viernes, 19 de enero de 2024

¿ES SANA LA OPOSICIÓN AL PAPA?

 




El papado de Francisco ha sufrido altos y bajos, en lo que los políticos llaman sus niveles de aceptación. Muchas de esas impresiones, siendo sinceros, se alimentan de las tendencias que vemos en las redes. Estas, en cierta forma nos inducen a qué pensar, sobre qué temas hablar y que impresiones tener.

 

Haciendo justicia, lo que muchos del común sabemos del papado, quizás generaciones más afines a la mía, es de Juan Pablo II para acá. Juan Pablo II, al igual que Benedicto XVI, tuvieron sus detractores y casi siempre, por los mismos temas ideológicos del presente. Haciendo justicia, ponderar el papado de Francisco por las interpretaciones de otros y que, hay que decirlo, muchos son del clero, nos coloca en el terreno peligroso de la división; y los que nos ven desde afuera, lo harán como nosotros vemos esas familias que pelean y que sencillamente uno piensa “acá no quiero volver a entrar”.

 

El Papa Francisco le tocó el pontificado de las redes sociales en el apogeo de su ejercicio. Y creo él, de buena intención, ha tenido deseos de participar un poco de ese mundo de mayoría juvenil. Yo mismo, que llevo el canal de Youtube abrazando nuestra fe, noto que mi población de visualizaciones es de 40 años en adelante y que en poblaciones juveniles son casi irrelevante los contenidos que publico. Esa mirada al futuro, al relevo, es de admirar en un pastor que se sabe mediático pero que la Iglesia no lo es. Europa a pocas décadas de islamizarse desde el punto de vista cultural, social y político, otras potencias del mundo enmarcadas en regímenes autocráticos y otras entregadas al desarrollo del capital, no pintan un panorama alentador para una fe que pierde adeptos y, los que estamos dentro, pareciera que queremos vivir sin autoridad.

 

Por ello, no, no es sano tomar el bate de la lengua y darle a la piñata del papado. En humildad, nuestra formación de fe, nuestro testimonio y nuestra mundanidad no nos pone a nivel de ese terreno. Las mejores batallas se dan en el terreno espiritual, en la oración, en la prudencia y en coherencia de vida. Acuso mi error y creo oportuno empecemos a sumar amor y fidelidad al papado, porque como dijo el Rey David: “No permita el SEÑOR que yo extienda mi mano contra el ungido del SEÑOR” (1 Samuel 26, 11).

 

Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

 

Luis Tarrazzi