Tradicionalmente se puede escuchar decir que
si una persona te amara no te sería infiel, algo que aunque de entrada pareciera
cierto, considero que no lo es del todo.
Para entender esta separación entre fidelidad
y amor tendríamos que incluir las palabras: instinto, razón y compromiso. El
instinto como respuesta básica del hombre ante estímulos visuales, táctiles o
auditivos que nos inviten a un hedonismo mediático, preferiblemente sin ningún
tipo de compromiso derivado. La razón porque es la única que nos diferencia
explícitamente de los animales y a su vez la única capaz de controlar esos
instintos, extrapolando el más allá de la acción mediática (las consecuencias). Y el compromiso
porque es la clave de la fidelidad, por encima del amor mismo.
Yo he escuchado conocidos decir que aunque
son infieles, su esposa es la mujer que aman y no dejarían, y cuando lo hablan
lo dicen con profunda sinceridad, aunque considero con una gran distorsión del
compromiso asumido cuando decidieron jurarse ante Dios o ante la sociedad un
amor juntos.
Amar sin comprometerse es posible pero no es
lo ideal. Sería como tener un vicio de fumar o beber y a la vez ir tres veces
por semana al gimnasio para cuidarnos la salud, posible pero absurdo.
El compromiso se puede medir, el amor no. El
compromiso da signos claros como los niveles de responsabilidad, valor de la
palabra, lo ordenado que somos con nuestros asuntos personales, la puntualidad,
estabilidad en nuestras decisiones; etc, y son esos signos los que se deben
ponderar a la hora de aceptar a una persona como pareja o compañero(a) de vida.
El amor a veces se sintetiza con un simple “te amo”, pero un te amo
vacío, con el tiempo, se seca y no da frutos.
Una persona infiel es una persona inmadura
para los compromisos emocionales. Podrán ser inclusive emprendedores, carismáticos o siendo más explícitos, grandes amantes, pero inestables en el
fundamento del amor, el compromiso, que nos permite decir NO cuando se intenta
filtrar una experiencia que la razón te dicta hará daño a quien confía en ti.
Quizás esta es la médula del asunto. El
noviazgo debe permitir conocer los niveles de compromiso de la persona, su
madurez, sus valores. Porque aunque suene duro, la emoción de un te amo en un
matrimonio puede durar tres años (siendo optimistas) y lo que sustentará el
resto de los años es el compromiso y respeto que se tengan. Dios los bendiga,
nos vemos en la oración.
Lic. Luis Tarrazzi