miércoles, 12 de septiembre de 2018

¿TATUARSE NOS ALEJA DEL AMOR DE DIOS?


El libro del Levítico (19, 28)  expresa lo siguiente: “No haréis incisiones en vuestra carne por los muertos; ni os haréis tatuaje. Yo, Yahveh (Yo soy Yahveh)." Esto, como muchas otras cosas de la fe se han relajado o relativizado hasta el punto que como sucede con la sexualidad y la castidad estos argumentos quedaron como del pasado o algo anecdótico para la fe antigua. Pero esto no es tan cierto. Jesús dijo claramente que él no había venido a derogar la ley sino a darle plenitud y también dijo que él no cambiaría ni una tilde de la ley. Así que sí existen riesgos en desafiar la ley de Dios recibida por nuestros hermanos mayores en la fe, el pueblo hebreo.

El punto clave de los tatuajes como con otras tantas cosas que nos suceden en la vida es preguntarnos el por qué hacemos esas cosas. Y para responder a esa pregunta cabe otra previa: Esto que haré, ¿lo haré para dar Gloria a Dios? Esa es la gran diferencia de lo que nos santifica de lo que no nos santifica, de lo que nos acerca a Dios a lo que nos distrae de él.

Muchos de estos temas de tatuajes más allá del hecho de tatuarse son todos los inconvenientes que puede traer, tales como distorsiones económicas (tengo carencias de comida, ropa pero sí tengo dinero para tatuarme), problemas familiares (tatuajes que se colocan muchos sin la aprobación de sus padres siendo menores de edad, incumpliendo el 4to mandamiento?), problemas de salud (jeringas infectadas), problemas de autoestima y personalidad (me tatúo por ser aceptado en un grupo, por cubrir una carencia afectiva, por creer esto me hará mejor). Claro está, no todos los casos son por esto. Hay personas que se tatúan porque les gusta y punto y esto derivaría en otros temas, quizás que también invitan a recordar esa afirmación de Jesús: “Donde está tu tesoro ahí está tu corazón”.

En lo particular no soy muy amigo de modas permanentes, porque la palabra moda es hermana de la palabra cambio. Entonces hacerse algo permanente por moda es un poco contradictorio. Solo tratemos que lo que hagamos nunca nos distraiga del amor de Dios. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Luis Tarrazzi

@luistarrazzi

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