John Lennon, el ex Beatles y exitoso cantautor británico, que
entre sus legados musicales dejó el tema Imagine, un tema que según reporta
Wikipedia: "fue votada la
mejor canción de todos los tiempos el 12 de septiembre de 2006 por el programa
20 to 1 de Nine Networks”, marcando un peso importante en el pensar colectivo
de su tiempo y que en cierta forma se extiendió a nuestros días.
No es difícil hacer un ejercicio de utopía con el pensamiento
o con la imaginación, ya que esta es potencialmente ilimitada y creativa; esto
siempre y cuando se entienda la importante diferenciación entre imaginar y el
hacer demagogia con este recurso.
Con el respeto de quienes adoran este tema, a Imagine yo la
ubico entre los ejercicios demagógicos del pensamiento porque desde que inicia
hasta que termina invita a un radical pensamiento que elimina una
realidad presente y construye una realidad sin todo, solo con el individuo, lo
cual excluye implícitamente a Dios.
Imagine comienza con una invitación radical: Imagine there's no heaven; pero ese heaven (cielo) no es la bóveda del
cielo que creó Dios, que contemplamos al subir nuestra mirada y en su mejor
rostro se muestra azul radiante. No, es el cielo de la eternidad, y lo
deducimos porque más adelante el autor invita a imaginar su opuesto eterno, el
infierno: No hell below us.
Imagine nos invita a pensar en un mundo diferente al que
conocemos, donde sin duda las decisiones del hombre tienen un enorme peso. Pero
en la canción queda la eternidad, Cielo e Infierno, como parte de esa
construcción del hombre, algo que podemos darnos el lujo de borrar o de negar y
que al ser removido pues sería la vida perfecta.
Es aquí la diferencia entre imaginar y desear. Imagine como
imaginación, como un ejercicio de pensar o exhortar una
realidad diferente, cabe perfectamente como un poema, una fantasía hermosa. Pero
cuando Imagine entra como campaña de UNICEF (https://www.youtube.com/watch?v=L7IP4UlXvG8),
por ejemplo, o como bandera socio política que busca unificar el mundo en un
pensamiento de integración de culturas desechando religiones y sobre todo
verdades reveladas (cielo, infierno) me recuerda el pecado del hombre por
revelarse a su Creador, por apartar a Dios del deseo de un mundo perfecto.
Jesús nos invita a desear, no a imaginar. Jesús construye una
realidad más real que la conocida y, al igual que lo que intenta Lennon,
diferente a la que conocemos. Pero en esa realidad, sin guerras, sin
posesiones, sin países, sin hambre ni codicias, está presente el cielo y el
infierno, recordando la eternidad a la que estamos llamados y a la que iremos,
nos guste o no, por nuestra condición de alma inmortal.
El demonio también niega su existencia y no por eso deja de
existir y este es el ejercicio de Lennon, loable en su intención pero errado en
su proceder, al no incluir el mensaje de Jesús, al plantearse una perfección
sin la perfección viva.
Cualquier persona podría aludir a lo absurdo de este
artículo sobreestimando la importancia
del tema en su influencia en el pensamiento colectivo, pero así como los
géneros y artistas modernos lo han tenido, hay personas que comparten ese deseo
anti religioso por estos conceptos de superioridad intelectual que ven al mundo
desde arriba, inclusive por encima de Dios.
No amigo
Lennon, I can not imagine how you. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.
Luis Tarrazzi
@luistarrazzi
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