viernes, 29 de abril de 2016

RESPUESTA AL PROFESOR SPAEMANN SOBRE SU VISIÓN CONTRARIA DE AMORIS LAEITITA DEL PAPA FRANCISCO


Profesor Spaemann, tras la reciente entrevista publicada por el portal infocatólica donde aborda su visión de la encíclica Amoris Laeitita del papa Francisco, me motivo a dirigirle estas líneas. Le confieso no lo hago ni como profesor ni como teólogo porque ninguna de las dos profesiones las tengo, quizás mi gran debilidad es el amor que aprendí a tenerle a la Iglesia y a sus autoridades, comprendiendo que la condición humana de todos sus miembros (de la Iglesia) nos hace proclive al error y que eso se combate con oración y confianza en aquel que impulsó el nacimiento de esta iglesia que hoy llamamos católica, universal, o sea, confianza en Dios.

Es hermoso que mencione las enseñanzas de hombres santos como San Juan Pablo II y también que recuerde el legado apostólico que ha tenido la Iglesia durante siglos en relación a la familia. Muchos de esos dogmas y enseñanzas también fueron producto de discusiones humanas, no fueron como los diez mandamientos que entendemos nos los dio “el dedo de Dios”. Así la Iglesia creció con su tiempo, con sus realidades y de manera infalible atinó en cada momento inclusive cuando le tocó vivir, como ahora, muy contracorriente a las demandas del mundo. Así, el punto clave es no perder el norte de quién gobierna y rige la Iglesia, ese Dios que eligió a los papas de antes, incluyendo a San Juan Pablo II y que también escogió a Francisco, y que si lo escogió es porque él también hereda la voluntad de Dios y porque sabía los riesgos que asumía (si cabe el término) a la hora de poner a este hombre del sur en el máximo cargo de nuestra amada Iglesia Católica.

El papa ya no es Juan Pablo II, ni Benedicto XVI, es Francisco. Y es muy peligroso revelarse a los designios de Dios y entender que este tema es solo un asunto de hombres, de poder y de institucionalidad. ¿Usted no ve en Francisco y en el dogma de infalibilidad que acompaña a su cargo a la voluntad de Dios?

Viví un matrimonio de 2 años y 9 meses con una persona divorciada. Y siempre entendimos que no debíamos comulgar, en obediencia con la Iglesia. Ella desde el año 2009 había introducido una causa de nulidad porque tuvimos el deseo de casarnos por la Iglesia, sin atajos. Ese deseo, 7 años después, con su repentina muerte, no se cumplió, pero sí vi como el amor de Dios se apoderó de ella desde que el cáncer se lo detectaron el año pasado. El camino a la gracia en ella no fue el convencional, pero llegó. Tuvo la unción de los enfermos, se oró por ella, el sacerdote le perdonó sus pecados y yo ahora, con su partida, camino hacia mi propia conversión. Ese proceso no es el camino recto que a veces pensamos debería ser, pero existe. Y existe porque si bien como usted afirma no se debe desistir en predicar la conversión, tampoco debemos pretender que entendemos la misericordia de Dios mejor que Dios mismo.

Francisco trajo un mensaje que la Iglesia necesitaba, el mensaje del amor. De hecho imagino que este lenguaje aparentemente tan permisivo sonaba igual en los tiempos de Jesús. ¡Con qué facilidad Jesús perdonaba pecado!, no profundizaba mucho en causas y condiciones, perdonaba y convertía. La gente experimentaba el amor de Dios y de esa experiencia venía la conversión. Ese camino también resulta y, me atrevería a decir, fue el único que Jesús aplicó.

Exponer una desobediencia al papa, una suerte de “ignoremos sus locuras” es una bofetada al rostro de Dios. Reitero, a Francisco lo eligió Dios por medio del Espíritu Santo y, a ejemplo de Santa Catalina de Siena (cuya fecha celebramos hoy), no hay camino más seguro para la fe que estar del lado del Santo Padre, del Magisterio.

Esta afirmación suya me preocupó mucho: “Cada cardenal, pero también cada obispo y sacerdote está llamado a defender en su propio campo el orden sacramental católico y profesarlo públicamente. Si el Papa no está dispuesto a hacer correcciones, le tocará al siguiente pontificado poner oficialmente las cosas en su sitio”. Admiro su seguridad, yo prefiero confiar en el cargo de quien se dice es santo, infalible y es autoridad legítima. Le temo más a los magisterios paralelos que al magisterio real, ese camino ya lo recorrió Lutero, anglicanos, lefebvristas. Somos muy atrevidos a la hora de predecir una catástrofe para la Iglesia porque el papa predique el amor, como si el amor no fuese un camino efectivo a la conversión.

