicación es la negación de los hechos narrados como realidad histórica sin dejar aún lado (por los momentos) que Dios es el Creador de todas las cosas.

La exégesis bíblica que muchos titulados en teología han desarrollado parten de la negación del árbol de conocimiento, de la serpiente que habla y hasta, en no pocos casos, de la creación de Adán y Eva, como personas únicas y primarias de la Creación para una generalización de que Adán “representa” a los primeros hombres. Es más, si aceptamos de tajo la teoría evolucionista de que venimos del mono, Adán quedaría anulado dentro de la misma fábula.

He tenido la posibilidad de escuchar a consagrados(as) que defienden al génesis como narración histórica y a otros que lo explican como un poema o cuento creacionista, que rellena vacíos a las respuestas existenciales tales como: ¿de dónde venimos? Yo en lo particular creo que, a la luz de la sabiduría del magisterio de la Iglesia, dada por el Espíritu Santo, debemos tener cuidado en afirmar o negar cosas sin el debido soporte y la debida formación.

Ejemplo: De no existir Adán y Eva desde el punto de vista histórico lo primero que yo pondría en duda es la veracidad del pecado original. Ya que no es lo mismo hablar de un pecado que nos marca a todos como especie producto de que el primer hombre y la primera mujer lo cometieron a que yo diga que de muchos hombres y mujeres creados en un mismo momento dos pecaron, porque ahí cabría la pregunta: ¿por qué un pecado de dos personas dañaría al resto de la humanidad si el resto no lo cometió? Y el ejemplo lo tenemos con la caída de los ángeles. Muchos ángeles creados en un mismo instante fueron probados, unos pecaron (un tercio según la biblia) y solo estos fueron expulsados del Reino de los Cielos. El resto perseveró y obtuvo la visión beatífica de Dios. La única forma para que el hombre heredara un pecado que manchara a todo el linaje humano es porque sus dos únicos representantes en ese momento cometieron la culpa y la misma se transmitió, cual código genético, de generación en generación. Es decir que el hombre se multiplicaría en forma de

triángulo, de arriba hacia abajo.


Otro aspecto es que Jesús es definido, en la Biblia y en al catecismo de nuestra madre la Iglesia Católica, como el nuevo Adán, y siempre se señala que “así como por el pecado de un hombre entró la muerte en el mundo, por los méritos de Jesús alcanzamos la salvación”. Una comparación que de no tratarse de un personaje histórico sería absurda. Es como comparar un personaje de ficción con alguien de la vida real.

Otro daño que pienso causamos al negar hechos bíblicos es que en el pensamiento colectivo hay quienes empezarán a extender este cáncer a toda la sagrada escritura. ¿Si lo del Génesis no es, por qué no pensar que algunos aspectos de los evangelios tampoco son? Por eso, al negar la serpiente pudiéramos estar negando al demonio, al negar el árbol pudiéramos estar negando la posibilidad de decidir y al negar la desobediencia pudiéramos estar negando el pecado en sí mismo.  Y al negar al pecado original ¿qué eficacia tendría el bautismo en sí mismo?, ¿qué sentido tendría el sacrificio de Cristo consumado en la Cruz?

Finalmente, yo no digo que toda la narración del Génesis sea histórica, de hecho creo que tiene recursos metafóricos para explicar hechos reales. Pero sí parto de un principio fundamental, y es que Adán y Eva, siendo la primera creación humana y viendo Dios que eran muy buenos, debían consolidar los méritos de su gracia probando su fidelidad, obediencia y amor a Dios. Y el demonio, luego de su fracaso, centraría su vida en hacernos perder lo que él ya perdió para siempre, la felicidad eterna. Así, la tentación y el pecado se hicieron cómplices de una gran culpa, que como reza una versión del pregón pascual: ¡Oh feliz culpa que mereció tan grande redentor! Dios los bendiga, nos vemos en la oración

Luis Tarrazzi
Twitter: @luistarrazzi

lunes, 12 de noviembre de 2018

STAN LEE, EL dIOS DE UN UNIVERSO, HA MUERTO


 A los 95 años, el día de hoy fue publicada la muerte de uno de los pensadores y creadores de personajes más famoso de toda la historia del arte gráfico que alcanzó no solo construir un universo, sino que ese mundo fusionó la línea de lo real con lo imaginario.

No son pocos los seguidores fieles, adictos y bien formados de este universo Marvel. Personas que han creado en sus vidas un espacio para conocer y vivir  las historias Marvel. Stan Lee no creó un universo en torno a él sino que de él nació un universo para entretener al mundo real.

Es paradójico que el hombre se avive y pueda hacer hasta una suerte de religión excitante en torno a estas historias. Yo mismo debo confesar que soy un fiel seguidor de estas historias cuando llegaron al cine, comenzando con Capitán América y el primer Vengador hasta quizás la película más esperada y vista que fue Avengers, Infinity War. Pero a la par, en un mundo también creado para nosotros, real con enemigos peores que Tanos y con un héroe que se humanó, siendo Dios, para salvarnos, no nos movemos en masa con tanta pasión y nos diluimos en la cotidianidad de nuestras vidas.


¡Qué grande fue el trabajo de Stan Lee! pero creo que hoy el creador de tantos héroes se consiguió con la fuente de heroicidad, con la belleza del bien, con la tranquilidad de la paz y con la misericordia del amor. Y confío para él, su mayor revelación o descubrimiento no será los personajes que él creó, sino aquel que lo creó a él y dio su vida por amor. Stan Lee hoy ha descubierto el más poderoso “vengador” del mundo y ojalá su ingenio le haya permitido priorizar su pronta aceptación de él, Cristo Jesús, para poder alcanzar la salvación de su propio universo, el universo de su vida. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi
@luistarrazzi