Estados Unidos sigue siendo la
nación que mejor expresa los conceptos de oportunidad e igualdad. Su capacidad
de permitir la convivencia dentro de la diversidad de credos, géneros, culturas
y conceptos de vida es tan amplia que se vuelve una referencia a la hora de
abordar conceptos como la democracia. Pero, la libertad nos fue asociada a la
verdad (“la verdad os hará libres”). Y la verdad nos fue asociada a un ser, no
a una idea o concepto (“yo soy camino, VERDAD y vida” y “todo el que es de la
verdad escucha mi voz”). Entonces, aunque suene irracional o se camine en la
línea del fanatismo (para muchos) afirmo que verdad y libertad sin Dios, en política, es
populismo. ¿Tiene el mundo verdaderamente alguna nación libre? La mayor
esclavitud de los sistemas políticos (democracias, dictaduras, monarquías, etc)
está asociada a la institucionalización, legal y constitucional, de leyes que
esclavizan. Las naciones tratan de evolucionar a un mundo global y más abierto,
pero ¿cuál es el límite?, ¿hasta dónde llegaremos con esa búsqueda de amplitud
y aparentes derechos negados? La verdad es que sí, tenemos naciones
admirablemente demócratas pero ninguna admirablemente libre. Un Jesús que no
aparece explícitamente en la vida social del hombre, es reflejo de un hombre
que no será ni libre ni certero.
Lic. Luis Tarrazzi