Como usted, yo no estoy a favor de la comunión de los divorciados en nueva unión con práctica de relaciones sexuales, ni a favor de las uniones homosexuales, pero acá por encima de la ley está la persona que hay que acercar a Jesús, hay que permitirle experimentar el amor de Dios. La Iglesia ha tenido la percepción de muchos, por años, de ser la castigadora, la que todo prohíbe, y esa imagen ha alejado al pecador del amor de Dios, una trampa muy del demonio, porque quien no experimenta el amor de Dios no se motiva a la conversión. Eso no es sinónimo de ofender lo sagrado, pero sí un impulso de la oveja perdida de querer volver con su legítimo pastor.

En esa exégesis de lo que queremos creer que el papa Francisco quiso decir la realidad es que nada ha cambiado de la doctrina. Pienso solo se introdujo en la visión a la misericordia de Dios. Si hay sacerdotes, obispos y cardenales con magisterios paralelos, dando hostias a personas con pecado mortal, apoyando el pecado, recuerde, cada quien rendirá cuentas ante Dios. El motivo de esta carta estimado profesor es tener cuidado en la formas, porque quien se oponga al papa se opone a la voluntad de aquel que lo eligió. Dios lo bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

P/D: Acá el link del artículo que motivó esta respuesta http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=26522

lunes, 25 de abril de 2016

CARTA ABIERTA AL PADRE NUMA MOLINA




SIN APOLOGÉTICA NO HAY FE

Es malo, muy malo, hablar mal de un sacerdote. En términos generales por los sacerdotes se reza y se aboga por su fortaleza. Así que no quisiera centrarme en su ministerio sacerdotal sino, con el respeto que se merece, en el contenido de sus ideas, ya que escuchando su entrevista radial con la periodista Gladys Rodríguez del 25 de abril de 2016 (1:30 pm a 2:00 p.m.) cuando usted es presentado como sacerdote católico habla en representación de la fe que amo y defiendo.

Jesucristo nos invita a amarnos, a trabajar por los pobres, pero por encima de todo eso a EVANGELIZAR, porque quizás Jesús sabía que “pobres siempre tendríamos entre nosotros pero a él no siempre lo tendríamos” y eso no solo aplicaba a su tiempo con nosotros sino que aplica para la vida en sí misma. Culminado nuestro tiempo en esta vida si perdemos a Jesús ¿quién nos lo podrá recuperar?

Siempre da como escozor escuchar a sacerdotes o religiosos hablar de luchas sociales porque en la visión marxista de la teología de la liberación eso podría tener cabida, pero en la realidad integral de los evangelios esa “lucha” de Jesús por los pobres por encima de los ricos no se ve ni con lupa. El mensaje de Jesús era elocuentemente como su reino, fuera de este mundo. Era una misión centrada en abrirle las puertas a los pecadores, que somos todos, de la aceptación de su labor salvífica, ya que el pecado está presente en todos: niños, jóvenes, adultos y ancianos. No es un tema de condición social sino de concupiscencia.

Yo he estado en sus homilías, le he escuchado criticar del código de derecho canónico y sus miles de cánones, también habla de una diferencia entre ser cristianos y católicos, porque ser cristianos, para usted, trasciende cualquier encierro institucional religioso. Me gustaría ver si Santa Catalina de Siena, la doctora, pensaría igual que usted. Porque en ese puente que ella describe entre el hombre y Dios que sería Jesús, la única tienda descrita, necesaria, para caminar hacia Dios es la Iglesia Católica.

Los discursos cargados de demagogia y de profundo desprecio a la institucionalidad, en nuestro caso, religiosa, siempre calan en la fe popular. Acomodan a las personas en sus pecados, en sus conceptos. Se entiende: “solo importa amar” y nos hacemos populares para el mundo.  Así cabe la pregunta del mesías: “¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde así mismo? Sacerdotes con magisterios paralelos, con doctrinas propias, que se sienten avanzados en sus ideas con respecto a lo ortodoxa que es la Iglesia, esos sacerdotes caen bien al mundo, encajan perfecto, pero ¿son pastores de Dios?

La Iglesia no es perfecta y jamás lo será hasta la parusía del Señor, pero los que desde afuera la cuestionan y adversan, así sea en sus tildes, comas o signos de exclamación, tampoco son perfectos. Pero la Iglesia sí es santa y lo es porque aquel que murió por ella (como expresa San Pablo en Efesios) lo es.

