miércoles, 19 de noviembre de 2014

¿CÓMO CONTRARRESTAR EL ISLAM?




 Tres aspectos mencionaré para abordar esta interrogante:
1) Papel de los cristianos católicos
      2)  Papel de los cristianos NO católicos
      3) Integración de nuestros hermanos mayores, la fe judía.

Prólogo para artículo:

            Mis recientes opiniones sobre el Islam, incluyendo una en audio cargada en youtube, pudieran catalogarme de un anti islamista, pero de corazón no es así. Sin embargo sí pienso que alrededor del Islam hay un rápido y creciente ascenso de fundamentalismo, de violencia y de imposición de la fe, a la fuerza, que no solo a mi debe preocupar. Nuestra fe cristiana ya vivió una etapa gris y conoce los resultados de buscar imponer la fe por la fuerza, algo que conlleva a futuro a injusticias y la percepción del desprecio a todo lo sagrado, aumentando la búsqueda del secularismo y el relativismo. Algo así como que Dios estaría siendo víctima de malos publicistas.

            Lo único que hace al islam compatible con la fe cristiana católica, a grandes rasgos, en su adoración monoteísta al Padre Creador de todas las cosas, visibles e invisibles. Y como rasgo menor que ven en Jesús a un gran profeta. A este elemento lo llamo “rasgo menor” porque, para mi pobre enfoque, no reconocer a Jesús como Dios mismo y como hijo de Dios es prácticamente no reconocerlo.

            Ante una escalada de una fe que etiqueta de “infiel” a todo el que no reconozca el Corán y que se ha ido adueñando de gobiernos y países, contaminando las mentes de jóvenes sin identidad, en su ala más extremista, debemos tener alguna reacción más allá de la pasividad.

 Papel de los cristianos católicos

            Los seres humanos por naturaleza necesitan una identidad y pienso esto aplica tanto para lo material (la conducta) como para lo espiritual. Este dualismo conforma el SER. El extremo más pobre de este existencialismo lo encontramos en el ateísmo y el secularismo y el lado más agudo en el fundamentalismo (de cualquier denominación religiosa). Así todo cristiano católico debe tener orgullo de su identidad espiritual y ese orgullo se consuma, se hace real, en la conducta humana. Como explica el apóstol Santiago: “La fe sin obra en una fe muerta”. La pérdida de esta identidad conlleva a la apatía de quizás ni siquiera plantearnos, desde nuestra militancia laica y seglar (sin generalizar) una abierta lucha al secularismo, permitiendo que crezcan corrientes religiosas como el Islam, que se presumen la mano de la justicia de Dios. El secularismo trae caos porque va de la mano con el relativismo. Al no existir nada malo, nada que cuestionar, los derechos se pisan entre sí y esto conlleva a que se busquen medidas de disciplina social fuertes y determinantes y es aquí donde el Islam toma fuerza. Es como se decía en la Venezuela de finales del siglo XX que “aquí lo que hacía falta era una mano dura como la del dictador Marcos Pérez Jiménez”; los resultados ahora nos explotan en la cara. Los cristianos católicos tenemos que activarnos no como cruzados sino desde una oración con causa, es decir, aprender primero cómo orar para luego establecer motivos de oración. Hacer dimicatios que aten las influencias del demonio en nuestras sociedades y gobernantes, hacer conciencia de la Eucaristía y su adoración sincera y sobre todo RETOMAR ESPACIOS PÚBLICOS DE FORMACIÓN donde ya la Iglesia sencillamente no tiene presencia, algo que ha hecho que estemos evangelizándonos, cantándonos y predicándonos a nosotros mismos, como dijo recientemente el Santo Padre Francisco: “estamos peinando ovejas”, añadiendo yo, a puertas cerradas y de forma segura.

Papel de los cristianos NO católicos

            Aunque creo que sonará feo esto que diré, ¡Ya basta de este infantilismo doctrinal que practican muchos protestantes de ver en la fe cristiana católica su horizonte pastoral de ataque! Cuando el verdadero mal surge por fuentes no cristianas. Muchos de estos hermanos ha preferido la pastoral sencilla (aunque duela decirlo) de sacar católicos de su fe para incorporarlos a la de ellos. No discutiré por qué están equivocados en esta postura, porque ese no es el fin de este artículo, pero sí cuestionaré que la división entre cristianos debilita la presencia y acción de Jesús como salvador en el mundo. Jesús lo advertía sobre el fracaso de un reino dividido y este concepto sí que lo ha entendido bien el diablo a la hora de contrarrestar la eficiencia de esta fe, viéndose ahora suplida por una fe islámica, desde donde hoy se cometen atrocidades criminales peores que las de cualquiera que no crea en Dios y haga el mal. Desde la fe católica el protestantismo no es percibido como una enemiga, quizás antes lo fue y ambos se hicieron mucho daño, pero en ese el cristianismo católico ha crecido y mucho. Y tenemos que unirnos sin sabotearnos, sin herirnos, mostrando el mensaje de Jesús bien sea solo desde la biblia (los protestantes) o sumando la biblia los sacramentos, la tradición y la asesoría sacerdotal (católicos)

Integración de nuestros hermanos mayores, la fe judía

            La fe hebrea, nuestros hermanos mayores en la fe (llamados así por San Juan Pablo II), son y serán siempre el pueblo escogido por Dios. De ellos heredamos el conocimiento y amor por Dios. En esta fe María y Jesús fueron formados y el cristianismo no es la sustitución de esta fe, sino en cierta forma, es su plenitud. Jesús es el mesías que esperaban los hermanos Judíos y su reconocimiento, aunque no se dio, aún está con las puertas abiertas. El judaísmo está invitado a crecer y sumarse al cristianismo y así dar plenitud al mensaje de salvación. Ellos son nuestros hermanos, hermanos de fe y salvación. Pero más allá de si esta unión está cercana o lejana de darse, lo cierto es que como aliados ante la creciente fuerza del extremismo islámico es muy importante. Es verdad que el judaísmo ha sufrido y mucho. El solo holocausto vivido en el siglo XX bastaría para que ellos no quieran saber nada de luchas y confrontaciones. Pero es que percibo que algo, peor y más masivo, que el nazismo crece en el mundo con un objetivo fijo, acabar con el cristianismo y las libertades de culto, incluyendo la fe hebrea.

            Como REFLEXIÓN FINAL hay algo que no está en los puntos de inicio pero que podría, fácilmente, ser el cuarto punto;y es la propia postura interna de quienes practican el Islam. Yo escucho mucho que no todo el Islam es así y seguramente es cierto. Pero si dentro de sus practicantes no hay un esfuerzo creíble de presentar una postura más digerible de esta fe, sobre todo a nivel de los gobiernos de credo islamista, sencillamente eso se traduciría como una complicidad interna, una placebo diplomático que buscaría atenuar las críticas sin develar el verdadero propósito del Islam (solo como reflexión). Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi

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