Ahora, cuando un consagrado suma a sus ideas empatías políticas contamina lo sagrado con lo superfluo, vacío y estéril, eso que le ha hecho tanto daño a las sociedades y en especial a mi amada Venezuela. Una revolución que vociferó improperios grotescos contra cardenales y obispos, que practicó abiertamente la santería, que alimentó de odio a un país que se caracterizaba por su camaradería, que hizo daño a empresarios, comercios y que cual Robin Hood robó a los ricos para dar a los pobres, ese sistema ¿es defendible?, ¿no hay solidaridad por sus colegas vocacionales ofendidos?

Sus misas son famosas, televisadas. Es una figura pública y el  gobierno confía en usted, ¿eso no debería ya indicarte que algo va mal?, ¿dónde está el desprecio y las persecuciones por ser cristianos que Jesús padeció y vaticinó para quienes evangelizaran en su nombre? Un padre amigo decía: “cuando todo huele muy bien es porque algo está muy descompuesto”

No hay desprecio en las buenas intenciones que manifiesta a favor de los pobres y desasistidos, esa labor la hace la Iglesia institucional también. Pero el centro de nuestra labor evangelizadora no son los pobres, sino las almas, la conversión, la gracia, la aceptación amorosa y radical de Jesús como único camino de salvación, la correcta formación sacramental, el respeto a la Eucaristía, el amor a la Iglesia que es VOLUNTAD DE DIOS. Los pobres tienen la mirada amorosa de Dios quien ofrece consuelo y salvación para ellos, pero a veces esa promesa se cumple después de la muerte como en la historia de Lázaro y Epulón.

Cuestiono cualquier postura radicalizada en la política, bien sea a favor del gobierno o en contra (porque también hay posiciones muy radicales de sacerdotes en contra del gobierno). Los puntos de encuentro para reunificar a Venezuela parten por entender el DESASTRE político y social en el que vivimos TODOS SOMOS RESPONSABLES, todos lo que pusieron sus ideas y vivismos por encima del bien común. ¿Hay raspa cupos, bachaqueros, corruptos en general?, claro que los hay. Y eso ocurre porque Venezuela perdió el temor de Dios, padre Numa, Venezuela ya no teme el juicio porque hablamos mucho de la misericordia. Así Santiago nos recuerda:

“Habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó la misericordia, pero la misericordia triunfará sobre el juicio”
Santiago 2,13

Evangelicemos con la Iglesia Padre Numa porque “ni las fuerzas del infierno podrán contra ella” Así cabría la pregunta para todos: ¿de qué lado están nuestras fuerzas? Dios lo bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

miércoles, 20 de abril de 2016

CARTA ABIERTA A FIDEL CASTRO




ME DICEN QUE TE VAS

Me dicen que te despediste Fidel, que en lo que pudo ser tu último discurso en el ya tradicional Congreso Comunista de Cuba, expresaste palabras de un hombre que entiende que la muerte es un fin natural común para todos. Lo diferente es cuando eso lo entiende un creyente cristiano y un ateo comunista.

Sin duda has vivido. Decía yo con allegados que “los Castros gobernaron hasta que quisieron” y eso pareciera un logro político tuyo. En el ocaso de tu vida llama la atención como tu despedida era vacía, carente de esperanza, aludiendo a que de ti quedarían las ideas. De corazón me gustaría apoyar tu tesis, pero algo más quedará de ti y si me lo permites, en breves líneas te lo expresaré.

El problema principal del comunismo radical, muy soviético, que te conquistó, es esa seducción que sienten por el ateísmo, por negar a Dios. Así al pretender hablarte de Dios y de tu alma, que es eterna¸ quizás encuentre oídos sordos. Hoy tu principal enemigo no es el imperio, el capitalismo, el desarrollo, tu principal enemigo eres tú mismo, tus ideas y, si me permites, la soberbia que todos tenemos  que nos impide reconocer nuestros errores.

Tu vida fue larga pero por más que mires al pasado solo puedes sentir, oler y ver presente. El pasado no alimenta, no sostiene y el futuro, a tu edad, ya se siente como un regalo incierto, poco probable. El gran problema del pasado es que sostenido por la soberbia impide reconocer errores, doblegar posiciones, y más en una figura como la tuya que sería impensable que muera negando lo que fue, “el gran Fidel Castro, el comunista que por más de 50 años lideró la revolución cubana”

María, la madre de Jesús, expresó a una vez a su prima Isabel en una oración que mi fe católica llamó “el Magníficat”: “…dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono de los poderosos y enaltece a los humildes” aludiendo a que Dios fija su mirada en el que se sabe nada, el que se humilla y se hace dócil al amor de Dios.

Esta carta no es para recriminarte nada Fidel, es para invitarte a liderar la revolución más importante de tu vida, la que te ayude a conquistar la eternidad junto a Dios. Muchos hoy te mandan al infierno, cuando mueras celebrarán, otros verán justicia y paz con tu partida y otros también te llorarán. Figuras como tu son amadas u odiadas. Pero ¿qué haría Jesús contigo si se cruzara tu camino?

En su vida (los evangelios) hay indicios. Lo que hizo con Mateo, con Zaqueo, con la Samaritana en el pozo de Jacob, lo que hizo con la mujer adúltera, con Nicodemo, con el centurión;  a todos los tocó con su amor, en algunos casos les pidió comer con ellos y en todos logró conversión. Pero el éxito de esta transformación no solo se debió al encuentro con Cristo, sino a la libre decisión de seguirlo, de aceptarlo, DE RECONOCER LOS ERRORES Y PECADOS. Eso explica el por qué no todos tuvieron ese proceso de conversión aunque veían al mismo Cristo. Caifás, Anás, Judas Iscariote, Pilatos, Herodes, el Joven Rico, también conocieron a este Cristo, pero sus conceptos, poderes y comodidades les impedían que “la verdad” penetrara sus conciencias. ¿Y qué es la verdad?, podrías preguntarme como Pilatos preguntó a Cristo, pues la respuesta la dio el mismo Jesús: “todo el que es de la verdad escucha mi voz”.

Hay personas que podrían cuestionarme la motivación de esta carta, y más cuando no han pasado ni 15 días del fallecimiento de mi esposa, joven, que me hubiese gustado viviera lo que tú viviste Fidel, mas Dios, no el azar, dispuso un mejor tiempo para ella. Pero Jesús nos enseñó con esta parábola algo muy importante:

“El reino de los cielos puede compararse al amo de una finca que salió una mañana temprano a contratar jornaleros para su viña. Convino con los jornaleros en pagarles el salario correspondiente a una jornada de trabajo, y los envió a la viña. Hacia las nueve de la mañana salió de nuevo y vio a otros jornaleros que estaban en la plaza sin hacer nada. Les dijo: “Id también vosotros a la viña. Os pagaré lo que sea justo”. Y ellos fueron. Volvió a salir hacia el mediodía, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. Finalmente, sobre las cinco de la tarde, volvió a la plaza y encontró otro grupo de desocupados. Les preguntó: “¿Por qué estáis aquí todo el día sin hacer nada?”. Le contestaron: “Porque nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Pues id también vosotros a la viña”. Al anochecer, el amo de la viña ordenó a su capataz: “Llama a los jornaleros y págales su salario, empezando por los últimos hasta los primeros”. Se presentaron, pues, los que habían comenzado a trabajar sobre las cinco de la tarde y cada uno recibió el salario correspondiente a una jornada completa. Entonces los que habían estado trabajando desde la mañana pensaron que recibirían más; pero, cuando llegó su turno, recibieron el mismo salario.  Así que, al recibirlo, se pusieron a murmurar contra el amo  diciendo: “A estos que sólo han trabajado una hora, les pagas lo mismo que a nosotros, que hemos trabajado toda la jornada soportando el calor del día”. Pero el amo contestó a uno de ellos: “Amigo, no te trato injustamente. ¿No convinimos en que trabajarías por esa cantidad? 14 Pues tómala y vete. Si yo quiero pagar a este que llegó a última hora lo mismo que a ti,¿no puedo hacer con lo mío lo que quiera? ¿O es que mi generosidad va a provocar tu envidia?”.
(Mateo 20)

La enseñanza  es que cualquier alma que se presuma trofeo para Satanás nunca es tarde para arrebatársela y que alcance la vida eterna. Que todos debemos luchar por no permitirnos odiar inclusive a aquellos que nos hicieron daño y causaron dolor. Que tu Fidel eres una prueba de fe para muchos que decimos amar a Jesús y que en ti hay una posibilidad real de perdonar a los enemigos, como Cristo lo hizo en la Cruz.

Tu tiempo se acaba Fidel pero aún no se ha acabado. Tu vida llega a un ocaso y llegas a un punto donde dos opciones de eternidad se te presentarán, una u otra. No hay una tercera opción de “dejar de existir”. Seguirás existiendo Fidel, de todo lo escrito es lo que más seguro te puedo indicar. ¿Por qué lo sé?, porque Jesús nos lo enseñó, lo certificó con su resurrección y nadie, en comunismo o capitalismo, desarrollo o tercermundismo, en ciencia y razón ha podido negar esa verdad. Al final nacemos con esa verdad en nuestras conciencias y corazones y lo que algunos aprenden en su vida es a negarla. Ya esa última revolución queda en tus manos, la que te libere del yugo del pecado.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”
Apocalipsis 3,20

Dios te bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi